Un Terminator que viene del pasado

Un Terminator que viene del pasado

Por Daniel Rosso

Teminator, un androide programado para matar, es enviado desde el futuro por máquinas conducidas por inteligencia artificial para asesinar a John Connor antes de que nazca. En esta película de James Cameron, aniquilar al jefe de la resistencia humana es lo que les falta a las máquinas para tomar el control del planeta. Si lo matan a Connor en el pasado eliminan su protagonismo guerrero en el futuro.

Comparándose con el cyborg asesino interpretado por Arnold Schwarzenegger, el presidente Milei ha señalado la semana pasada: “No hace falta que el mundo tenga que sufrir semejante debacle para escapar de las ideas del socialismo. Yo vengo de un futuro apocalíptico para evitarlo. Algo así como la historia de Terminator”. También dijo: “Amo ser el topo dentro del Estado. Soy el que destruye el Estado desde adentro”. Y agregó: “Es como estar infiltrado en las filas enemigas. La reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo este tipo de calumnias, injurias, mentiras (…)”.

Una de las mayores falsedades del anarco libertarismo es su afirmación de que está en contra del Estado. Por el contrario, Milei es profundamente estatalista. Porque quiere destruir una forma de Estado pero para situar en su lugar a otra forma de Estado. Por eso habla de “reforma del Estado”.

Se propone aniquilar al Estado Benefactor y al Estado de Bienestar pero para instituir en su lugar una variante de Estado Absolutista, el que dominó las sociedades antes de la Revolución Francesa. Por ello, el Presidente es un Terminator pero que viene del pasado: vuelve para utilizar una forma de Estado contra otras formas de Estado.

En síntesis: esa “criatura rara” – al decir de la periodista que lo entrevistó en Estados Unidos – quiere, en primer lugar, eliminar al Estado Benefactor, aquel que interviene en los procesos económicos, regulando, desarrollando áreas estatales de la economía, planificando el crecimiento y la distribución; en segundo lugar, tiene como objetivo debilitar al máximo el Estado de Bienestar, el que distribuye recursos a través de sus Ministerios de Desarrollo, Acción Social o nombres similares. El primero interviene desde el interior de la economía, el segundo desde “afuera” de ella, distribuyendo recursos asignados a sus áreas sociales.

Los regímenes neoliberales desmantelan el Estado Benefactor produciendo desocupación, pobreza e indigencia pero, en simultáneo, buscan asistir a los perjudicados por ese proceso a través del Estado de Bienestar. Por lo cual, desmantelan el primero pero mantienen al segundo. Producen desocupación, pobreza e indigencia pero tratan de que ese sea el último estadio de los perjudicados por su modelo de país.

El Terminator que viene del pasado a instaurar su variante moderna de Estado absolutista, ataca a ambas formas de Estado en simultáneo. Mientras desmantela el Estado Benefactor no gestiona eficazmente al Estado de Bienestar. Por lo cual, hay un estadio aún más crítico que la indigencia: la muerte, tal como sucede con los enfermos oncológicos que no logran proveerse de sus medicamentos urgentes. O con los que están en situación de indigencia y no les llegan los alimentos acopiados que se vencen antes de ser distribuidos. Sin ninguna de estas dos formas de Estado, lo que resta es un Estado Absolutista con fuerte impronta represiva.

Históricamente, la Revolución francesa de 1789 comenzó a dar fin al Estado Absolutista y generó las condiciones para el advenimiento de la moderna república democrática.

¿Qué es lo que se juega el miércoles con el intento gubernamental de aprobar la Ley Bases donde, entre otros puntos, se establece una fuerte delegación de poderes en el Presidente? Se juega si el gobierno logrará legalizar el retorno a una variante de Estado Absolutista y represivo a través de las instituciones que derrocaron al Estado Absolutista. Es decir: si le resultará posible darle legalidad al pasaje de las formas de Estado Benefactor y de Bienestar a una variante de Estado represivo y colonialista.

Terminator vendría a invertir la historia: en lugar de desplazarnos desde el Estado Absolutista a la República, estaríamos deslizándonos desde la República a alguna variante de Estado Absolutista represivo y colonialista.

Podemos aún evitar el retroceso a través de una fuerte movilización al Congreso el miércoles, de trabajadores, trabajadoras, jubilados, jubiladas y de todo el pueblo argentino.

La disyuntiva es entre un Pueblo que defiende su futuro, o el Terminator que viene a imponer otra vez el pasado

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