Horacio Verbitsky: Secos – El Cohete a la Luna

Horacio Verbitsky: Secos – El Cohete a la Luna

Si se atiende a las manifestaciones oficiales, la visita del Presidente Alberto Fernández a Washington fue otro éxito de su política exterior, rotunda desmentida del leit motiv de la oposición sobre un país aislado del mundo. El Presidente de Estados Unidos lo recibió durante una hora y media, primero a solas y luego con los principales ministros de los respectivos gabinetes: Economía, Relaciones Exteriores y Seguridad, y atendió todos sus reclamos.

Pero este logro también expone la clase de trampa en que el acuerdo stand-by firmado en 2018 con el Fondo Monetario Internacional, y el de Facilidades Extendidas que lo reemplazó en 2022, encerraron a la Argentina. Las revisiones trimestrales del staff técnico y su posterior aprobación por el directorio, donde Estados Unidos tiene poder de veto, son un suplicio de Tántalo que condena al país a vivir con el agua al cuello, con hambre y con sed, dependiente de la magnanimidad de quien ocupa el papel asignado a Zeus y los demás crueles dioses en la mitología griega.

Los últimos datos del INDEC sobre el incremento de la pobreza, en especial entre los más jóvenes, son una penosa comprobación, como la muerte en la puerta de la Casa de Gobierno de una bebé que dormía con su familia en la calle. Difícil encontrar una escenificación tan elocuente como esos datos (anteriores a la aceleración inflacionaria de este año y a la sequía) de lo que se está viviendo. La panelista Victoria Tolosa Paz escribió que “nos duele y nos ocupa. La inflación se está llevando el crecimiento del país hacia unos pocos bolsillos, dejando a gran parte de la población sumida en la incertidumbre y la angustia de poder llevar el pan a casa”. Es la principal espada en la batalla presidencial por la reelección.

Joe Biden equiparó sus propios problemas por la economía que le dejó Donald Trump con la herencia macrista de la Argentina, aseguró que el Tesoro apoyaría la flexibilización de las metas comprometidas con el FMI, en atención a la peor sequía en un siglo, consecuencia del cambio climático que tanto ocupa al gobierno de Washington, e instruyó a la Ministra de Economía, Janet Yellen, para que ayudara a la Argentina con la misma diligencia con que socorrió a los bancos de su país luego de la quiebra del de Silicon Valley. Todo esto lo dijo Fernández, en conferencia de prensa y en diversas entrevistas con medios argentinos, y no figura en las comunicaciones del gobierno de Estados Unidos.

La innombrable

El Departamento de Estado ignoró el encuentro, lo mismo que los diarios New York Times y Wall Street Journal. Sólo el Washington Post lo mencionó en una breve nota de 250 palabras, que giró sobre “la creciente preocupación de Estados Unidos por la participación de China en la Argentina, en particular la prevista construcción de dos plantas nucleares en Buenos Aires por empresas chinas”. Agregó que Estados Unidos podría “buscar concesiones de la Argentina a cambio de apoyo en el FMI”.

Antes de la cita, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó que ambos Presidentes analizarían la asociación para “enfrentar los desafíos globales, y continuar avanzando en áreas de interés nacional mutuo, incluyendo minerales críticos, cambio climático, el espacio y la tecnología. También se referirán a la cooperación económica, así como a los valores compartidos de inclusión, democracia y protección de los derechos humanos”. Sobre ese palabrerío flashean las cinco letras críticas: China.

El segundo comunicado reprodujo los comentarios de ambos antes de la reunión. Biden agregó la energía limpia a la enumeración de su portavoz, y Fernández agradeció el apoyo de su interlocutor en las instituciones financieras internacionales, condenó la invasión rusa a Ucrania, explicó las consecuencias del cambio climático sobre las cosechas, que sería tema de agenda con el FMI, y postuló que Estados Unidos y la Argentina pueden producir la energía y los alimentos que el mundo demanda.

