Horacio Verbitsky: Te mato o te voto – El Cohete a la Luna
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- 2 de julio de 2023
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La beligerancia en JxC crece por horas y compromete su situación electoral, justo cuando el gobierno logró unificar posiciones en torno de la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, y se desinfla la alternativa libertaria, en medio de disputas por dinero entre sus dirigentes, que ostensiblemente no dominan el know-how de la denostada casta. La sutileza de Javier Milei llegó al punto de proponer la eliminación de la obra pública en la Cámara de la Construcción. Es como predicar la promiscuidad sexual en un templo.
Para Horacio Rodríguez Larreta las propuestas de confrontación abierta del bullrichonismo ya fracasaron con Macrì. Dice estar de acuerdo con Patio Bullrich en lo que hay que hacer, pero diferir en el modo de hacerlo. A su juicio, “el cómo es la diferencia entre lograrlo y no. Patricia lo propone desde el mensaje fuerte. Así no funcionó, es la historia de la Argentina. Llevamos 100 años de antinomias, peleas; gente que no piensa como yo es el enemigo, que hay que matarlo, que el adversario político todo lo que diga está mal, que el Gobierno tiene que empezar de cero. Ese modelo fracasó, mirá como estamos hoy, siguiendo ese modelo”. Él, en cambio, dice proponer “algo diferente. Que construyamos una nueva mayoría sólida y firme para impulsar algo en la Argentina que tenga gobernabilidad, pero para que el cambio se mantenga en el tiempo. Si no es un ida y vuelta más de este péndulo. La diferencia es clara: el único camino posible es construir una nueva mayoría sólida, que no es unanimidad”. Bullrich lo fulminó con rayos y centellas: “Me parece de una enorme bajeza moral, oportunismo y falta de ética que Larreta, que se jacta de haber trabajado 20 años con Macri, haga cualquier cosa con tal de conseguir un voto. Hay límites en una campaña, es un ventajero total, no puede decir algo así de quien fue su jefe político durante tanto tiempo. Me parece muy deleznable. Es todo muy oportunista lo que dice”. Mucho ruido y pocas nueces. ¿Qué dijo Larreta? Que Macrì fracasó. Si no fuera así, recién ahora estaría terminando su segundo mandato.
El impacto fue tan grande, que Rodríguez Larreta intentó corregir su frase en una entrevista, en la que sostuvo que “muchos cambios buenos se volvieron para atrás”. Por las dudas, no aclaró cuáles. Las palabras que le dedicó su competidora son más fuertes de las que ambos le reservan a lo que llaman “el kirchnerismo”, al que en forma unánime se proponen exterminar. Como quien impugna es Bullrich, ni una palabra salió de su boca contra el eventual vice escogido por su adversario, pese a que Gerardo Morales y su proyecto fascista neo, encarnado en una de las dos grandes estructuras partidarias nacionales, constituyen la principal amenaza a la democracia argentina. El pedido de inconstitucionalidad de su nueva carta provincial, que presentó ante la Corte Suprema el ministro de Justicia, Martín Soria, y el proyecto de intervención por un año al Poder Judicial jujeño, presentado por Juliana Di Tullio y Guillermo Snopek, dan cuenta de la gravedad de la situación, sobre lo que informa en esta edición Juan Alonso. El rol nacional de Morales, como presunto moderado, choca con su práctica jujeña y torna risibles afirmaciones como las que dedicó a Bullrich: “Liderar no es andar a los gritos o hacerse el bravo”. Un espejo, ahí.
Por lo menos desde diciembre de 2020, toda la atención estuvo puesta en las diferencias entre el Presidente Alberto Fernández y la Vicepresidenta CFK. Diecinueve veces en los primeros dos años de gobierno, Cristina dice haber objetado las decisiones políticas del Presidente que eligió. Hasta que, luego de la derrota en las elecciones de medio término de 2021, resolvió hacer pública su disidencia. Esos desacuerdos prosiguen, como se vio en el cierre de las listas de candidatos para la renovación presidencial de este año. Sin embargo, carecen de la carga vitriólica que está lacerando a la coalición cambiante. Esto se debe a que Cristina logró encapsular al Presidente, cuya soledad es lastimera, de modo que lo que haga o deje de hacer solo le importa a Dyzhy, Dylan, Prócer y Fabiola.
