¡Qué alivio! – Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna

¡Qué alivio! – Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna

El anuncio del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, que atribuyó al Presidente Nicolás Maduro Moros el 51% de los votos emitidos el domingo pasado, contra 44% del opositor Edmundo González Urrutia, fue la mejor noticia para el gobierno de los Hermanos Milei, que de inmediato desconoció la validez de esos datos y denunció un fraude en gran escala.

La respuesta de Maduro le vino como anillo al dedo. La ruptura de relaciones que dispuso con la Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, más el corte de luz y agua y la amenaza de asaltar por la fuerza la embajada argentina, donde estaban refugiados seis dirigentes opositores, rompió el peligroso aislamiento en que los Hermanos Milei habían sumido a la Argentina, con su incontinencia verbal y su ideologismo estridente. Esto les permitió alinearse con otros gobiernos de la región que también objetaron el manejo del chavismo venezolano, tan diversos como los de Gabriel Boric, Rodrigo Chaves Robles, Dina Boluarte, José Raúl Mulino, Luis Abinader y Luis Lacalle Pou.

Pese a los insultos de Milei a Lula, Brasil se hizo cargo de la representación de los intereses argentinos en Venezuela, y su bandera ya protege a la sede diplomática de Caracas y a los asilados allí. Quien primero se lo agradeció fue la jefa de la oposición, María Corina Machado, quien se ilusionó con que esto permitiera “avanzar en un proceso de negociación constructiva y efectiva”. Es decir que había más espacio para una intervención constructiva del que estuvo dispuesto a recorrer el gobierno argentino. Lejos de admitirlo, Milei llamó cómplices de Maduro a Lula y a los Presidentes de México, Manuel López Obrador, y de Colombia, Guillermo Petro, quienes en una declaración conjunta exhortaron a Venezuela a dar a conocer “los datos desglosados por mesa de votación” y a respetar “la verificación imparcial de los resultados”. En la misma línea, la ex Presidenta argentina CFK fijó posición ayer desde México, como se informa en otra parte de esta edición. El viernes, en un segundo comunicado, pero de nuevo sin exhibir las pruebas reclamadas, el poder electoral aumentó en un punto la ventaja atribuida a Maduro: 51,95% a 43,18%.

Ni siquiera Estados Unidos usa los términos ofensivos del Presidente argentino, aunque su ministro de Relaciones Exteriores, Anthony Blinken, anunció que reconoce a González Urrutia como nuevo Presidente. Así puede abrirse un nuevo periodo de inestabilidad, como el que generó el reconocimiento de Juan Guaidó entre 2019 y 2023 y la consiguiente tentativa de golpe militar y atentado contra la vida de Maduro, estrategia que culminó con el despido de los funcionarios de Donald Trump que diseñaron esa política provocativa y fallida, con su asesor de Seguridad Nacional John Bolton a la cabeza.

En los 100 días previos a la elección en la que su Partido Demócrata pugnará por conservar la prevalencia en el Senado y obtenerla en Diputados, lo último que Joe Biden y Kamala Harris necesitan son tambores de guerra en el vecindario.

A la cola

El alivio para los Hermanos Milei es que si Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2025, la Argentina no encontraría al temible competidor venezolano en la lista de pordioseros que imploran una moneda del Fondo Monetario Internacional. En tal caso, las chances de María Corina y de su colaborador Edmundo González Urrutia serían muy superiores. El petróleo venezolano está más cerca, es más abundante y su extracción no requiere del fracking.

La timba con que Milei y su Ministro de Economía Luis Caputo han garantizado la bicicleta financiera de los socios y amigos, ha hecho descender las reservas del Banco Central hasta límites de alto peligro, que ya amagan incluso los depósitos de quienes mantienen cuentas en dólares en los bancos del sistema financiero. Y pese a ello, en julio se perdió el superávit fiscal.

Stefan Caltia: Malabares y equilibrio fiscal, intervenido por Navaja.