El brevísimo tercer comunicado reiteró el compromiso de ambos Presidentes con “la más profunda cooperación en tecnología de punta y, en conjunto con otros países del G20, en la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para enfrentar mejor los desafíos globales”. También consignó el elogio de Biden por el trabajo de Fernández para enfrentar el cambio climático y su “apoyo a una continua colaboración en los sectores energético y de minerales críticos”.

En una de las entrevistas posteriores a la reunión, Fernández dijo que Biden coincidía con el peronismo en su visión keynesiana de la economía. Hace 13 meses, en Pekín, le dijo al Presidente chino Xi Jinping que si fuera argentino, sería peronista. Pero la confrontación global entre ambos gobiernos peronistas es cada vez más enconada, como consignó esta semana The Economist. Salvo que en vez de pelear se estén reproduciendo.

Ese contexto constituye tanto un riesgo como una oportunidad para la Argentina.

Decir en inglés, callar en castellano

El Capitolio es el lugar donde los funcionarios del Poder Ejecutivo revelan en inglés las líneas centrales de su política, que rara vez se traducen al castellano:

  • En marzo de 2018, el ex juez Edward Prado dijo ante el Senado, en su audiencia de confirmación como embajador, que trabajaría “con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar la Justicia y fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial”, lo cual podría “aumentar las oportunidades para las empresas estadounidenses en la Argentina” y que apoyaría las investigaciones por el atentado a la DAIA y la muerte del fiscal Natalio A. Nisman. La manipulación judicial para declarar que Nisman fue asesinado (sin especificar cómo ni por quién) y el caso de los Cuadernos Fénix, con el uso extorsivo de la ley del arrepentido (sancionada al influjo de un programa de cooperación judicial con Estados Unidos), muestran el despliegue de ese programa.
  • El sucesor de Prado, Marc Stanley, pasó por el Senado en septiembre de 2021, donde dijo que la Argentina no tenía un plan económico que explicara cómo pagaría su deuda y anunció que una de las metas de su desempeño sería cuestionar la presencia china. En agosto de 2022, ante empresarios reunidos en el hotel Alvear por el Council of Americas, Stanley dijo que la coalición que planteó el precandidato presidencial cambiante, Horacio Rodríguez Larreta, para acordar una política económica que durara 30 años, debían hacerla sin esperar al cambio de gobierno e insinuó la hoja de ruta: la exportación de energía, minerales y agroindustria. La disciplinaria de Presidentes y ministros Susan Segal completó el libreto de Stanley al sentenciar que la Argentina tiene energía y alimentos para el mundo, abundantes minerales, como litio y cobre, servicios, tecnología y cadenas de valor. Alberto volvió a reunirse con ella y con varias docenas de empresarios la semana pasada. La agenda es la misma, pero el escepticismo creció ante un Presidente que ha perfeccionado la práctica de decirle a cada cual lo que quiere escuchar.

72.000 millones vs. 250

La política hacia la región no la fija el Departamento de Estado sino el Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, cuya “área de responsabilidad” cubre 19 países de Centro y Sub América y 13 del Caribe, más 14 territorios en poder de Estados Unidos y países de Europa. Con más de un millar de personas, supera la cantidad de especialistas en América Latina de las Secretarías de Estado, de Defensa, de Agricultura, de Comercio y del Tesoro sumadas, según la minuciosa investigación de Dana Priest, corresponsal de defensa del Washington Post. Un Secretario de Estado, que por lo general dura cuatro años en el cargo, visita unas tres veces la región, mientras en los dos años de su mandato un jefe del Comando Sur la recorre más de ochenta veces, país por país.

Desde fines del año pasado, por primera vez el Comando Sur tiene una jefa, la generala Laura Richardson. El 8 y el 24 de marzo de 2022, ante las comisiones de la Cámara de Diputados y del Senado de su país, explicó que el interés en la región se debe a que comercia con su país por 740.000 millones de dólares al año; posee el 60% de las reservas mundiales de litio y el 31% del agua dulce del mundo, activos que considera amenazados por la presencia de China, como si fueran propios.

