La salud mental en estos tiempos

En su columna en Un Buen Comienzo por AM 530, María Quinteros abordó la delicada situación de la salud mental en la Argentina, a partir del último informe del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA. Según el relevamiento, más del 35% de la población presenta malestar psicológico, y los síntomas más frecuentes son la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad, el agotamiento emocional y el desánimo. “Si te juntás con diez personas, cuatro están para atrás”, resumió la periodista, destacando la gravedad de un fenómeno que atraviesa todas las edades y sectores sociales.

Más adelante, Quinteros subrayó que el malestar se concentra en mujeres y en las zonas urbanas del AMBA y las capitales provinciales, donde las condiciones de vida y el estrés cotidiano se agravan en un contexto económico adverso. Además, señaló que uno de cada cuatro adultos consultó a un profesional de salud mental en el último tiempo, mientras los centros gratuitos y hospitales públicos están saturados y desfinanciados. “La salud no es prioridad para el Gobierno nacional, como tampoco lo es la educación”, advirtió, en alusión al recorte presupuestario y al nuevo paro universitario convocado en defensa de la educación pública.

En ese marco, la periodista destacó la importancia de que las universidades públicas produzcan datos e investigaciones ante la ausencia de políticas nacionales que releven la situación sanitaria y social. “Hace falta que lo hagan las universidades, que investiguen con rigor científico y den cuenta del contexto que estamos viviendo”, sostuvo, valorando el papel del sistema público de educación superior como espacio de conocimiento y contención.

Finalmente, Quinteros recomendó el documental ¿Qué le pasa a mi generación?, dirigido por Ofelia Fernández, que analiza el impacto de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes. “A partir del 2010 —cuando aparece el ‘me gusta’ en Facebook— aumentan los trastornos psicológicos a nivel mundial”, explicó. En ese sentido, planteó que el tecnocapitalismo impone la obligación de mostrar una vida perfecta, y llamó a repensar qué entendemos hoy por éxito, felicidad y bienestar.