Cuando era jefe de gabinete de Néstor Kirchner, Alberto manejaba el bloque de legisladores porteños del gobierno a través de su delegado personal, Diego Kravetz (que hoy es el candidato de Macrì a la intendencia de Lanús). Desde que ganó las primarias de 2019, ese papel lo desempeña Santiago Cafiero, encargado de las malas noticias.
Cuando digo digo
El senador Oscar Parrilli, de estrecha vinculación con la Vicepresidenta, dijo que “el albertismo le va a tener que dar explicaciones a Scioli. En definitiva, si todo era por dos cargos a diputados nacionales, ¿para qué tanto daño y tanto escándalo?”, se preguntó. Esta interpretación no es aceptada del otro lado de la cerca. Scioli le dijo a Cristina que en tres décadas de política nunca lo habían maltratado y humillado de ese modo y se lo repitió a Cafiero. Tenía el antecedente de su fugaz desempeño de poco más de un mes como ministro de Desarrollo Productivo, en reemplazo de Kulfas, y antes de que su ministerio fuera absorbido como secretaría del Ministerio de Economía. Entonces Scioli regresó sin protestas a su embajada en Brasilia. Otra víctima de aquel desbarajuste fue Silvina Batakis, a quien compensaron con la presidencia del Banco Nación. Pero lo que en torno del Presidente no aceptan es que Alberto haya traicionado a Scioli y que le hayan robado la banca, que ocupará Cafiero, como dijo el ministro de Seguridad bonaerense, el cirujano que quisiera ser militar Sergio Berni.
La versión que se difundió desde el kirchnerismo indica que en la comida del jueves 22 en La Ñata, Alberto instó a Scioli a mantener su candidatura, cuando ya había aceptado bajarla. Pero en la presidencia afirman que esa comida, en la que Scioli y Aníbal Fernández estaban sentados a los lados de Alberto, se realizó bajo la triste impresión del acto realizado horas antes en uno de los teatros de Enrique Albistur, donde fue notoria la ausencia de gobernadores, intendentes o dirigentes de alguna significación. Tanto, que las figuras principales fueron el cómico radical Nito Artaza y la conferencista TED Mayra Arena, que no mueven el amperímetro político. El principal atractivo de Arena es que dispara críticas a Máximo Kirchner con la impunidad que da la irrelevancia. En comparación, Hugo Moyano parecía Mike Tyson (sin aclarar la fecha).
Alberto habría señalado entonces esa carencia de apoyos, ante una mesa que también incluía a Juan Manuel Olmos, Alberto Pérez, la esposa del Presidente y la hija de Scioli. Fue ella, Lorena Scioli, quien alimentó el relato de la traición, con un tuit en el que la palabra maldita era el único texto.
Peor aún, el día anterior Alejandro Rossi, empresario del transporte conocido como Fratacho, le había comunicado a Alberto Pérez que su hermano declinaba la postulación vicepresidencial que le había ofrecido Alberto. Por eso, en la sobremesa de La Ñata se analizó quién podría acompañar al navegante en su intrépida travesía, Albistur planteó sin ruborizarse que fuera su esposa, quien nunca en su vida ganó una elección, ni general ni interna. El hombre de negocios llegó a decir que su pareja era más linda que Cristina (sic).
—¿Dos bonaerenses?— se animó a preguntar Scioli, quien se inclinaba por el diputado entrerriano Marcelo Casaretto, quien no es pariente del prelado de San Isidro. Cuando le objetaron su escaso volumen político arriesgó el nombre de Mayra Arena (tan bonaerense como Derrota Dolosa), lo cual mide la soledad en que se encontraba.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social, la candidata distribuye más de 1,5 millones de planes. Esta es una práctica poco peronista, que incide en el malestar contra el gobierno que se percibe en los barrios populares, donde lo que se reclama es empleo asalariado estable y con derechos. Desde esa plataforma de planes, Dolosa pregonaba que enfrentaría en las primarias al gobernador Axel Kicillof. En realidad codiciaba algo más seguro, que finalmente le fue concedido. En verdad, el segundo lugar en la lista estaba reservado para Cecilia Moreau, pero Olmos lo consiguió para la ministra. Dijo que había sido un error suyo, pero imploró que no se reabriera la discusión. Usó para ello el gráfico emoji de las manitos en actitud de plegaria: 🙏.
