Los misterios de la fe popular

En su habitual editorial en Caballero de día, Roberto Caballero reflexionó sobre la peregrinación a Luján, los vínculos entre la fe, la historia y la resistencia popular.

“Tengo que contarles algo, y tiene que ver con el misterio de la fe y los misterios de la fe popular”, comenzó diciendo Roberto Caballero en su editorial radial, tras la multitudinaria peregrinación juvenil a Luján que reunió a casi dos millones de personas el pasado fin de semana.

Caballero repasó los orígenes de esta tradición —que comenzó en 1975 con apenas un millar de fieles y creció hasta convertirse en una de las expresiones más masivas de la espiritualidad argentina— y trazó un puente entre aquella primera caminata y la historia reciente. “Dos años después, las Madres de Plaza de Mayo usaron esa marcha para difundir el reclamo por sus hijos desaparecidos. Esa peregrinación tiene muchos aspectos: es fe, esperanza y también lucha”, señaló.

El periodista destacó la dimensión colectiva del acto: “Nadie logra eso solo. El que peregrina en conjunto llega por su propia voluntad, pero también por la voluntad de los otros. Aprendí que lo imposible solo cuesta un poco más”, dijo.

En su reflexión, vinculó la experiencia popular con la figura de Cristina Fernández de Kirchner: “Cristina también camina, en su cinta, en su casa de San José 111. Camina como los que marchan a Luján. Con esa misma fe”, sostuvo.

Caballero definió a la peregrinación como una síntesis del país real: “El conurbano es mágico. Hay quienes rezan, quienes venden, quienes cobran por el baño, y todos hacen su diaria. Esa también es una forma en la que la Virgen ayuda”.

A lo largo del camino —relató— pudo ver el sincretismo del pueblo argentino: “Imágenes de la Virgen junto a Cristina, a Perón, a Martín Fierro. Pintadas con ‘Cristina Libre’. Esa religiosidad popular es un misterio que debería ser estudiado por las ciencias sociales. Hay una fuerza capaz de conseguir lo imposible”, expresó.

Caballero recordó además las palabras de Hebe de Bonafini, quien en 2017 volvió a Luján junto a las Madres de Plaza de Mayo, 40 años después de su primera caminata. “Las madres siempre hacemos cosas que parecen de locos”, citó. Y agregó: “Marchar es vivir. Cuando el panel del cuerpo se pone en rojo, hay que seguir. Así siguieron las madres”.

El periodista concluyó con una reflexión sobre el sentido de la fe popular y su potencia transformadora: “Si pensamos en lo posible, nos quedamos cortos. Para cambiar el país, hay que pensar en lo imposible. Esa fue la gran enseñanza de las Madres, de esta peregrinación y del pueblo que sigue marchando con fe”.