Ante los diputados dijo que, en un periodo de cinco años, China firmó compromisos de inversión en la región por 72.000 millones de dólares, mientras el Cuerpo de Ingenieros con el que cuenta Richardson, sólo dispone para el mismo lapso de 250 millones de dólares. Por eso el Comando Sur declara poner el acento en la historia y los valores comunes: la democracia, los derechos humanos y las políticas de género. Del dogal de la deuda, ni una palabra.

Los proyectos chinos en la Argentina por los que Richardson se declaró preocupada son:

  • “Las empresas estatales de China se están asegurando los derechos para construir instalaciones cerca del puerto de Ushuaia, lo que proporcionaría a la República Popular presencia en el Estrecho de Magallanes y mejor acceso a la Antártida”.
  • una planta nuclear de 7.900 millones de dólares,
  • una represa hidroeléctrica de 4.000 millones de dólares y
  • un ferrocarril de carga de 3.000 millones de dólares.

Al exponer en el Senado agregó las instalaciones de investigación espacial administradas por China en Neuquén, que “podrían rastrear y apuntar a satélites estadounidenses”.

De Trump a Biden

Esto refleja los planteos formulados por Biden el 3 de marzo de 2021 en la Estrategia Provisoria de Seguridad Nacional, que no se apartan de la Estrategia de Seguridad Nacional que el ex Presidente Donald Trump firmó en diciembre de 2017. Desde entonces Estados Unidos desplazó el eje de las amenazas terroristas y el narcotráfico a la confrontación global con potencias hostiles, como China, Rusia e Irán. La única diferencia es que Biden volvió a confiar en el multilateralismo, aunque sea llevando a los aliados a empujones, como se aprecia en el caso de Alemania y Europa en relación con el gas ruso.

En otra de las entrevistas posteriores a la cita en la Casa Blanca, Fernández admitió lo que antes había negado, que Biden le planteó su preocupación por los tratos de Estado a Estado con China, que privilegian a sus empresas para realizar obras sin licitación, lo que impide a su país competir en condiciones de igualdad.

Curiosa desinformación: los mayores emprendimientos chinos en el país, como las represas de Santa Cruz, fueron obtenidos por licitación. Y no hubo empresas de Estados Unidos que participaran en esos llamados.

La presión de Estados Unidos contra el desarrollo nuclear independiente de la Argentina es tan antigua como la democracia en el país. Raúl Alfonsín apenas llevaba tres meses en el gobierno cuando el subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Lowell Kilday, puso como condición para la renegociación de la deuda el “reordenamiento del plan nuclear”. El presupuesto de la Comisión Nacional de Energía Atómica se redujo a la mitad y se paralizaron todas las obras en ejecución. En cambio, su gobierno aplaudió el desguace del sector nuclear iniciado por Menem y resistió la reanudación de los proyectos interrumpidos a partir de la decisión de Néstor Kirchner, que Macrì volvió a congelar.

El diario Clarín atribuyó al Departamento de Estado un memo confidencial con el pliego de condiciones para aflojar el lazo sobre el cuello argentino. Implicaría radiar a las empresas chinas de la obra pendiente en la vía navegable troncal sobre el río Paraná [mal llamada por la marca comercial Hidrovía], de la central nuclear Atucha III y de la construcción del puerto de Ushuaia; rechazar la oferta china de aviones de combate para la Fuerza Aérea y “asegurar una competencia igualitaria en la licitación del 5G”, cosa que requeriría alguna explicación adicional, ya que para desplazar a la empresa china Huawei, que le lleva amplia ventaja tecnológica a sus competidores de todo el mundo, es necesaria una decisión política, no una competencia franca. Este es el punto central de interés de Estados Unidos, ya que la tecnología 5G es el insumo básico para el desarrollo más rápido y profundo de la Inteligencia Artificial y sus temibles aplicaciones militares.

