La violencia clasista
- ColumnasUn buen comienzo
- 26 de noviembre de 2024
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La columna de Daniel Rosso
En su columna para el programa Un buen comienzo, Daniel Rosso abordó dos hechos recientes que exponen el crecimiento de la violencia clasista en nuestro país.
Para el director de la AM530-Somos Radio, estos incidentes no son hechos aislados, sino manifestaciones de una tendencia cultural y política que busca separar al país en dos: “un país para ricos y blancos, y otro para negros y pobres”.
El primer caso ocurrió en el Club Links de Golf de Pinamar, donde Silvia Alejandra Lopresti, una mujer de 61 años, fue atacada brutalmente mientras tomaba mate en el predio. La agresora le gritó: “Esto no es Ostende, vayan al Conurbano, ratas”. Según Rosso, este episodio ilustra cómo ciertos sectores sociales no soportan compartir un espacio con quienes consideran inferiores: “Es como una especie de separatismo: no podemos vivir en el mismo territorio”.
El segundo incidente tuvo lugar en Barrio Norte, Ciudad de Buenos Aires, durante una manifestación pro-palestina. Un hombre exaltado intentó expulsar a los manifestantes al grito de: “Te vas de mi barrio”. Rosso subrayó que este tipo de actitudes están marcadas por una lógica excluyente, que busca asignar espacios en función de una supuesta superioridad social: “La idea es clara: los ricos se quedan con los barrios, mientras los pobres son relegados a otros territorios o, en el peor de los casos, a la cárcel”.
Rosso destacó que estas actitudes reflejan un cambio profundo en la cultura política y social de la Argentina. “Desde 1983, la democracia era aquello que permitía que negros, blancos, ricos y pobres vivieran juntos en un mismo territorio y construyeran un país. Hoy, esa idea está siendo rota”.
El comunicador también citó a la filósofa Judith Butler, quien define el fascismo como “lo que ocurre cuando un grupo no puede compartir un mismo territorio con otro”. En este sentido, los hechos de Pinamar y Barrio Norte no son simples agresiones, sino síntomas de una creciente división geográfica, cultural y simbólica en el país.
Rosso enfatizó el rol de los grandes medios y las redes sociales en la legitimación de esta violencia. “La foto de la víctima en la tapa de Clarín, con un micrófono de C5N, es un mensaje: ojo, que es ‘cuca’. Parece que cualquier agresión se justifica si la víctima tiene determinada filiación política. Esto muestra cómo el discurso del odio está calando profundamente en nuestra sociedad”.
Para Rosso, la violencia clasista no solo fragmenta al país, sino que también redefine las reglas de convivencia democrática: “La Argentina que se proyecta es una donde no hay un territorio común para todos, sino dos países separados, construidos desde el odio y la exclusión”.
El director de la AM530 cerró su reflexión llamando a tomar conciencia de la gravedad de estos hechos. “No se trata solo de agresiones físicas; estamos ante un intento de consolidar una sociedad desigual y segregada, donde el odio se normaliza. Si no actuamos a tiempo, estaremos dejando atrás el ideal democrático que tanto costó construir”.