
La peligrosidad de los libros
- ALERTA!Caballero de DíaColumnas
- 25 de abril de 2025
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Editorial de Roberto Caballero
Este viernes, Roberto Caballero realizó su editorial del día en Caballero de Día (AM 530, Somos Radio, lunes a viernes de 8 a 10 hs), que tituló «La peligrosidad de los libros».
“Siempre la derecha en la Argentina se cansó de quemar libros. En algún momento los quemaron, y después empezaron a producir los suyos”, reflexionó Caballero al comenzar. En su análisis, el conductor apuntó contra los sectores libertarios que hoy se presentan como adalides de una supuesta “batalla cultural”, pero lo hacen desde la falsificación textual, la pulsión negacionista y el odio.
En ese marco, recordó que el propio Javier Milei “ha hecho algún tipo de falsificación textual” y que, como ya se ha denunciado, “le ha robado textos a otros y los asumió como propios”. Para Caballero, eso encierra una lógica profunda: “Si nos roban a los argentinos, imaginate a un pobre autor que se entera bastante después”.
Más adelante, trazó un recorrido histórico y simbólico sobre el rol del libro como objeto de poder, y como espacio de emancipación: “Los libros son peligrosos porque abren puertas. Te sacan de la plebe. Te permiten imaginar, ser Messi o ser Dios. Te ponen en un mundo de iguales. Por eso se los quemó, se los escondió, se los quiso encerrar bajo llave”.
Caballero evocó también la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, como metáfora de ese viejo anhelo clerical de reservar el saber a unos pocos, mientras se excluía al resto del pueblo: “Los curas daban misa de espaldas y en latín. No se sabía lo que decían, pero se suponía que era importante. Había que tener fe. Pero cuando todos hablan el mismo idioma, hay discusión. Y discutir con el Evangelio fue lo que permitió el Concilio Vaticano II: abrir las ventanas, dejar entrar el aire”.
En la misma línea, explicó que el libro siempre fue un intento por “imponer un primer orden en un mundo de caos”. Y que, justamente por eso, “es peligroso”: porque alguien puede estar en desacuerdo con ese orden, y entonces escribirá otro libro, con otro sentido del mundo. Esa es la verdadera batalla cultural. No la caricatura libertaria que hoy nos quiere vender el gobierno.
Caballero advirtió que las dictaduras queman libros y persiguen autores por esa misma razón: “porque las ideas de los otros molestan”. Y destacó que, incluso durante la dictadura, se siguió realizando la Feria del Libro, aunque con la exclusión de autores e intelectuales que eran demasiado “peligrosos” para el régimen del terror.
Luego, aludió al acto de apertura de la Feria del Libro de este año y a la participación del secretario de Cultura del gobierno de Milei, Leonardo Cifelli: “Yo me siento parte de los abucheos”, lanzó Caballero. Y agregó: “Todo lo que decía era reprochable, pero además hay que juzgar a los gobiernos no por lo que dicen, sino por lo que hacen. Y este gobierno niega la cultura en todos los sentidos: desde los desaparecidos hasta el cine, la música, las orquestas juveniles”.
Por último, celebró las palabras de Juan Sasturain, escritor invitado a la apertura, quien en su discurso habló del “mal de Virse”, una enfermedad social que se manifiesta en la pérdida de empatía, en la agresividad, y en la indiferencia ante el otro. “Esos síntomas —retomó Caballero— nos tienen que alertar. Porque sin sensibilidad social no hay cultura. Sin cultura, no hay país”.