Ojo negro – Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna
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- 11 de agosto de 2024
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Alberto Fernández le dio su versión de los hechos al Cohete en una entrevista de una hora y cuarto en la mañana del viernes 9, con la condición de que no se publique antes de la otra entrevista que concedió, al diario español El País, que debería salir hoy. El ex Presidente alega que el hematoma no se debe a un golpe, sino a un tratamiento estético contra las arrugas. Los medios que siguen cada minuto del caso, recuerdan que también en 2021 Fernández primero negó que se hubiera producido el festejo en Olivos, luego puso en duda la autenticidad de la foto y terminó por incriminar a su pareja.
Las fotografías de Fabiola Yáñez con un ojo negro y con un moretón en una axila monopolizan la atención pública desde que las dio a conocer en la noche del jueves la trilogía mediática de la derecha dura argentina: las señales de noticias por cable de La Nación y Clarín y el portal Infoemba. Luego siguió una interminable chorrera de medios gráficos y audiovisuales. En episodios como este se constata el desplazamiento sufrido por el periodismo en la última década. A toda hora hoy predomina el estilo banal y estridente de los programas de la tarde, con chimentos sobre amoríos y rencillas entre personajes de la televisión. En cambio, se rehusaron a difundir las fotos Tiempo Argentino (para “no sumarse ni a operaciones ni a divulgación de material cuya procedencia no podemos respaldar, y cuyo peritaje desconocemos”) y Página 12 (porque sin autorización de Yáñez, “implican una revictimización”).
El Cohete a la Luna comparte la decisión de estos últimos medios. Hasta ahora sólo se conocen trascendidos de las manifestaciones de Yáñez por videoconferencia ante el fiscal Carlos Rívolo, en quien delegó la instrucción el juez Julián Ercolini y la entrevista de la que dio anticipos Infoemba. La causa se sustancia por lesiones leves agravadas, delito con una pena máxima de dos años, que podría estar prescripta. Pero ya estaría establecido que los golpes que denuncia Yáñez ocurrieron el 12 y el 13 de agosto de 2021, en el preciso momento en que La Nación publicó la foto de la fiesta de cumpleaños de 2020, en plena pandemia, y de la inolvidable conferencia de prensa en Olavarría, cuando el entonces presidente descargó la responsabilidad en “mi querida Fabiola”. La presunción es que no fue sólo de palabra. Según Yañez desde entonces el presidente le recriminó el mal desempeño en los comicios de 2021. “Por tu culpa, perdimos las elecciones”, le decía. Es decir que la culpable de la derrota no era la vicepresidenta. “¿Qué mujer quiere verse y que la vean así”, agregó para no dejar dudas de que se publicaron sin su consentimiento.
En su entrevista con Infoemba, Yáñez dijo que la destruyó ver esas fotos, que ella nunca hubiera dado a conocer.
Resta por ver si Fernández está en condiciones de probar su argumento sobre el tratamiento estético. El Cohete lo consultó con distintos profesionales de la salud y no encontró unanimidad. Una médica y un dermatólogo dijeron que no era imposible que se tratara de una reacción alérgica a una droga, aunque en tales casos el párpado suele enrojecer, se hincha y se descama. El efecto de un golpe no se aprecia sólo en los párpados, sino también en la conjuntiva. El ojo se achica y aparecen derrames sanguíneos, cosa que no ocurre en la foto de Yáñez. Además, los hematomas son irregulares y no perfectos círculos simétricos. Su evolución va del violeta, al verde y al amarillo, y no negro como se ve en la foto. El color por un golpe es irregular y la mancha no es simétrica, pareja y de bordes delimitados, porque se forma por el derrame de sangre en los vasos que rodean el ojo, que no son perfectamente circulares. Como ejemplo, los médicos suministraron una foto, tomada de una página especializada.
Una oftalmóloga que amplió la foto y la observó en detalle, los contradice. “Sí, me parece un hematoma contuso, tiene diferentes colores, no es simétrico, tiene mini laceraciones en pómulo y arco superciliar. A priori y contando solo con la foto me parece que sí”, dijo.
