
Milei, un pastor en busca de rebaño
- BONATARDE 530
- 7 de julio de 2025
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En su editorial del lunes en BonavittaEn530, Felicitas Bonavitta trazó una dura analogía entre Javier Milei y la figura de un pastor evangélico que ha perdido a su rebaño. Con un tono ácido y reflexivo, la periodista comparó al presidente con un “falso pastor”, incapaz de guiar, apacentar o cuidar, como sí lo haría alguien con el don de la palabra y la templanza necesarias para ese rol. “Un pastor bastante desalineado”, dijo, que incluso “tiene dificultades para hablar y leer”. En contraste con la imagen de autoridad espiritual, Bonavitta presentó a Milei como un líder cada vez más solo, rodeado de una fe tambaleante y de seguidores que comienzan a correrse.
El disparador del análisis fue la reciente aparición del presidente en una megacongregación religiosa en Chaco, donde su presencia no generó la ovación esperada. “Algunos pastores se fueron enojados, no todos aplaudían”, señaló Bonavitta, relativizando la supuesta sintonía entre Milei y ese espacio religioso. En su lectura, el mandatario buscó camuflar su aislamiento político detrás de un acto de fe masiva. “Si el rebaño está adelgazando, mejor que no se note”, apuntó la conductora, dejando entrever una estrategia comunicacional basada en la confusión entre creencia y gestión.
Más adelante, Bonavitta denunció el uso de un discurso religioso para justificar un modelo económico excluyente. “La justicia social es envidia con retórica”, citó con indignación, criticando la caracterización mileísta de los reclamos por comida, trabajo y salario digno como actitudes envidiosas. “Qué chanta que es este tipo”, disparó sin eufemismos. Según Bonavitta, el problema de fondo es que Milei no asume que, más allá de sus delirios místicos, es el presidente y debe rendir cuentas por sus actos.
En ese sentido, la periodista cuestionó las omisiones del mandatario frente a las obligaciones propias del cargo: desde la represión y persecución política, hasta posibles escándalos de corrupción que, según dijo, “en algún momento se van a destapar”. Recordó incluso imágenes recientes que involucran a funcionarios cercanos con bolsos de dinero. “Si algún día hay justicia en este país, esto podría tener fuertes repercusiones”, advirtió, sugiriendo que el blindaje discursivo de Milei no será eterno.
Con ironía pero también con preocupación, Bonavitta cerró su editorial con una advertencia: “No va a haber pastor ni milagro que te salve”, sentenció. En definitiva, lo que puso en juego en su columna fue la desconexión creciente entre el personaje mesiánico que intenta construir Javier Milei y la realidad concreta de su presidencia, que se desgasta entre promesas incumplidas, aislamiento político y una sociedad que empieza a dejar de creer.