El ruido y las nueces

Más allá de las cortesías obvias en este tipo de encuentros, los acuerdos deben concretarse en resoluciones formales. Algunas, del propio gobierno de Washington, como la prohibición de importar litio de países que no tengan acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, así sean de capital norteamericano, como Livent. Pero otras, del FMI, que el viernes aprobó el último desembolso correspondiente a 2022, de 5.400 millones de dólares, para que la Argentina le pague al mismo Fondo. El vencimiento fue hace una semana, pero el organismo aceptó la prórroga hasta fin de mes. El anuncio no incluyó el habitual comunicado del directorio, que en cambio se difundió ayer. Dice que  “en el contexto de una sequía cada vez más severa, una inflación creciente y una cobertura de reservas débil, es necesario un paquete de políticas más fuerte para salvaguardar la estabilidad, abordar los reveses y asegurar los objetivos del programa”.

El objetivo del Presidente y el Ministro de Economía Sergio Tomás Massa en su último viaje fue que el FMI rebajara la meta de reservas internacionales a las que el país se comprometió, dada la caída de ingresos prevista por la sequía. Eso lo consiguieron sin necesidad de requerir un waiver. Esto no pasa de ser un juego de palabras, porque de hecho el organismo perdonó el incumplimiento, aunque no le ponga ese nombre, y hasta ahora no se conozca cuál es el nuevo piso. En cambio, se mantiene el tope de 1,9% del PIB para el déficit  primario. También insiste en la “focalización” de subsidios energéticos y asistencia social, tasas de interés positivas y devaluación del peso, que en la jerga deliberadamente oscura se denomina ” tasa de crawl”. Concluye que “es posible que se requiera un endurecimiento adicional de la política macroeconómica y modificaciones adicionales a la política cambiaria para salvaguardar la estabilidad macroeconómica. El apoyo político a las políticas del programa sigue siendo fundamental en el período venidero”.

El año pasado, los desembolsos del Fondo superaron los pagos al Fondo, pero este año ocurre al revés, lo cual agrava la falta de dólares.

Sobre las pérdidas por la sequía, el gobierno ha sido deliberadamente ambiguo, acaso porque Massa aprendió con la inflación que si dice cuánto no debe decir cuándo, y a la inversa. Los cálculos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimaron una caída en las exportaciones de granos y derivados de unos 20.800 millones de dólares, con una pérdida de recaudación por 7.376 millones. Para la Bolsa de Comercio de Rosario, la caída sería de 17.568 millones, con una recaudación menor en 7.300 millones. Pero filtraciones del FMI sugirieron que la caída sería la mitad de ese cálculo y desde la Presidencia no hubo respuesta a una consulta específica sobre ese punto.

Una de las más altas fuentes del equipo económico dijo, ante una consulta para esta nota, que el problema no se resuelve con la ya concedida atenuación de las metas para las reservas. Lo que hace falta son mayores recursos, ya sean del propio Fondo o de otros organismos internacionales, como el Banco Mundial, que podrían llegar hasta los 3.000 millones de dólares, porque el tanque de las reservas está cerca del rojo. De lo contrario, no habría otra alternativa que dificultar aún más el acceso de los importadores al aún conocido como Mercado Único y Libre de Cambio, cosa que ya comenzó a ocurrir el viernes con una resolución del Secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, que agrega requisitos informativos para autorizar la importación de servicios. Esto implica caídas de la producción por falta de insumos, o mayores precios por el encarecimiento de los bienes y servicios importados.

Desde ya, esa escasez melló el filo del arma que Massa había puesto en manos de Tombolini para la negociación de precios con productores, distribuidores y comercializadores, que pueden retirarse en cualquier momento del programa de precios acordado, porque es voluntario. Ya nadie espera que el IPC de marzo sea inferior al de febrero, que a su vez superó al de enero, mayor que el de diciembre, que dejó atrás al de noviembre, lo cual encadenaría cinco meses de alzas.