La comida con Clarín
Por si a alguien le interesa, El Cohete le cree a la víctima de violencia de género y aborrece esas agresiones, pero no declina su apego a la presunción de inocencia de un acusado en una causa que recién se inicia y a la valoración cuidadosa de las pruebas. Sobre todo cuando la contaminación con aspectos políticos y empresariales es ostensible y no puede excluirse del análisis. A la condena mediática al ex Presidente se ha sumado una fenomenal ofensiva contra los feminismos, contra el kirchnerismo y contra el peronismo en general, de la que participa con entusiasmo el gobierno de los Hermanos Milei, que ha desmantelado la red de protección preexistente e intenta justificarlo. A los medios principales de la derecha militante se agregan quienes desde un autopercibido progresismo no quieren morirse sin ver antes la desaparición del peronismo. El tema aparece en casi todos los análisis.
La experiencia histórica no avala esa hipótesis. En 1955 los militares golpistas pudieron probar que desde los 58 años Perón convivía en RPO con una niña de 14 años, Nelly Rivas, quien reconoció la correspondencia entre ambos y admitió los hechos. Esto no implicó el fin del peronismo. Pasaron 68 años y el peronismo se impuso con el 50% de los votos en Lomas de Zamora, pese al documentado viaje por el Mediterráneo y los costosos regalos de su ex intendente Martín Insaurralde, a una escort que declaró vivir de esa actividad.
En una entrevista, pocos días antes de este episodio, Fernández reveló que en una comida con directivos del Grupo Clarín le comunicaron que lo tratarían mejor si “entregara a Cristina” y que él se había negado.
Recluido en su departamento de Puerto Madero, que el viernes fue allanado y del que se secuestró su telefonito, Fernández se declara víctima de una operación del Grupo Clarín, aprovechando la fragilidad de una persona con graves problemas psíquicos, cosa que cree posible demostrar. Ante la publicación de las fotos, Fernández hizo un llamado que su hijo interpretó como de despedida. Según Fernández, le dijo que hasta ahí llegó, que más no podía aguantar. Tani Fernández le pidió que no hiciera nada antes de hablar personalmente y ya en el departamento de su padre le dijo que si se tiraba por el balcón como amenazaba, se interpretaría como una admisión de culpa. “Tenés que defenderte”, dice que le dijo. También se acercaron a acompañarlo su hermano Pablo Galíndez y una de sus dos hermanas. En la entrevista que Infoemba publica hoy, Yañez agrega que en los llamados con que la hostigaba, Fernández la amenazaba día por medio con suicidarse si lo denunciaba.
Las distintas corrientes de la militancia feminista aplican uno de los preceptos principales del movimiento, el “Yo te creo”. Lo mismo dice la declaración del bloque de diputados de Unión por la Patria, la rama femenina de La Cámpora y exponentes como Mayra Mendoza y Juliana Di Tullio. El viernes se sumó CFK.
Según ella, “Fernández no fue un buen Presidente. Tampoco lo fueron Mauricio Macri o Fernando De La Rúa”. Las imágenes transmitidas “en virtual cadena nacional, en lo que constituye una verdadera revictimización de la denunciante, SON OTRA COSA. Las fotos de la Sra. Fabiola Yañez con hematomas en su cuerpo y rostro junto a los chats publicados que revelan el diálogo entre ella y el ex Presidente, no sólo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana. Permiten comprobar, una vez más y dramáticamente, la situación de la mujer en cualquier relación, se desarrolle ésta en un palacio o en una choza. La misoginia, el machismo y la hipocresía, pilares en los que se asienta la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos. En lo personal y como mujer que ha sido objeto (y lo sigue siendo) de las peores violencias verbales y políticas, hasta la máxima experiencia de violencia física, como fue el intento de asesinato del 1° de septiembre del 2022, expreso mi solidaridad con todas las mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia, sin olvidar las palabras que Francisco me dijo al día siguiente de aquel hecho: ‘Toda violencia física siempre es precedida de violencia verbal'”.
En cambio no se pronunciaron Derrota Dolosa, que hace un año fue la candidata propuesta por el Doctor Fernández para enfrentar a Axel Kicillof por la gobernación de Buenos Aires, y Dora Barrancos.
