«La Reforma Laboral no va a generar trabajo»

En Un Buen Comienzo, Sergio Escalante, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), analizó en detalle el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno nacional. Desde el inicio de la entrevista, Escalante afirmó que la iniciativa “seguía los ejes del DNU 70/23” y remarcó que “ninguna ley laboral genera trabajo”, señalando que la creación de empleo dependía de políticas económicas, tributarias y sociales, no del recorte de derechos.

Más adelante, el dirigente advirtió que el proyecto era “regresivo” y que avanzaba sobre conquistas históricas: “Están con el banco de horas, con el pago en especies y ahora con el famoso 3%”, señaló, al explicar que la eliminación de ese aporte dejaría las indemnizaciones “prácticamente gratis” y derrumbaría “el espíritu protectorio de la ley”. En el mismo tono, sostuvo que la reforma no sólo afectaría a los trabajadores formales ya contratados, sino que castigaría a toda la sociedad al deteriorar el ingreso de quienes hoy funcionan como termómetro del consumo interno.

Con el mismo ímpetu, Escalante subrayó que la vulnerabilidad se extendería también al empleo informal y a los oficios independientes: “El pintor, el plomero, el albañil, el que hace changas… todos dependen del poder adquisitivo del trabajador formal. Si ese ingreso cae, cae todo”, afirmó. Además, planteó la necesidad de regular nuevas actividades —como aplicaciones o oficios emergentes— para garantizar condiciones dignas y proteger a quienes prestan su fuerza de trabajo en un contexto cada vez más precario.

Finalmente, Escalante vinculó la avanzada laboral con un ataque directo a la industria en medio de una fuerte caída del consumo: “Es parte del plan”, aseguró, al señalar que desincentivar la producción nacional sólo profundizaba la recesión. Recordó, en ese sentido, que la industria era la que generaba trabajo genuino y valor agregado para el país. Y, por más que a Milei y su junta les moleste, el dirigente dejó una advertencia clara: la reforma que impulsa el Gobierno no crea empleo, recorta derechos y golpea de lleno a quienes sostienen la economía real.