¿Por qué esto se parece al 2001 sin ser el 2001?

Editorial de Roberto Caballero

Este viernes, Roberto Caballero realizó en Caballero de Día (AM 530, Somos Radio, lunes a viernes de 8 a 10 hs) su editorial titulada “¿Por qué esto se parece al 2001 sin ser el 2001?”, una reflexión en la que comparó el presente argentino con la crisis del inicio del milenio, advirtiendo sobre las similitudes y diferencias entre ambos contextos.

«El momento que estamos atravesando no es el 2001, pero tiene elementos del 2001», sostuvo Caballero al iniciar su análisis. A partir de un estudio del sociólogo Artemio López, señaló que la participación electoral en las últimas elecciones fue tan baja como en aquel año bisagra: «La participación ha sido la misma que la del 2001», indicó. Sin embargo, aclaró: “Pasaron cosas buenas y malas desde entonces. No estamos exactamente igual porque hay mucho de eso que todavía perdura o permanece. No estamos igual porque vivimos la experiencia”.

Entre los factores diferenciales, Caballero destacó los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que –según expresó– «le dieron a la deuda una solución que el neoliberalismo no se la da porque el neoliberalismo es parte del problema». Gracias a esas políticas, afirmó, «se pudo tener una nueva relación con el Fondo Monetario Internacional, que fue una relación descolonial», y se consolidó un sistema previsional que sirvió de red de contención social para millones de argentinos y argentinas.

Sin embargo, alertó sobre los síntomas que hoy reaparecen con fuerza: el aumento de la desocupación, la caída del salario real, el endeudamiento creciente de los sectores populares y la pérdida de representación política. «Empiezan a aparecer bolsones cada vez más grandes de gente que sufre o padece la falta de representación. Y en esa falta de representación, el mileísmo se mueve cómodo», advirtió.

Caballero también vinculó la actualidad con el clima social previo a las puebladas de Cutral Có en los noventa, al referirse al conflicto en Tierra del Fuego por la quita del régimen de promoción industrial. «Hay aires de Cutral Có. Este modelo mileísta nos va a poner muy rápidamente, más temprano que tarde, en esa instancia nuevamente», alertó.

Uno de los ejes centrales de su análisis fue la «balcanización de los recursos»: una tendencia que, según el periodista, avanza con la complicidad de gobernadores que «hablan de federalismo, pero les interesa su provincia nada más». Para Caballero, “esa balcanización necesita una política subordinada”, y cuestionó el rol de muchos dirigentes que, bajo el paraguas de una supuesta autonomía provincial, “terminan siendo funcionales a la estrategia de los fondos de inversión y del FMI que se están quedando con los recursos estratégicos de la Argentina”.

Frente a este panorama, Caballero hizo un llamado a reconstruir un proyecto nacional que incluya a las diversas expresiones del campo popular. “Creo que tiene que haber un peronismo nacional como eje vertebrante de un movimiento mucho más vasto”, dijo, y subrayó la necesidad de incorporar al progresismo y a las izquierdas nacionales: “Todo eso existe en la Argentina, y creo que es fundamental saberlo, incorporarlo y tener políticas de acercamiento”.

Finalmente, concluyó con un interrogante que sintetiza el espíritu de su editorial: “¿Cómo hacemos para frustrar la fragmentación? ¿Cómo hacemos para que todos esos pedacitos en los que nos quieren convertir sigan juntos a pesar de las diferencias?”. La respuesta, sugirió, pasa por retomar el control sobre los recursos estratégicos del país y construir una idea de futuro compartida: «Porque mientras nosotros no sabemos qué hacer con nuestro litio, con nuestro gas, con nuestro petróleo, con nuestro cobre, con nuestro recurso ictícola… hay otros que sí saben, porque saben saquear».