El acupuntor
La socióloga Barrancos, de 83 años, es uno de los íconos del feminismo en la Argentina. En un chat con científicos escribió que “estoy en condiciones de asegurar fehacientemente que nunca A.F. agredió físicamente a F. Ella arrastra una compleja situación psíquica, a lo que se unió su adicción alcohólica. En realidad, si hay algo que imputarle a Alberto fue su agregada incapacidad de quebrar ese vínculo tóxico (sic). Lo casi trágico es que ahora está obligado a las dolorosas pruebas de la enfermedad de su pareja. Por supuesto los buitres y las hienas se hacen un festín. Ercolini se toma toda la venganza por la denuncia de Alberto a raíz de su encuentro glamoroso con Lewis y otros sátrapas. ¿Recuerdan?”
Según Fernández, cuando la historia se publicó en el diario Clarín, hace hoy una semana, él llamó a quien fue su asesora en temas de género, para darle su versión del episodio. Ella lo habría interrumpido para decirle:
—No tenés que explicarme nada. Mi esposo atendió a Fabiola y yo conozco toda la verdad.
El esposo de Barrancos es el médico acupuntor Eduardo Moon, una de las personas que Fernández contempla citar como testigos de concepto en la causa judicial. Fernández también dijo que Facundo Manes diagnosticó en 2016 a Yáñez, pero el diputado radical lo negó. Ante una consulta para esta nota, Manes dijo que sabe que Yáñez asistió al Instituto de Neurología Cognitiva que él creó (INECO), pero que él nunca la vio y ni siquiera sabe qué médicos la atendieron ni si tenía alguna enfermedad.
Un peritaje aquí
El ex Presidente tiene una explicación para las fotografías, pero trastabilla ante los chats en los que Yáñez lo acusa de golpearla durante tres días seguidos. Su asombrosa explicación es que ella le pegaba a él durante las discusiones que admite frecuentes por el estado de salud de su esposa. Al defenderse él la tomaba de los brazos, lo cual explicaría los moretones. Una médica clínica que observó las fotos dice que el hematoma en la axila no corresponde a la marca que dejan los dedos cuando aprietan. “Parece producto de un golpe, no de un zamarreo”. En cualquier caso, esto revela la importancia de la realización de un peritaje que disipe toda duda.
Fernández dice conservar chats con la madre de Yáñez, en los que compartirían la preocupación por el alcoholismo de ella, y reitera en forma obsesiva varias preguntas:
—Si soy un golpeador, ¿por qué se sometió a un tratamiento de fertilidad para que tuviéramos un hijo?
—¿Por qué no hay un solo testimonio de alguien a quien ella le hubiera contado del alegado maltrato?
—Viví 17 años con Marcela Luchetti (la madre de su hijo Tani) y 10 con Vilma Ibarra, y no hay un solo episodio de que yo las haya agredido.
Por el contrario, Fernández afirma que una amiga de Yáñez se comunicó con él para decirle que llevaba días sin poder dormir a raíz de las historias falsas que se publicaron. Estaría dispuesta a declararlo en sede judicial. En la nómina de testigos que piensa ofrecer hay custodios y personal de RPO, que desmentirían la hipótesis de que estuvo secuestrada en la casa de huéspedes y que no le permitían salir. Estarían dispuestos a declarar sobre las salidas de Yáñez y el estado en el que regresaba, de lo cual nunca se conoció ningún testimonio fotográfico. Ella lo dice así en la entrevista con Infoemba. “A mí jamás nadie me vio en un restaurante, en un bar. Jamás, porque nunca salí a hacer esas cosas. Simplemente iba a la casa de una amiga” .También podría declarar un asesor de Mr. Magoo, que habría tenido que cargarla escaleras arribas en el complejo presidencial de Chapadmalal, dijo el ex Presidente.
Si todas estas explicaciones fueran ciertas, no descartarían que Fernández la hubiera golpeado. Hasta podrían constituir un agravante, dada la situación de fragilidad e inferioridad de la mujer, y ninguna de ellas demostraría que no hubo violencia. Hasta que Yáñez no declare en la causa, tampoco se puede aseverar que no hizo comentarios con nadie en el momento de los hechos.