Caputo no hace otra cosa que trucar las cuentas, como Bernie Madoff. Su anuncio sobre el crecimiento de las reservas oculta que se logró postergando un pago de 840 millones de dólares al FMI, con la aspiración infundada de recibir un perdón de ese vencimiento. También anunció que ha cerrado un repo por 3100 millones de dólares con bancos que no identificó, que cubriría todos los desembolsos comprometidos hasta 2026. Pero los operadores financieros que escucharon la gran noticia de boca de Caputo, creen que ni todo el oro y los títulos del Banco Central, más los activos del Fondo de Garantía de la ANSES, alcanzan para avalar semejante préstamo. Tampoco funcionaba como imaginó el gobierno la reventa de los puts a los bancos, con una adhesión que apenas superó una cuarta parte de la oferta.

Mientras, los productores y acopiadores cerealeros liquidan sólo una parte de sus stocks. Para el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, es una forma racional de administración, sin connotaciones políticas. Pero nadie ignora la presión que así ejercen para conseguir que algún mecanismo directo o indirecto mejore el valor del dólar que reciben por cada tonelada (además con precio en baja).

El último dato oficial sobre el consumo mostró una nueva caída, que redujo la recaudación de la AFIP nada menos que un 8% en julio. Hasta el principal accionista del Grupo Techint, Paolo Rocca, admitió ante inversores que estaban retrasadas las inversiones en Vaca Muerta, porque la Argentina no recuperó credibilidad en los mercados, que permita conseguir financiamiento a tasas competitivas. “Fuimos demasiado optimistas”, dijo.

Los resultados del blanqueo son aún una incógnita y tardarán en llegar las grandes inversiones incentivadas por un régimen legal absolutamente concesivo, como quedó claro en la discusión sobre la planta de gas natural licuado de Petronas e YPF. El barullo mediático sobre el tema oculta que deberá transcurrir todo el mandato presidencial en curso antes de que se resuelva cuál será el financiamiento de la inversión y cuáles los clientes para el gas licuado que se producirá. La propia Petronas afirmó que la ubicación de la planta es apenas “el primer paso hacia varias condiciones que deben cumplirse para tomar la decisión final de inversión”. Estos no son procesos instantáneos. Kicillof afirmó que el proyecto se inició cuando él era director de YPF durante la segunda presidencia de Cristina. Y el ex presidente de YPF, Pablo González, recordó que el precontrato con los malayos se firmó el 1° de septiembre de 2022, y que la última actividad de CFK fue recibir en el Senado a ambas empresas, antes de partir hacia su casa, donde atentaron contra su vida. Kicillof también dijo que en Bahía Blanca hay un puerto, y en Punta Colorada sólo un render (es decir un diseño en computadora, con todo por construir).

De modo que la única vía que conciben el Presidente y el mejor ministro de Economía de la historia para obtener los dólares que mantengan la economía a flote es contraer nueva deuda externa. Pero dado el riesgo crediticio del país (unos 15 puntos por encima del rendimiento de los títulos de deuda del Tesoro estadounidense), y una deuda gigantesca cuyos vencimientos no tiene cómo solventar, no hay banco ni fondo de inversión dispuesto a arrojar nada de color verde al barril sin fondo del gobierno argentino. Sólo una decisión política de la Casa Blanca podría modificar la absoluta dureza que hasta ahora ha mostrado el FMI y su mejor directora gerente de la historia, para seguir con la infantil hipérbole de los gobernantes argentinos.

Ilusiones

El mayor préstamo que el FMI concedió en sus ocho décadas de existencia es el antecedente que avala esas ilusiones. Su gestor fue el entonces representante de Donald Trump en el directorio del Fondo, el estadounidense hijo de cubanos Mauricio-Claver Carone, quien luego fue asesor de seguridad nacional de la presidencia para Subamérica y presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Claver-Carone reveló que el superpréstamo, de 56.000 millones de dólares fue un gesto de apoyo político de Trump a Macrì. Esta semana, en una entrevista con Andrés Fidanza en el diario uruguayo El Observador, Claver-Carone recordó que hace un año “comenté que la peor circunstancia que podía existir para Argentina era que la gestión de la salida de la crisis económica se basara en pedir más dinero al FMI. Y efectivamente aquí estamos, la única solución parece ser pedir más dinero del Fondo. Es tiempo perdido”.