Cerca del canciller Cafiero admiten que el momento de concluir la aventura debió haber sido cuando les negaron la posibilidad de la Y Griega, es decir de colgar la boleta de Scioli de la del gobernador Axel Kicillof. Eso ocurrió hace tres semanas y la aparatosa pero inconducente respuesta fue judicializar el punto, sin el menor éxito. O, en el peor de los casos, cuando Rossi dijo no, el miércoles 21. Sabían que Rossi estaba en conversaciones con Máximo Kirchner, pero creían que se limitaban a las listas de Santa Fe. No se imaginaron que el hijo bi-presidencial hubiera acordado con el jefe de gabinete que integrara la fórmula de unidad con Massa. Sólo en un tercio de los distritos bonaerenses, sobre todo del interior rural, se permitirá aquello que se le negó a Scioli y Dolosa. El Movimiento Eguita podrá probar su músculo en varios municipios del Gran Buenos Aires, y Juan Horacio Zabaleta enfrentará en Hurlingham a Damián Selci, quien lo sucedió cuando Alberto Fernández lo convocó al gabinete nacional. Ayer, el acto de apoyo a Selci, que colmó el club La Catedral con cerca del 10% de la población total del distrito, convocó a Máximo y Wado. También acompañaron al candidato camporista los renovadores Rubén Eslaiman y Cecilia Moreau, el ex intendente Juan José Älvarez, la senadora Teresa García. Hurlingham es para La Cámpora una prueba tan fuerte como Tigre para Massa, cuya esposa Malena Galmarini intentará desalojar al intendente Julio Zamora, quien denunció aprietes y amenazas para que desista. Un dato llamativo es que no hubo una sola mención a Zabaleta. Todos los cuestionamientos fueron para el proyecto de ajuste y represión del macrismo.
El viernes 23 por la mañana Cafiero recibió la indicación presidencial de reunirse en Olivos. Allí afirma haber sido informado de que debía calzarse una vez más el uniforme de sicario para ejecutar a Scioli. Ante los gobernadores Zamora y Jalil, Alberto había propuesto como candidato presidencial a su ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, a quien todos aprecian pero que carece del volumen político necesario, de modo que progresó la operación de Massa. Cafiero cumplió con su rol en el bunker del candidato sacrificado, en presencia de sus principales colaboradores, Alberto Pérez, Aníbal Fernández y Albistur. Olmos acababa de reunirse con Cristina, y anunció por teléfono que para cerrar el acuerdo el nonato albertismo dispondría de dos diputaciones nacionales y una para el Parlasur. Albistur enrojeció de ira y dijo que no había que aceptar nada, y seguir adelante con la candidatura del ex gobernador.
—Pero ustedes son pelotudos, si no tenemos nada—replicó con fineza Aníbal Fernández.
Mortificado por la versión de que se robó una banca, Cafiero cuenta a quien quiera oírlo que al día siguiente Berni se disculpó por haberlo involucrado, cuando su objetivo era poner en evidencia a Alberto Fernández. También dice que luego de su reunión con Cristina, Scioli lo llamó para contarle su contenido. Además están preparando una reunión en Brasil para los próximos días. También difunde las declaraciones de Olmos, según quien en el cierre de listas nadie le roba nada a nadie, porque las candidaturas se construyen. El jueves Scioli visitó a “mi amigo ministro de Economía” y el jueves al Presidente. Que haya paz, pide Massa. Con ese propósito, también se reunió con Juan Manzur y propuso que Wado de Pedro fuera su jefe de campaña.