Tanto los medios involucrados como el gobierno nacional han sumado al cambalache otro video, de un almuerzo presidencial con la nieta de Roberto Pettinato, el gran reformador del sistema penitenciario argentino durante las presidencias de Juan D. Perón. En ese fragmento repetido ad nauseam, no hay un solo elemento ni de delito ni de interés público. Solo una conversación privada entre dos adultos mayores. Que reclame mayor respeto para la oficina presidencial Manuel Adormi, quien ha convertido sus conferencias de prensa en refugio de ultraderechistas españoles y nazis locales que provocan a los periodistas, ya es demasiado.
El caso surgió a raíz de la investigación de Ercolini sobre la contratación de seguros de reparticiones estatales con Héctor Martínez Sosa, el esposo de la secretaria histórica de Fernández, María Cantero. En un telefonito secuestrado en el domicilio conyugal aparecieron las fotografías, que le envió Yáñez, y el relato de los golpes que recibió. Esto contradice la afirmación de Fernández, de que nunca Yáñez lo había dicho, si bien resulta extraño que compartiera esa intimidad con una amiga del presunto victimario, con quien ella nunca tuvo una relación propia de proximidad. De hecho, la respuesta de Cantero habría sido que no lo divulgue y que el Presidente estaba bajo mucha presión. Por eso no se descarta que sea considerada encubridora.
Ercolini armó un legajo aparte y lo envío a la oficina que se encarga de casos de violencia de género en la justicia federal. Le respondieron que no constaba quién habría golpeado a la mujer. El juez informó del tema a su ex compañero en la Oficina Anticorrupción durante la presidencia de Fernando De la Rúa, Juan Pablo Fioribello, quien por entonces era abogado de Fernández y de Yáñez. Por su pavoneo en programas de televisión, ventilando aspectos del caso que no eran públicos, Yáñez lo desplazó y en su lugar designó a una mujer civilista. A través de Fioribello el juez se comunicó el 27 de junio con Yáñez para preguntarle si quería hacer la denuncia, en un caso que es de instancia privada. La respuesta fue negativa y el juez archivó el expediente. Por arte de magia, el caso apareció en la tapa de Clarín del domingo 4 de agosto, en una nota de Claudio Savoia, que no economizó adjetivos: se trataría de una noticia bomba, un escabroso caso de corrupción, una historia sórdida, oprobiosa, que cuestiona la autopercibida honorabilidad del ex Presidente.
Según Fernández, Fioribello le avisó que Savoia lo había consultado para la nota que estaba preparando sobre el tema. Fernández se lo comunicó por mensaje a Yáñez, para que la publicación no la sorprendiera. Pero la sorpresa se la llevó él. Pese a que en Madrid eran las 5 de la mañana del domingo, Yáñez lo llamó y le dijo que había recibido un ofrecimiento de 3 millones de dólares para denunciarlo, ante la Justicia y en un documental que se filmaría sobre el caso. Le preguntó entonces qué le ofrecería él.
Fernández dice que le respondió que ella vivía en Madrid con los 7.000 euros mensuales que él cobraría de la Universidad Internacional de La Rioja, para la que estaría elaborando un programa destinado a alumnos de Latinoamérica. Ella le habría respondido que necesitaba asegurar su futuro y el de su hijo y él habría cortado la comunicación. Cuando llamó al juez Ercolini para decirle que había cambiado de idea y presentaría la denuncia, Yáñez dijo que el ex Presidente la estaba enloqueciendo con llamados que la aterrorizaban.
El contacto de Yáñez con el Grupo Clarín es la periodista Sandra Borghi, quien en varios programas de las estaciones audiovisuales del grupo apareció dando fe de las fotos y las denuncias publicadas. También fue quien primero anunció el presunto documental. Además, afirma que hay más fotografías y filmaciones.
El viernes, el fiscal Rívolo solicitó que se sorteara la nueva causa, por violencia de género. Resultó insaculado (sí, en judicialés al sorteo le llaman así) Julián Ercolini. Comodoro Py no se rinde. El fiscal correspondiente es Ramiro González, pero Rívolo solicitó continuar en la causa. Faltaba menos. En cambio, el expresidente solicitó que pase al juzgado federal de San Isidro, cuando toda la práctica indica que debería instruirlo la justicia ordinaria.
Como diría Rep, continuará.