La ilusión de que Trump favorezca a Milei ante el FMI le parece “ilógica y va a llevar al fracaso”. porque “no funciona de esa manera”. En la misma línea del historiador italiano Loris Zanatta, Claver-Carone cree que “en las conferencias internacionales Milei parece un verdadero liberal ortodoxo. Pero domésticamente tiene un equipo que está gobernando como peronista”. Aclaró que se refería a la política de Caputo “de seguir buscando maneras de gastar reservas para reforzar el peso en vez de ir por la liberalización de la que tanto habló en las elecciones”.

No está claro si después de ser expulsado de la presidencia del BID por una relación sentimental con su jefa de gabinete, Claver-Carone sigue gozando de la confianza de Trump, pero su conocimiento profundo del ex Presidente torna muy calificada su opinión.

Claver-Carone con Trump. No habrá dólares para Milei.

La causa de la catástrofe

Al cabo de un cuarto de siglo de gobierno chavista, Venezuela ocupa un lugar destacado en la nómina de países a los que Estados Unidos impuso sanciones económicas durante los mandatos de sus últimos cuatro Presidentes, según una investigación de Jeff Stein y Federica Cocco, publicada el 26 de julio por el diario estadounidense The Washington Post.

Los castigos que Estados Unidos impone a un tercio de los países del mundo “pueden aplastar industrias nacionales, borrar fortunas personales y alterar el equilibrio del poder político en regímenes problemáticos, todo ello sin poner en peligro a un solo soldado estadounidense”, por lo cual se han vuelto una herramienta irresistible para sus gobernantes. El primer episodio que mencionan es el bloqueo a Cuba, que ya cumplió 60 años sin lograr ninguno de sus objetivos, pero causando penurias a la población de la pequeña isla caribeña. En el caso de Venezuela, dicen Stein y Cocco, las sanciones estadounidenses “contribuyeron a una contracción económica aproximadamente tres veces mayor que la causada por la Gran Depresión en Estados Unidos”. Durante la presidencia de Trump las “sanciones severas impuestas buscaron desacreditar la dictadura de Nicolás Maduro y alentar un movimiento de oposición. Las sanciones no lograron derrocar a Maduro, y ahora se las culpa a menudo de exacerbar uno de los peores colapsos económicos en tiempos de paz de la historia moderna”. Este análisis del diario estadounidense sobre las razones del colapso económico de Venezuela no suele mencionarse en las descalificaciones que se dirigen en Sudamérica contra sus gobernantes.

Sanciones de Estados Unidos a un tercio de los países del mundo. The Washington Post.

El Centro Carter y Durán Barba

El Centro Carter ha atestiguado sobre la calidad del sistema electoral venezolano en varias convocatorias, como el referendo revocatorio de 2004 contra Hugo Chávez. En 2012, Jimmy Carter calificó el proceso electoral de Venezuela, que había experimentado mejoras significativas, como “el mejor del mundo”. Esta vez, los 17 expertos que integraron su misión concluyeron que la elección no puede ser considerada democrática y que les fue imposible verificar la autenticidad de los resultados del informe oficial. Maduro replicó que la misión traía el informe escrito y que el gobierno lo conocía desde hace un mes, pero no explicó por qué recién lo denunció ahora. Según Maduro, Jimmy Carter, quien en octubre cumplirá 100 años y está bajo cuidados paliativos, ya no maneja el Centro, que ahora es conducido por la AID, una agencia de ayuda al desarrollo creada por el Presidente Kennedy durante la guerra de Vietnam. Es posible que parte del informe estuviera escrito hace un mes, en la parte que se refiere a la inhabilitación de candidatos opositores, como Machado, el encarcelamiento de otros, las restricciones a los medios de prensa y la justicia y la desigualdad de recursos entre oficialismo y oposición. Pero sus datos sobre lo sucedido el domingo pasado no podían conocerse con antelación.