En la misma proporción que las pérdidas estimadas por la sequía se reduciría la entrega adicional de fondos que apetece la Argentina: de 10.000 a 5.000 millones de dólares. Para compensar, el FMI también aceptó el nuevo tipo de cambio para las exportaciones agropecuarias, que Massa se propone oficializar mañana. Regirá durante este mes para lo que queda de la cosecha pasada de soja y, de mayo a julio, para las exportaciones regionales, como el vino, el arroz y el maní. La publicación especializada Bichos de Campo estima que, para ser atractivo, el tercer turno del dólar soja no debería ser inferior a 310 pesos, contra 200 del primero, en septiembre, y 230 del segundo, en diciembre. Todo en nombre de evitar una devaluación, como si este desdoblamiento no lo fuera, en previsibles cuotas. Los ingresos previstos rondarían los 6.000 millones de dólares.

Otro de los planteos del Presidente argentino fue que el FMI no sólo asistiera a los países más pobres sino también a los de renta media, en los que, dijo, se encuentra el 60% de la pobreza del mundo. Esta parece destinada a ser otra de las plegarias desatendidas por el organismo. El viernes, su directora gerenta, Kristalina Georgieva, publicó en el blog del Fondo un trabajo en el que pide que, durante la reunión conjunta de primavera con el Banco Mundial, que sesionará en Washington la semana próxima, los países más ricos acudan en auxilio de los más pobres. Todos sus argumentos se refieren al Fideicomiso para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza que, desde la pandemia, otorgó créditos sin intereses por 24.000 millones de dólares a 50 países de bajos ingresos, y que necesita financiamiento y subsidios para continuar con esa tarea, que estima en 440.000 millones de dólares en los próximos cinco años. Pero no dice una palabra de los países de ingresos medios, como la Argentina. Tampoco ha habido novedades sobre el aumento de la tasa de interés, a tono con los incrementos dispuestos por la FED, ni acerca de los sobrecargos que el Fondo cobra a quienes se endeudan por encima de la cuota que les corresponde. Para contribuir a la confusión general, el ex ministro Mr.MaGoo eligió el día y la hora de la reunión del directorio del Fondo para tuitear en contra de las tasas y los sobrecargos, cosa que no planteó con la misma nitidez cuando la suya era la palabra oficial.

Oh casualidad

Mientras el Presidente estaba en Washington, el senador republicano Ted Cruz, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, pidió que se investigara y sancionara por corrupción a Cristina y a varios integrantes de su gobierno. La Vicepresidenta respondió con un hilo de tuits.

La prensa opositora lo interpretó como un calculado ataque de Cristina contra la gestión de Alberto, desconociendo la agresión previa. En agosto del año pasado, cuando Cruz y Eduardo Bolsonaro pidieron sanciones contra Cristina, les contestó el canciller Santiago Cafiero.

Quien tampoco se prendió esta vez a la jugada fue Alberto. Cuando en la conferencia de prensa le preguntaron por Cruz, se limitó a responder que “marginales hay en todas partes”. No es una mala contestación, pero subestima al personaje. En las primarias de 2016, Cruz fue uno de los últimos contendientes de Trump, quien lo agredió en forma soez, con referencias a la presunta fealdad de su esposa. Pero luego de la elección se convirtió en un entusiasta defensor del Presidente, y en enero de 2021 lo apoyó en su disparatado intento de afirmar que le habían robado la elección y de promover el asalto supremacista al Congreso. El ensayo general fue en Bolivia, en 2019, con el golpe contra Evo Morales. Las reuniones preparatorias de miembros de los comités cívicos con oficiales de las Fuerzas Armadas fueron registradas en una docena de audios que se publicaron en diversos medios independientes, como La Época y El Periódico. Allí se mencionan las denuncias de fraude contra Evo que se preparaban y el desconocimiento de los resultados si el Presidente resultara reelecto. Incluso hay una referencia a contactos con Ted Cruz y con los otros senadores estadounidenses de origen hispano, Marco Rubio y Bob Menéndez.

