La batalla es cultural

El sociólogo Artemio López llevó adelante su columna en Sin Diarios (AM530 Somos Radio, sábados de 9 a 11) en la que analizó el rol de la batalla cultural que la derecha lleva adelante contra los sectores populares en todo el mundo y específicamente en Argentina.

«Estamos en una crisis en la cual lo que viene es la sucesión de un proyecto que tiene a su figura protagónica, Milei, con principio de autopsia, pero eso no implica que los sectores dominantes renuncien a darle continuidad a ese proyecto. Estamos en un proceso donde se discute un cambio de régimen o un cambio meramente electoral, en que el rumbo no se discute. Algo que ha pasado en Argentina hasta la llegada de Néstor Kirchner, prácticamente desde el Rodrigazo hasta el 2003», historizó Artemio.

«Se han perdido los rasgos de originalidad que distinguían la estructura socioeconómica argentina, luego de la dictadura, se ha parecido cada vez más al resto de la región en términos de desigualdad y participación del salario en el PBI, que se interrumpe en 2003 y se reinicia en 2015», explicó.

El sociólogo comparó los procesos en países centrales y en la Argentina, y afirmó: «De todos modos, la originalidad argentina es relativa, no sólo respecto a nuestra región sino también a los países centrales. Esto lo revela la irrupción de la ultraderecha en EE.UU. y en el mundo. Y luego de la derrota de los demócratas en EE.UU. ante Trump, los análisis de las causas de esa derrota respondían a los intereses de Trump y señalaban que los demócrata perdieron porque ‘se habían pasado tres pueblos’ con las políticas de género y hacia los inmigrantes. Es decir, supuestamente era por la batalla cultural. Pero estudios posteriores demostraban que el abandono de las bases demócratas de su propuesta electoral tenía que ver con que los gobiernos demócratas fallaban en mejorar sus condiciones de vida».

«En Argentina tuvimos un proceso similar cuando en 2023 hay una doble derrota, del Frente de Todos y del macrismo, a raíz del abandono del gobierno de Alberto Fernández del contrato electoral que implicaba trabajar para mejorar la situación material de los sectores populares. Pero hay un sector conservador que planteó que la derrota tenía origen en la batalla cultural porque nos habíamos pasado tres pueblos con las políticas de género y el feminismo», detalló.