La polarización política e ideológica, como en la Argentina o en Estados Unidos, prevalece en Venezuela sobre consideraciones como la exactitud o la falsedad de cada afirmación. Por eso son tan llamativos algunos pronunciamientos que contradicen esa lógica. Por ejemplo, el de Jaime Durán Barba, quien no cree en los datos ni del oficialismo ni de la oposición. “Si estuviera ayudando a la oposición, les diría que mientan, pero con sentido, que digan que tienen 52%. Porque cuando dicen que tienen 60% u 80%, evidentemente están mintiendo. Hay que ser sensato. No soy partidario de las mentiras, pero si quieres hacerlo, que sea con sentido común”, confesó el ex asesor de Maurizio Macrì.

También se polarizó la Asamblea General de la OEA, que no logró la mayoría absoluta necesaria para aprobar una declaración que instaba al poder electoral venezolano a publicar de inmediato los resultados, desglosados por mesa, y a verificar esos resultados ante observadores independientes que garanticen su legitimidad. Para ello, reclamaba asegurar la cadena de custodia de las actas y resultados impresos. También requería salvaguardar los derechos humanos fundamentales, en especial el derecho a las manifestaciones pacíficas sin represalias y garantizar la seguridad de las instalaciones diplomáticas y de las personas que soliciten asilo.

Ese proyecto de resolución fue presentado por la Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Paraguay. También lo apoyaron Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Perú, República Dominicana y Surinam. En total, 17 votos, cuando la mayoría absoluta de la Asamblea es de 18.  Brasil, Colombia y México, que intentaban romper los alineamientos rígidos, no propiciaron el voto en contra, sino la abstención o la ausencia. Se abstuvieron Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Colombia, Granada, Honduras, Saint Kitts and Nevis, Santa Lucía, Antigua & Barbuda y Bahamas. Estuvieron ausentes Dominica, México, Trinidad & Tobago y la propia Venezuela.

Colombia se abstuvo, pero su Presidente, Guillermo Petro, pidió prácticamente lo mismo, y explicó así su contradicción: cree que la OEA no es el lugar apropiado para tratar la situación política de Venezuela, dada su falta de neutralidad en decisiones anteriores. Lo confirmó involuntariamente el secretario general Luis Almagro al anunciar que denunciaría a Maduro ante el Tribunal Penal Internacional y solicitaría que fuera detenido, por haber mencionado la posibilidad de un baño de sangre y “estar cumpliéndolo”.

Petro llamó a todos los sectores políticos y sociales de Venezuela a buscar un acuerdo sobre garantías y respeto a los resultados electorales. El ex Vicepresidente de su país, Francisco Santos, no cree que ese punto esté próximo. Por el contrario, denunció que la demora de Maduro en presentar las constancias de los resultados electorales se debe a que el Consejo Nacional Electoral está preparando con la supervisión de cuatro ingenieros chinos, la impresión de actas con datos falsos. Maduro pretende que el peritaje sobre la documentación que ofrece, lo realice el Tribunal Supremo de Justicia, cuya independencia ha sido objetada por observadores internacionales. El colombiano Pacho Santos detalló que las máquinas que imprimen las actas adulteradas son de origen chino, que los ingenieros vinieron desde Cuba y que hay 150 empleados, a quienes se quitaron los telefonitos, que realizan la tarea en completo aislamiento, en un galpón del Consejo Electoral. Pese a su precisión, es un dato dudoso: si se tergiversaran los resultados de cada mesa, los fiscales que participaron de los comicios lo detectarían. En cualquier caso, sembrar la duda sobre la limpieza de la contienda electoral no dejará de tener consecuencias de largo plazo en toda la región, proceso de deslegitimación iniciado con las elecciones en Estados Unidos de 2020.

