San Martín, Rosas… Milei (?)

Este lunes en Caballero de Día (AM 530, Somos Radio, lunes a viernes de 8 a 10 hs), Roberto Caballero realizó su editorial del día, que tituló «San Martín, Rosas… Milei (?)». El disparador fue una nota publicada en Infobae, que informaba sobre la condecoración que el Regimiento de Granaderos a Caballo otorgó al presidente Javier Milei, declarándolo “granadero honorífico” y entregándole la Orden Militar de los Caballeros Gobernadores de los Andes. Un acto cargado de símbolos que, para Caballero, genera más interrogantes que orgullo.

Desde el inicio, el periodista subrayó el carácter real del evento: “Esto que estoy leyendo es verdad, no es un chiste”, advirtió, al destacar que el cuerpo fundado por San Martín, símbolo de la lucha por la independencia latinoamericana, se haya prestado a condecorar a un presidente que, según describió, representa un proyecto político de entrega y subordinación. “Un gobierno que resigna soberanía no puede ser condecorado por los granaderos”, sostuvo con firmeza.

Caballero contrastó el gesto militar con la figura de un presidente que cometió errores básicos como confundir a José de San Martín con “Juan José de San Martín”, y que ha alineado su gobierno a intereses externos, particularmente al Fondo Monetario Internacional y a los Estados Unidos. “Un presidente entreguista, cabeza de un gobierno neocolonial”, lo describió, remarcando la contradicción entre los ideales que encarna el uniforme granadero y las políticas de Milei.

El periodista señaló que hay una línea que no debería cruzarse entre el respeto institucional y el “fragoteo”. Entiende los protocolos, pero cuestionó el exceso: tocarle el cumpleaños, interpretarle Panic Show, condecorarlo. “Es triste ver cómo los granaderos de San Martín se arrodillan frente a un tipo que no sabe el nombre de San Martín”, dijo con pesar. Para Caballero, esto degrada los símbolos nacionales, como también lo hace el desguace de Aerolíneas Argentinas o el ataque al cine nacional.

En ese marco, hizo una fuerte defensa de El Eternauta, no sólo como serie, sino como emblema de la resistencia. “La historia argentina es una historia de resistencias”, afirmó, enlazando el relato fundacional de la patria con las luchas contemporáneas contra el FMI o las plataformas globales que buscan precarizar la producción cultural local. Reivindicó el talento y el esfuerzo detrás del cine argentino, y recordó que detrás de cada obra hay “talento y saliva”, y un Estado que alguna vez lo hizo posible.

Así, Caballero cerró su editorial con una reflexión que atraviesa el presente: los símbolos también son campo de disputa. “Yo vivo en mi país”, dijo, “un país donde los granaderos no deberían estar al servicio de un presidente que apalea jubilados”. San Martín, Rosas… ¿Milei? La pregunta sigue abierta, pero para Caballero, la respuesta es clara.