Por si alguien pensaba que en estas relaciones las cosas ocurren por casualidad, el mismo viernes 31 la jueza Loretta Preska, quien sucedió en el juzgado federal de Wall Street a Thomas Griesa, falló en contra de la Argentina en el juicio iniciado por Burford Capital y Eton Park por la expropiación de YPF en 2012. Burford y Eton compraron el derecho a litigar de los socios minoritarios que reclamaban ser indemnizados igual que el mayoritario socio español Repsol (se trata de la familia Eskenazi, primera en la lista de quienes fugaron capitales del país durante el gobierno de Maurizio Macrì).

Todavía no se fijó el monto de la indemnización a pagar, pero los diarios económicos locales especulan con que serían entre 8.500 y 20.000 millones de dólares, pese a que el CEO de Burford sólo informo del fallo y dijo que falta determinar las cifras. De inmediato, dirigentes de la oposición como Javier Milei, María Vidal, José Espert y Patricia Bullrich saltaron al cuello de Cristina y de su entonces ministro de Economía Axel Kicillof. Espert llegó a decir que los quería ver presos. El gobernador respondió ayer en una entrevista con Juan Amorín:

  • El fallo es un absurdo jurídico. Reconoce que debe aplicar la ley argentina, pero lo hace mal.
  • La jueza entiende que el estatuto de YPF, que se redactó en los ’90 para maniatar al Estado, debe prevalecer sobre una ley del Congreso que, por una amplia mayoría, con más de 200 votos positivos, decidió expropiar el 51% de YPF, para tener el control de la empresa.
  • Fue una de las decisiones políticas más importantes en décadas, luego del vaciamiento de los ’90, que permitió poner en marcha Vaca Muerta, construir el gasoducto y explorar en el mar, de modo de avanzar hacia el autoabastecimiento energético. Es un ejemplo de gobernar con coraje.
  • Expropiar el 100% no era necesario ni conveniente, pero si se hubiera hecho tal como pretendía el estatuto, hubiéramos debido poner lo mismo que habría que pagar ahora, si las apelaciones confirmaran este fallo. Es muy clara la ventaja de haber recuperado YPF.
  • No me extraña que en este año electoral aparezcan los buitres, como en 2015. Puede haber otros fallos contra la misma fuerza política, a los que se agregan los caranchos de adentro.
  • La oposición se propone reprivatizar YPF, cosa que fracasó en los ’90. Y también podría venir un gobierno que les pague a los buitres todo lo que piden y más, como ya hicieron en 2016.

También calificó de fake news que se le atribuyera haber dicho que no se pagaría un peso por la expropiación. Ya en 2014, luego de revisar los archivos, Chequeado concluyó que nunca había afirmado tal cosa, pese a lo cual sigue repitiéndose como una verdad revelada.

Un candidato kirchnerista sorpresa

Ayer, un plenario regional del Nordeste reclamó en Resistencia contra la proscripción de Cristina. El viernes, el Partido Justicialista bonaerense convocó a una movilización sobre Comodoro Py el jueves 13, cuando se cumplan siete años de la primera presentación de Cristina ante los tribunales. Ante una multitud y bajo la lluvia, llamó a consolidar la unidad ciudadana, que por entonces era un concepto, no todavía el sello electoral que al año siguiente pulverizaría las opciones antikirchneristas del peornismo opositor. La renuncia de Macrì a una nueva intentona presidencial fortaleció su liderazgo dentro de la oposición antiperonista, así como la candidatura al gobierno de la Capital de su primo inteligente, Más Jorge que Macrì, según su propia definición en la última campaña electoral.

Uno de los principales analistas conservadores, que no simpatiza con el kirchnerismo ni subestima a la Vicepresidenta, cree que Cristina (quien renunció a su postulación cien días antes que Macrì), podría lograr el mismo efecto y hasta ganar la elección si propiciara la candidatura de un dirigente no mucho mayor a los 55 años, de identificación indudable con ella, bien considerado por los principales empresarios que lo conocen bien, pero de nula figuración pública en la ronda de postulantes que ocupan a medios y opinadores. Ni Massa, ni Coqui, ni Wado.

Es la hora de un outsider, concluye el analista.

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