«El gobierno de Milei es el sueño húmedo de los poderes concentrados desde 1945»

Ricardo Forster, filósofo y docente universitario, dialogó con Nicolás Mársico y equipo de Un Buen Comienzo (AM 530 – Somos Radio) sobre la reciente votación en el Senado que frenó por un voto la imposición de la llamada “Ficha Limpia”, un intento de “proscripción encubierta” contra Cristina Fernández de Kirchner. «Estuvimos a un voto de un momento terrible de la vida democrática argentina», alertó.

La iniciativa, impulsada por sectores alineados con La Libertad Avanza, pretendía impedir candidaturas de dirigentes con causas judiciales abiertas, sin condena firme, una figura jurídicamente frágil pero políticamente dirigida. Para Forster, el trasfondo era evidente: “Habían diseñado una ficha sucia espantosa para proscribir a Cristina”. Y advirtió: “Nos remitía al ’55, a un intento de hacer de la democracia un pellejo vacío, como decía Horacio González”.

En su análisis, Forster describió el momento actual como uno de «destrucción democrática y cultural», donde el gobierno de Javier Milei funciona como mascarón de proa de un viejo anhelo oligárquico: “El mileísmo intenta llevar adelante el sueño húmedo de la clase dominante argentina desde el 17 de octubre de 1945. Volver a una Argentina jerárquica, estamental, primarizada y feudalizada”.

Pero el filósofo no apuntó solo contra el oficialismo libertario. “No es solo el problema de los Milei. Hay una complicidad estructural muy profunda del poder real: el económico, el mediático y el judicial. Es una confluencia de los poderes”, señaló, denunciando la alianza histórica entre esos sectores para excluir del sistema político a quienes interpelan sus privilegios.

Consultado sobre su idea del kirchnerismo como «anomalía», Forster la contextualizó como una ruptura dentro del propio peronismo, capaz de reconstruirlo tras su degradación durante los 90. “Esa figura inesperada y azarosa que fue Néstor Kirchner transformó estructuralmente la vida política, social, económica e institucional del país”, recordó. Y subrayó que esa experiencia “se convirtió en una cultura política, en una lengua, que habitó la vida popular y también el conflicto de la democracia argentina”.

Forster reconoció el momento de crisis interna que vive hoy el campo nacional y popular, pero lo consideró como parte de una etapa necesaria: “No es una crisis terminal. Hay que volver a encontrar esa potencia, esa capacidad de interpelar con un lenguaje que tenga elementos novedosos y horizonte”.

Frente a la ofensiva regresiva del actual gobierno, el intelectual advirtió sobre el desconcierto que atraviesa a buena parte de la militancia y el pueblo que aún se identifica con el legado de Cristina. “Falta un frente político consolidado, con ideas y capacidad de interpelación”, sostuvo, y llamó a recuperar el sentido transformador que alguna vez tuvo el kirchnerismo. Porque, como sintetizó con crudeza, “hoy estamos en un momento dramático, terrible y trágico de la vida argentina”.