Un Gobierno de clase para un presidente sin clase

Roberto Caballero analizó en su editorial cómo grandes empresas, incluso en pérdida, respaldan el plan económico de Javier Milei por razones ideológicas y de clase.

El periodista y conductor Roberto Caballero cuestionó este martes el respaldo de sectores empresarios al gobierno de Javier Milei, incluso cuando sus balances muestran pérdidas. En su editorial, titulada “Un gobierno de clase para un presidente sin clase”, utilizó como ejemplo el informe semestral de Mastellone Hermanos, dueña de La Serenísima, para ilustrar lo que definió como un “apoyo ideológico” de las grandes corporaciones a un proyecto político que —según afirmó— busca “un país sin peronismo y sin justicia social”.

Caballero citó un pasaje del comunicado de la láctea, que reportó una pérdida de 869 millones de pesos en el primer semestre de 2025, pero al mismo tiempo elogió el plan económico oficial: “Durante la primera mitad del 2025, las principales variables de la economía argentina continuaron estabilizándose… El sostenido equilibrio de las cuentas fiscales dio por terminada la emisión espuria de moneda e indujo una fuerte baja de la inflación”, señaló la empresa en su informe a la Bolsa.

Para el conductor, el texto de Mastellone “parece un volante proselitista de La Libertad Avanza” y es representativo de una “comunidad de negocios” —eufemismo que asoció a los grupos más concentrados del poder económico— que se reconoce beneficiada por el modelo. “Esta clase dominante nunca estuvo tan empoderada ni ganó tanta plata. Para ellos, Milei es un libertador del peronismo”, sostuvo.

En ese marco, Caballero advirtió que las corporaciones aceptan pérdidas coyunturales porque esperan recuperarlas rápidamente gracias a medidas que, a su entender, debilitan a los sindicatos, reducen costos laborales y retraen al Estado. “Ellos saben que, si se desarma la matriz ideológica y cultural que existió hasta la llegada de Milei, las grandes empresas pueden hacer con el pueblo lo que quieran”, remarcó.

El editorialista subrayó que este “gobierno de clase” avanza en un “repliegue del Estado” y un “quiebre del tejido social”, con el objetivo de consolidar un país “sin peronismo, sin justicia social y gobernado por la comunidad de negocios”. Y concluyó: “No les importan los modales del Presidente; lo que importa son los datos duros y los objetivos: transformar la Argentina en un territorio de saqueo de sus recursos y disciplinamiento social”.