Un consultorio odontológico. Tres personajes. Un entramado de relaciones difícil de establecer. Todas las pasiones aparecen en Oxido: amor, ternura, sexo, amistad, traición, complicidad, mentira, desconfianza… Las emociones humanas relatadas en una historia de poco más de una hora que mientras no te da respiro, te pide aire.
Con una escena despojada donde sobresale el clásico sillón de dentista que, obviamente, es miles de objetos más a medida que lxs actorxs se apropian de él, Óxido da cuenta de un excelente manejo del espacio y de una amplia versatilidad y dinámica tanto en el movimiento como en la propuesta visual. Todo puede pasar allí, porque como cualquier lugar, es metáfora del mundo.
Óxido es el apocope de óxido nitroso, también conocido como el gas de la risa, un anestésico que produce una sensación de flotación, percepciones distorsionadas y, a veces, alucinaciones visuales. ¿Qué mejor inicio para plantear los límites de la ficción y la realidad?
En esta propuesta teatral, Óxido es un estado permanente. ¿Qué es verdad y qué alucinación? ¿Cuándo estamos de verdad anestesiados? ¿Cuándo nos anestesiamos o cuando creemos estar lúcidos? ¿Cuánta verdad hay en el cuerpo cuando logra separarse de la mente? ¿Cuánto dolor?
Se trata de una propuesta que, cuando se logra atravesar la dimensión narrativa y argumental, nos enfrenta con nuestra condición humana y nos hace reflexionar sobre la máscara social con la que enfrentamos el mundo. ¿Qué otra cosa se le puede pedir al teatro?
Con dramaturgia y dirección de Gonzalo de Otaola, y las actuaciones de Natalia Santiago, Guillermo Berthold y Gerardo Serre. Se puede ver los viernes a las 22.30hs en el Teatro El Grito (Costa Rica 5459, Palermo), con entrada general a $1000, por Alternativa Teatral.