Derrota de Trump en Nueva York: dos miradas sobre el triunfo de Zohan Mamdani

El analista de política internacional, Ernesto Resnik, y la periodista radicada en Nueva York, Zoe Alexandra, analizaron en #Bonavitta530 la victoria del candidato demócrata.

La victoria de Zohran Mamdani en las elecciones para la alcaldía de Nueva York, un musulmán, nacido en África y autodefinido socialista, generó una repercusión internacional. Un resultado leído también como un revés para el trumpismo y abre una nueva etapa dentro del propio Partido Demócrata y en el mapa político estadounidense.

“Fue una gran victoria de las fuerzas sociales organizadas, de quienes hace décadas luchan por vivienda, salud y educación como derechos”, señaló desde Nueva York la periodista Zoe Alexandra, editora de People’s Dispatch.

“Los medios del establishment dicen que no entienden cómo un socialista migrante pudo ganar, pero la respuesta está en la comunidad: se tocaron miles de puertas, hubo militancia real y un liderazgo que no cedió ante las presiones del poder”, agregó. Alexandra destacó además la postura de Mamdani frente al genocidio en Gaza, una posición que consideró “valiente y consistente”, en un contexto donde “la juventud entiende que criticar a Israel no es antisemitismo, sino rechazar los intereses imperialistas de Estados Unidos”.

Desde otra perspectiva, el científico y analista Ernesto Resnik, también entrevistado en el programa de Felicitas Bonavitta, sostuvo que el triunfo se explica por “un mensaje concreto e inclaudicable”. “Mamdani hizo campaña sobre tres ejes: control de alquileres, acceso a guarderías y transporte público gratuito. No habló de Trump, habló de resolver problemas reales. Esa es la manera de derrotarlo”, remarcó.

Según Resnik, el nuevo alcalde “no pidió disculpas por ser musulmán ni socialista” y su discurso “expresa un cambio generacional profundo”: el 75% de los menores de 40 años y el 70% de los jóvenes judíos votaron por él.

El analista advirtió que la victoria de Mamdani “descoloca al Partido Demócrata”, dividido entre un ala conservadora que intenta minimizar su impacto y un sector progresista que ve en su figura un modelo a seguir. “El establishment lo combatió con millones de dólares y una campaña islamófoba, pero el resultado muestra que el discurso del odio y el miedo empieza a tener límites. La gente busca soluciones concretas, no consignas vacías”, afirmó.