Un acto de sedición presidencial

En su editorial de este lunes en Caballero de Día por AM 530, Roberto Caballero analizó la gravedad institucional del decreto publicado por el Gobierno, que promulgó las leyes de financiamiento educativo y emergencia pediátrica, pero al mismo tiempo anunció que no las aplicará hasta que el Congreso indique de dónde saldrán los fondos. “Hay un poder del Estado que dijo ‘esto es ley’, y otro poder, el Ejecutivo, que dice ‘yo no la voy a financiar’. Eso es sedición. El presidente es un sedicioso”, afirmó Caballero, y advirtió que en una república que funcionara, ese acto tendría sanción penal.

En ese sentido, el periodista subrayó que la decisión de Javier Milei representa “una rebelión contra la autoridad y la Constitución”, al negarse a ejecutar leyes aprobadas por el Parlamento. “El presidente le saca la lengua al pueblo y a sus representantes. Promulga una ley y al mismo tiempo la obstruye. Eso es un levantamiento contra el orden democrático”, sostuvo. Además, señaló que el Poder Judicial, “corrompido y funcional al lawfare”, no cumple su rol de contralor y permite que se perpetúe un esquema de impunidad.

Más adelante, Caballero explicó que los fondos negados a la salud y la educación “se desvían a la timba financiera de Toto Caputo”. “Los organismos públicos subejecutan presupuestos viejos para comprarle bonos al ministro. Eso es un delito y está pasando a la vista de todos”, denunció. Para el conductor de AM 530, esa política económica, impulsada “con el aval del Departamento de Estado y los poderes concentrados locales”, tiene un único objetivo: vaciar al Estado y ponerlo al servicio de la especulación.

Finalmente, Caballero llamó a reflexionar sobre el deterioro de la legitimidad del Gobierno: “Milei perdió la legitimidad de ejercicio porque gobierna contra el pueblo: contra los jubilados, contra las infancias, contra la universidad pública”. Y concluyó con un mensaje directo: “Estamos ante un gobierno antidemocrático en el ejercicio de sus funciones. Este domingo, en las urnas y en la calle, el pueblo tiene la posibilidad de frenar a un presidente sedicioso y reponer la lógica del cuidado, la soberanía y la justicia social”.