De símbolos también se vive

En su editorial en Jugo de Limón, Sandra Russo analizó el gran éxito de la serie El Eternauta y la importancia de los símbolos en épocas de «nieve tóxica».

Tras escuchar un archivo con el emotivo testimonio de Elsa Oesterhel, la periodista indicó: «Esto que pasó con ‘El Eternauta’ es algo imprevisible, porque Netflix no es justamente un corporación kirchnerista, aunque Milei lo debe estar sospechando. La plataforma pensó en hacer una buena serie, con una buena promoción y hacerla lucir con todo su capital simbólico».

«Nosotros viendo ‘El Eternauta’ gozamo muchísimo, porque nos hemos reencontrados con Manal, el Credo de la Misa Criolla, lugares reconocibles pero, sobre todo, vino a engrosar la lista de valores que hablamos cuando se murió el papa Francisco», resaltó.

Y enumeró: «Esto tiene que ver con el valor de la periferia, estar en contra de la discriminación y en defensa de los migrantes, entre otras cosas»

Antes de seguir con el tema, habló sobre una de las últimas acciones de Francisco: «Uno de sus últimos gestos fue donar el papamóvil para que funcione como un hospital en Gaza. Un gesto que tuvo hasta el final y que se convirtió en un símbolo, sin duda».

Retomando el hilo del editorial, expresó: «‘El Eternauta’ está pegando en todos lados porque en el mundo está cayendo ‘nieve tóxica’. La frase ‘nadie se salva solo’ son cosas que nos resuenan porque son nuestras».

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