
«La justicia social está en el corazón de la Iglesia»
- ALERTA!Caballero de DíaNoticias
- 22 de abril de 2025
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El obispo de Quilmes, Carlos Tissera, se refirió a la muerte del Papa Francisco con palabras cargadas de emoción, ternura y reconocimiento. En diálogo con AM 530, lo describió como “un hombre de una sola pieza”, cuyo legado es inseparable del Evangelio que predicó con su vida.
“El legado de Francisco es él, precisamente. Es el mismo Evangelio que él predicó con su testimonio”, afirmó el dirigente del Episcopado. “Un hombre que, con su sencillez y humildad, con sus gestos principalmente y con sus palabras, hizo presente a aquel gran santo de la humanidad: San Francisco de Asís”.
Tissera compartió el sentimiento de orfandad que atraviesa a muchas y muchos tras la partida del primer Papa latinoamericano. “Nos sentimos algo huérfanos. Ha muerto un hermano. Ha muerto un padre. Un hombre tanto para los creyentes como para los no creyentes. Ha sabido llevar la fragancia del Evangelio más allá de la realidad de la Iglesia, incluso hacia otras confesiones, e incluso hacia los no creyentes”.
“Fue un hombre con ternura y coraje”, subrayó. Y agregó: “Tuvo un verdadero amor de padre y de madre. En un mundo tan hostil, tan áspero, sobre todo para los más necesitados, el Papa fue un faro. Un faro humanista. Su propuesta fue volver al amor por el otro, y eso es terriblemente subversivo en el orden mundial actual”.
El obispo también remarcó el carácter reformador y pastoral de Francisco dentro de la propia estructura eclesial: “Logró poner en acto lo que soñaron otros grandes de la Iglesia, como Juan XXIII o Pablo VI, con ese Concilio Vaticano Segundo. Francisco supo llevarlo adelante, hacer realidad ese sueño por una humanidad nueva”.
Tissera reconoció el impacto de los documentos más emblemáticos del pontífice, como Laudato Si’, Fratelli Tutti y Evangelii Gaudium: “Allí está el corazón de Francisco. Siempre supo poner al ser humano en el centro de todo. Supo comunicarnos desde otro lugar, que es precisamente el corazón, tal como él lo entendía: el corazón humano y divino de Jesús”.
Finalmente, concluyó con una idea que resume el espíritu de Bergoglio: “El Papa se adelantaba a todas las cosas. Todos somos parte de un pueblo y una cultura. Y él lo vivió así, con profundidad y entrega”.