Contexto
Hay comprensión de contexto cuando uno mira la sociedad y el momento político en el que está, dijo CFK la semana pasada al presentar a Massa como candidato a la presidencia, con el avión de los vuelos de la muerte a sus espaldas. Para darle la razón, con pocas horas de diferencia Massa dijo que el FMI no quería que se construyera el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner para que el país cumpliera las metas fiscales. El comienzo del llenado del Gasoducto, el 20 de junio, debió ser la noticia más importante de aquella semana, sólo desplazada en la atención pública por la represión de la protesta docente y campesina en Jujuy y por el cierre de las listas para las PASO. Pero ahora es el momento de volver sobre aquella obra. “En diciembre fue una pelea fenomenal” [con el FMI], dijo Massa durante la Convención Anual de Cámara de la Construcción. Ya antes, en 2019, fue postergado no una sino dos veces, por el entonces Presidente Maurizio Macrì, también por exigencia del FMI, agregó. La motivación formal aducida por la secretaría de Energía fue que solicitaban más plazo para presentar su oferta cuatro empresas internacionales. Al asumir, Alberto anuló las decisiones previas y ENARSA llamó a licitación para la provisión de la chapa y para la obra civil. Massa fue explícito al vincular el gasoducto con la deuda argentina con el FMI: dijo que este año el país ahorrará 2.000 millones de dólares en importaciones de combustibles, que casi se duplicarán el año próximo. “Una obsesión que debe tener el próximo Presidente, sea quien sea, es la de consolidar el programa exportador para generar todos los dólares necesarios para pagarle al FMI y no volver nunca más al organismo”, afirmó Massa. Hasta ahora no se sabía que las dilaciones se habían debido a exigencias del FMI. Tramitar el Decreto de Necesidad y Urgencia llevó 82 días entre el Ministerio de Economía a cargo de Mr. MaGoo y la Presidencia, mientras que la Procuración del Tesoro de la Nación sólo insumió dos días para aprobar que se destinara al gasoducto parte de los fondos recaudados por el impuesto a las grandes fortunas.
El 30 de mayo de 2022, el ingeniero contratado por ENARSA para dirigir la instalación del gasoducto, Antonio Pronsato, renunció a la tarea. Esto requirió un largo reordenamiento administrativo y técnico de la información preparada para la realización de los pliegos. Semanas después de la renuncia, se conocieron trascendidos en el sector que referían a un posible acuerdo entre MaGoo y Pronsato para crear una unidad especial que dependiera directamente del ministro y no de ENARSA, que el kirchnerismo manejaba a través de Agustín Gerez. Pocos días después Matías Kulfas usó el acto por los 100 años de YPF, al que asistieron Alberto y Cristina, para acusar a ENARSA de beneficiar en la licitación de los pliegos a la trasnacional ítalo-luxemburguesa Techint. Ante una presentación de los especialistas en denuncias penales Waldo Wolff y Graciela Ocaña, Kulfas se desdijo y descargó la responsabilidad en los encargados de comunicación de su ministerio. Una hipótesis que se barajó entonces fue que Mr. MaGoo encabezara la comisión de evaluación y seguimiento de la construcción del gasoducto, pero el ministro se negó. Hace dos semanas, al iniciarse el llenado del tubo, Massa recordó que esa obra, planificada desde 2015, se hizo en ocho meses, cuando se afirmaba que era imposible concluirla en menos de dos años. Estimó que el gobierno nacional podría ahorrar hasta 4.300 millones de dólares anuales, o el 7,1% del total de las importaciones. De este modo, la inversión realizada se recuperará en menos de un año.
Esa idea de que la exportación de commodities pudiera ser el camino para sacarse de encima al FMI fue objeto del escepticismo de Cristina en varios de sus últimos mensajes. Por un lado, porque su producción no crea suficiente empleo, pero además porque la prevalencia del capital financiero en el mercado internacional propicia un subibaja de precios que rara vez favorece a las economías dependientes. Por supuesto, las reservas de gas y petróleo son tan superiores al consumo interno, que no tendría sentido privarse de su exportación, sobre todo porque su validez tiene fecha de vencimiento, a medida que se avanza en la sustitución de combustibles fósiles en lo que se denomina la transición energética. Ni tanto, ni tan poco.
Las fake news están a la orden del día. A raíz de una frase de Leopoldo Moreau, quien dijo que Amado Boudou estaba colaborando con Massa en la reformulación del acuerdo con el FMI, Clarín dijo que causó sorpresa, porque “Soberanxs, el partido de Amado Boudou y Alicia Castro, emitió este martes un comunicado para anunciar que no acompañará la candidatura de Sergio Massa”. Consultado para esta nota, el ex ministro de Economía respondió: “Yo de Unión por la Patria no me voy ni aunque me echen. Es mucho lo que hay en juego para el devenir de la Argentina. Además de seguir creyendo que la conducción es CFK. Lo de Soberanxs para mí, y lo hice siempre público, fue un espacio para pensar lo programático pero nunca lo electoral. Tampoco me fui, pero parece que hay mucha confusión entre la contradicción principal y la secundaria. Por todo esto estoy haciendo todo lo que está a mi alcance (que seguramente no es mucho) para apoyar la fórmula de unidad e intentar explicar por qué”. Del mismo modo, los medios de la oposición presentan las críticas de Cristina al FMI como un palo en la rueda de Massa, que intenta cerrar un nuevo acuerdo con el organismo. En la práctica, el ministro entiende que esos cuestionamientos favorecen la negociación con el Fondo, porque contribuyen a presentar sus propuestas como el mal menor.
