
«La única garantía de supervivencia es el sector público de salud»
- Noticias 2
- 3 de junio de 2025
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El médico sanitarista Mario Rovere dialogó con Un Buen Comienzo acerca de los efectos del vaciamiento del sistema público de salud, la ofensiva privatizadora y la retirada de Argentina de la Organización Mundial de la Salud.
Al inicio de la entrevista, Rovere advirtió que la situación actual del sistema de salud en la Argentina es consecuencia directa de una política de desresponsabilización por parte del gobierno nacional, que renuncia a su rol constitucional de garante de la salud pública. En diálogo con Un Buen Comienzo, el exviceministro de Salud aseguró que la crisis que estalló en el Hospital Garrahan es apenas “el emergente visible” de un proceso que lleva años y que afecta a instituciones como el Bonaparte, el Sommer y el Hospital Posadas.
“Lo del Garrahan duele más porque está en el corazón de todos los argentinos, pero esto se viene anunciando desde hace tiempo. Y en este caso, se suma la política del Gobierno nacional de desentenderse de su rol como garante de la salud”, señaló Rovere, quien recordó el vaciamiento sufrido por el Hospital Posadas durante los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.
Consultado sobre las principales carencias del sistema actual, más allá del deterioro salarial que afecta a residentes y profesionales, el sanitarista afirmó: “La derecha argentina históricamente ha intentado sacar al Ministerio de Salud del juego. Esto empieza con la Revolución Libertadora, que lo desmanteló, y se repite cada vez que intentan desarticular el rol del Estado nacional en materia sanitaria”.
Para Rovere, el proyecto de fondo es “provincializar o municipalizar” la salud pública, fragmentarla para facilitar su privatización. “Se la va comiendo en pedacitos el sector privado al sector público. Pero el sector público resiste. Y a lo largo de 40 años de democracia, quedó claro que la única garantía de supervivencia es el sector público. La pandemia fue el ejemplo más contundente: el sistema privado pidió a gritos ser rescatado por el Estado”, subrayó.
En ese contexto, el médico también se refirió al pronunciamiento del Foro Latinoamericano del Derecho Universal a la Salud, que repudió la reciente visita a la Argentina de Robert Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, y calificó su intervención como una “intromisión en la soberanía sanitaria” del país. Kennedy, junto al presidente Javier Milei y al empresario Mario Lugones, anunciaron desde Buenos Aires el retiro de la Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e instaron a otros países a hacer lo mismo.
“Lo que pasó con la visita de Kennedy es un escándalo internacional. Vino a montar un contrapolo a la OMS, justo cuando esta había logrado el consenso de 125 países para firmar un tratado de preparación ante futuras pandemias. Argentina se convierte así en una amenaza para América Latina, atrapada entre una ultraderecha local y Donald Trump. Es una presión geopolítica sobre los países de la región”, explicó Rovere.
El sanitarista advirtió que las consecuencias de esta decisión serán graves y a largo plazo. “Estados Unidos puede irse de la OMS porque tiene una red estatal consolidada, con agencias federales y estatales. Argentina, en cambio, depende del Estado nacional incluso para la compra de vacunas”, alertó.
Además, puso como ejemplo la articulación entre ANMAT y la FDA, la agencia de control norteamericana. “Muchas veces se aprueban productos en la Argentina porque ya fueron autorizados allá. Pero hoy están destruyendo esa agencia. Imaginen qué puede pasar si nos quedamos sin esa referencia. Ya tenemos un drama con el fentanilo. ¿Qué pasa si ANMAT queda sola o empieza a aprobar cualquier cosa por seguir una línea ideológica?”, cuestionó.
Por último, Rovere fue contundente sobre el impacto del retiro de la OMS: “Estados Unidos se va y la daña. Argentina se va, y la OMS ni se entera. El problema es que nosotros perdemos, porque las decisiones que se tomen igual nos van a afectar, pero no vamos a poder opinar. Voluntariamente dejamos la silla vacía”.