Al margen de la discusión sobre la legitimidad del gobierno, el pronunciamiento del alto mando militar disipa el riesgo de su desestabilización. El máximo jefe castrense, general Vladimir Padrino López, habló acompañado por 15 miembros del alto mando que denunciaron un golpe de Estado con apoyo “del imperialismo norteamericano” y ratificaron su acatamiento “al comandante en jefe Nicolás Maduro Moros”. Incluso recitaron una consigna de apoyo al socialismo.

Esta es una dimensión del estado de cosas que puede generar temor o risa, y que no siempre es comprendida fuera de Venezuela. La intensidad de la adhesión y del repudio al gobierno de Maduro torna decisiva la posición castrense.

Macrì, Milei y Axel

Esta semana el gobierno de los Hermanos Milei definió la confrontación abierta que sostendrá de ahora en más con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y su resbalosa afinidad y contradicción con el ex Presidente Maurizio Macrì. Reelecto hace nueve meses gracias a la desunión de sus opositores, Kicillof apresuró su precandidatura presidencial para 2027, arrastrado por algunos de sus partidarios que quieren incidir en el armado de las listas electorales de 2025. La odiosidad que Milei le profesa desde siempre se convirtió en decisión activa. Al recorte de fondos que le corresponden a la provincia de Buenos Aires y que su gobierno reclama administrativa y judicialmente, sumó el anuncio de un acto político donde propiciará la unidad opositora contra el gobernador y, esta semana, la decisión de YPF y de la empresa estatal malaya Petronas, de radicar en Río Negro y no en Buenos Aires, la planta de licuefacción de gas natural que dentro de varios años permitiría iniciar la exportación de los abundantes excedentes de Vaca Muerta.

Milei anticipó la decisión en una señal de streaming. “En Buenos Aires tenés al lastre de Kicillof, que es un expropiador serial. ¿Le van a confiar a un comunista? Si hubiera querido hacer las cosas bien, se hubiera adherido al RIGI nacional”, dijo. El presidente de YPF que Paolo Rocca le prestó a Milei, Horacio Marín, se lo comunicó a Kicillof. El gobernador respondió con una conferencia de prensa en la que cayó en el lazo discursivo del gobierno nacional, al poner el eje en la vigencia del Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones, RIGI.

Una y otra vez dijo que Marín le había asegurado que la decisión no se debía a que Buenos Aires no hubiera adherido a ese régimen nacional y que en cambio obedecía a razones técnicas. No obstante, Kicillof apenas mencionó al pasar las ventajas que tendría el emplazamiento en Bahía Blanca, sobre Sierra Grande, en Río Negro, como la existencia de un puerto en pleno funcionamiento. El comunicado conjunto de ambas empresas sostiene que para darle mayor transparencia al proceso, YPF “decidió contratar a cuenta propia” (es decir, sin participación del socio asiático) a la consultora internacional Arthur D. Little. Ese “tercero calificado e independiente” llegó a la conclusión de que conviene Río Negro porque “muestra mejores aspectos económicos para el proyecto, aún si Buenos Aires igualara los beneficios fiscales”. Lo que no dice es que la contratación de esa consultora se informó el 27 de julio.

La consultora Arthur D. Little fue contratada hace una semana. ¿Qué seriedad puede tener su informe?

Esto implica que llegó a su conclusión en menos de una semana, lo cual no transmite una idea de gran seriedad y es una de las tantas cosas que Kicillof podría haber dicho en vez de enredarse en el lazo discursivo que le tendió Milei, con su referencia a un régimen que, según el propio Kicillof, no incidió en esta decisión. El Partido Justicialista provincial que preside Máximo Kirchner martilló en el mismo clavo, en vez de esclarecer las ventajas para el país de la implantación del proyecto en Bahía Blanca. Según las empresas, Sierra Grande es más conveniente por “la menor longitud de los gasoductos para transportar el gas natural de Vaca Muerta, la existencia de una mayor profundidad marítima que disminuye la necesidad de dragar para lograr el calado de los buques previstos, la amplia disponibilidad de terrenos y las bajas interferencias de otras actividades sociales y económicas; la posibilidad de contar con una operación portuaria dedicada y la sinergia con el desarrollo de infraestructura local con el proyecto de Oleoducto Vaca Muerta Sur, entre otras”. Tan de paso como Axel con las ventajas de Bahía Blanca, el comunicado de las empresas dice que Río Negro “ofreció las condiciones regulatorias y fiscales necesarias para el desarrollo del proyecto”.