¿Y ahora qué?
Oficializadas las listas, sólo faltan seis semanas para que se escuche la voz de la ciudadanía, cuyos niveles de abstención y voto en blanco superan los registros de las cuatro décadas post-dictatoriales, índice innegable de insatisfacción con la oferta electoral. Las primeras mediciones posteriores al conocimiento de las candidaturas sugieren que la postulación de Massa aventó el peor fantasma que hostigaba al peronismo: quedar fuera del balotaje, desplazado por los cambiantes y los libertarios. A esto contribuye el descontrol del enfrentamiento interno en la principal oposición y al desinfle de la opción alternativa, cuyos desempeños provinciales sólo suman frustración y rencillas, que alcanzan de lleno al candidato y a su entorno personal, acusado de cosas muy feas. Suprimida la candidatura que imaginaba Alberto en favor de la lista de unidad, Unión por la Patria tiene incluso una colectora, encabezada por dos jóvenes profesores universitarios interesados en las relaciones laborales. Esa lista aspira a recoger las adhesiones de los sectores intelectuales de amorosa relación con el espejo al salir de la ducha. Su representante ya ha dicho que si es derrotado, cosa de la que ni él duda, acompañará la candidatura de Massa. Desde la izquierda marxista denuncian que esa colectora tiende a legitimar al que llaman “el candidato de la Embajada”, dado que comparten la totalidad de las listas. Esa caracterización subestima el pragmatismo de Massa, quien acaba de pagar con yuanes chinos el reciente vencimiento con el FMI.
En JxC, la odiosidad de sus líderes abre interrogantes serios para lo que vendrá después de las primarias. Dista de ser seguro que también allí el que gane conduzca y el que pierda acompañe. Si las invectivas de Bullrich expresan a su electorado, es difícil que todos los partidarios del inmoral, falto de ética, ventajero, deleznable y oportunista Rodríguez Larreta engrosen las filas de la ex ministra de Seguridad, en caso de que ella se impusiera en las PASO. Al menos una porción podría dar la espalda a las urnas e incluso apoyar a Massa. A la inversa, la fuga podría ocurrir en favor de Milei. El caso de Santa Fe avala esta hipótesis: la senadora Carolina Losada ya anunció que, si Maximiliano Pullaro la venciera en la interna, no colaboraría con su campaña posterior. Larreta y Bullrich integran el PRO; Losada y Pullaro, la UCR. De modo que este desafecto es transversal a toda la alianza opositora. Y Bullrich contribuye con la sarta de burradas que emite cada vez que abre la boca. La última fue su afirmación de que en las universidades nacionales casi no hay argentinos porque están llenas de extranjeros, cuando la proporción real es del 4% en las públicas y 5,5% en las privadas. Al participar en forma virtual de una actividad de la derecha española, acusó al gobierno nacional de haber abandonado el festejo de “descubrimiento de América, nuestro descubrimiento, porque quiere reconvertir nuestras raíces culturales”. Querido Rey, qué angustia.
Del orden de los milagros
De todos modos, imponerse en las elecciones con una inflación de tres dígitos (para no entrar en desagradables detalles) sería un hecho del orden de los milagros, aun cuando el candidato no fuera el Ministro de Economía que en poco menos de un año duplicó los valores recibidos del IPC. Esta dificultad también podría sellar la suerte de Kicillof en la provincia de Buenos Aires, dada la dificultad de cortar una boleta en la que el candidato a gobernador figura en el sexto paño de una tira de ocho. Por ahora, reina el optimismo. En cuanto al autor de esta nota, nunca creyó que Massa fuera a ser el candidato, tal vez por una indebida proyección a la política de la doctrina económica de las expectativas racionales. De modo que su opinión actual puede ser relativizada sin culpa. Los milagros existen, con independencia de que uno crea en ellos.