Quien ahondó en los aspectos técnicos del proyecto que hacen preferible a Bahía Blanca fue su intendente, Federico Susbielles, como informa en esta edición del Cohete Fernando Latrille.

El entorno y la mafia

Macrì reapareció con un acto en la Boca, como viejo-nuevo presidente del PRO, ya liberado de Horacio Rodríguez Larreta y Patio Bullrich. Sin teleprompter y con una fluidez expositiva que no se le conocía, colmó de elogios las buenas intenciones de Milei, se declaró 100% de acuerdo con su política económica, pero machacó con que carece de equipos y de capacidad de gestión. Su discurso de fantasía pretendió que en sus cuatro años como Presidente ni un juez ni un periodista fueron presionados desde el gobierno.

Contó el diálogo privado que mantuvo la semana anterior con Milei, en el que el Presidente le propuso la fusión de La Libertad Avanza y el PRO, pero él lo rechazó porque hoy “nadie se casa sin conocerse y convivir”, y con una sonrisa soez explicó que los términos que usaron fueron más directos. No es extraño, porque ambos son ostensibles perversos sexuales. Macrì insistió en que su objetivo era ayudar al éxito de Milei, pero que el entorno presidencial lo impedía. Más tarde, en una señal de noticias por cable, especificó que se refería a la Zarina y al asesor presidencial Santiago Caputo, a quien en el gobierno llaman Peaky Blinders. Esto se debe a su ostensible parecido físico con el actor Cilian Murphy, pero también por su inclinación por los métodos rudos para tratar con adversarios e incluso amigos, como saben los funcionarios que han sido objeto de la catarata de mensajes agresivos que Caputo maneja en las redes antisociales.

Macrì lo identificó con pelos y señales ante Milei, y amigos del Calabrés le advirtieron en forma directa a Caputo que “quienes se enfrentaron con Maurizio no terminaron bien”. Se refería al mensaje que Caputo le transmitió en las redes: “Al señor desesperado por cajas y resortes de poder que habla con todos los popes del periodismo nacional viendo cómo rayar al Gobierno, le queremos decir que se adapte o muera. Su tiempo ya pasó. Hoy cosechan diez años de malas decisiones. Las advertencias fueron debidamente presentadas”. Aparte de tuits, hay efectividades conducentes: el Poder Ejecutivo sólo depositó la mitad del dinero por coparticipación que se había comprometido a transferirle a Jorge Macrì en la Ciudad Autónoma.

En su mensaje público, Maurizio Macrì apuntó también en otra dirección: se refirió a los “funcionarios de Massa” que siguen a cargo de algunas de las dependencias y reparticiones a las que aspira y consideró la situación heredada por Milei la más grave de la historia, sólo comparable con una guerra. Otra de las cosas que Macrì planteó esa noche en televisión fue un elogio a la Vicepresidenta Victoria Villarruel. “Me gusta cómo se planta, es un cuadro político”, dijo. No es sólo una frase. Existen contactos por ahora subterráneos que podrían birlarles a Peaky Blinders y la Zarina, los lugares que apetecen en la Auditoría General de la Nación y en la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Actividades de Inteligencia.

También el extravagante Mario Guillermo Moreno plantea dialogar con la defensora de los condenados por Crímenes de Lesa Humanidad que preside las sesiones del Senado, porque considera que es nacionalista y si gobernara, o si liderara la oposición, no se propondría destruir la industria (sic). Varios comunicadores sub40 con programas de streaming también fantasean con el surgimiento de una juventud libertaria peronista. Esas son algunas de las nuevas canciones presentadas al concurso inaugurado por Kicillof, que atruenan en medio de la confusión general.

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