Le hierve la cara – Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna
- ALERTA!Noticias
- 25 de agosto de 2024
- 547
Ni siquiera el folletín del ex Presidente Alberto Fernández y su exposa Fabiola Yáñez logra guarecer a los Hermanos Milei de los golpes que les propinan todos los bloques del Congreso, incluyendo al propio, que arde como un bosque de Australia en verano.
Fernández está calcinado, luego de las declaraciones de su secretaria desde hace 35 años, María Cantero, y de los nuevos videos y fotografías que su víctima conyugal allegó a la causa. El fiscal Ramiro González ya tenía más de un centenar y medio de fojas con los mensajes que Cantero intercambió con Yáñez. El jueves le tomó juramento de que las fotografías del cuerpo y el rostro tumefacto de Yáñez, y los mensajes sobre cómo se produjeron, son efectivamente producto de su intercambio con la ex pareja presidencial. Eso nunca ocurrió, repite Fernández, pero ya ni su eco lo escucha.
Carece de cualquier relevancia que Cantero haya hablado o no del asunto con su jefe y amigo. Confirmó lo único que importa, porque al declarar bajo apercibimiento de un proceso por falso testimonio, no tenía alternativa. El ex Presidente intentó que su secretaria no declarara en ese carácter, alegando que podría auto incriminarse en la causa paralela por los seguros y “la minipyme de María, Vivi y el Gordito”. Pero su pedido fue desestimado. También es obvio que ni mi querida Fabiola ni mi querida María consienten ser forreadas como lo hizo Fernández cuando tuvo que rendir cuentas por sus actos. Hay varias represalias cruzadas en este berenjenal de pasiones desatadas.
La principal involucra al juez Julián Ercolini. Entre la denuncia de Yáñez, los registros fotográficos y la confirmación de Cantero, no falta mucho para que Su Señoría pueda dictar la prisión preventiva al ex jefe del maltrecho Partido Justicialista y hasta ordenar su detención. En esa alternativa pensaba el juez al considerar “prematuro” el envío del expediente de Comodoro Py a San Isidro, como pidió Fernández. Antes, Ercolini debe completar la venganza contra su ex compañero de cátedra en la Facultad de Derecho, quien en un discurso presidencial repudió la excursión turística al resort patagónico de Joe Lewis, pagada por el Grupo Clarín.
Ercolini no le hace asco a nada. Es el magistrado que sentenció que el fiscal general Natalio A. Nisman fue asesinado, basándose en el peritaje que Patio Bullrich le encomendó a la Gendarmería, cuyas conclusiones fueron publicadas en Clarín meses antes de que se realizara. Su esposa, Julia Kenny, fue vocera del ex ministro Germán Garavano, y desde que culminó la aventura macrista es jefa de comunicación de Eduardo Casal, el fiscal a cargo en forma interina del Ministerio Público Fiscal desde hace siete años, más que todos desde 1966, con la única excepción de Esteban Righi, que duró ocho.
El desprecio y la agresión
Pero ni siquiera la demolición del ex Presidente atenuó los sinsabores de quien lo sucedió. El periodo de gracia concluyó. Luna de miel nunca hubo, porque desde el primer día el Presidente practicó una política del desprecio y la agresión, con una lengua soez sin precedentes en el país. Sus metáforas zoológicas lo presentan como un león imbatible que sodomiza a quienes lo contradicen. Su fantasía lo coloca por las nubes, desde donde apenas se divisan a los inmundos roedores y políticos.
Esta semana tenía planeado su décimo tercer viaje al exterior, esta vez a México, para intervenir en otra cumbre de la ultraderecha, en las que se reúne con conspiranoicos de todo el mundo, y en las que nadie se interesa por contrastar sus dislates con datos reales. El propio Milei confesó, sin darse cuenta de lo que estaba diciendo, que “todo el mundo ve el milagro, menos los argentinos”. Aún así, suspendió la excursión, alegando una visita el viernes a una entidad empresarial en Rosario, cosa que nunca figuró en su lista de prioridades. Allí dijo que “los degenerados fiscales votaron en gran mayoría un disparate que implica un 62% del PBI de toma de deuda” (sic).
También eliminó de su agenda el primer acto político en la provincia de Buenos Aires, donde desearía desafiar la preeminencia peronista. Su escogido era José Luis Espert, otro insultador de su mismo calibre, quien se mostró reacio a lanzarse si la economía no mejora su catastrófico desempeño.
Cualquiera sea la fuente, oficial o privada, nacional o internacional, el cuadro es deprimente, con todas las variables en coma profundo. La Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) acaba de difundir un informe impactante, sobre deuda pública y salarios. Entre el primer trimestre de 2023 y de 2024, el salario mínimo real promedio disminuyó más de 32 puntos.
La alternativa que se analiza en sustitución de Espert está en el lado femenino del Jano presidencial, que en la mitología romana era el dios de las puertas, los comienzos y los finales, que podía ver al mismo tiempo el pasado y el futuro.
Esas cosas a veces ocurren en la vida real. Es el caso de Edward Mordrake, un noble británico que vivió al filo de los siglos XIX y XX y se suicidó a los 23 años. Una enciclopedia de Anomalías y Curiosidades de la Medicina lo describe como de agraciado rostro natural, pero con otra cara en la parte posterior del cráneo, “la de una niña, encantadora como un sueño, horrible como un demonio”, que sonreía y se burlaba mientras Mordrake lloraba. Por las noches, le impedía dormir, contándole cosas “que sólo se hablan en el infierno”.
La deuda pública (más la privada, claro) y la escasez de dólares para hacerle frente es el tema constante que orienta los análisis económicos de CFK. Durante sus gobiernos y el de Néstor Kirchner, esa deuda se redujo a su menor expresión en toda la historia. Esto se debió a los exitosos canjes de 2005 y 2010, a la cancelación total de la cuenta con el Fondo Monetario Internacional, coordinada con el gobierno brasileño de Lula, y a los altísimos precios internacionales de la soja y sus derivados, más del doble que ahora. En sus periódicas intervenciones de fondo, también afirma que ese problema, el de la inflación y el del poder adquisitivo del salario, no tienen solución sin un acuerdo básico entre las principales fuerzas políticas.
Coincidencias
Algunos acuerdos parecieron concretarse, en ambas cámaras del Congreso, en torno de cuatro temas, con pronunciamientos opuestos al gobierno nacional:
- La derogación por los diputados del decreto de necesidad y urgencia que asignó a la SIDE 100.000 millones de pesos de fondos reservados, que ahora pasará al Senado. De todos modos, hay indicios firmes de que ya se gastaron 80.000 millones.
- El financiamiento del presupuesto de las universidades públicas, que el gobierno había cancelado y que ambas cámaras repusieron.
- La designación del senador radical Martín Lousteau como presidente de la Comisión Bicameral de control de los organismos de inteligencia. Como vicepresidente fue elegido el radical kirchnerista Leopoldo Moreau, y como secretario, Oscar Parrilli.
- Un sustancial incremento de las prestaciones previsionales que el gobierno había recortado en forma drástica, hasta explicar la mitad del ajuste que envanece al Presidente.
Para ello coincidieron por primera vez peronistas de distintas denominaciones, radicales, marxistas, representantes provinciales, socialistas y cambiemosos. El PRO se proponía realizar una operación quirúrgica, en negociación con el vicejefe de gabinete, José Rolandi: aprobar en general el aumento del 8,1% a los jubilados, pero en particular no formar la mayoría para los artículos que más preocupaban al gobierno, que entonces no alcanzarían los 2/3: el aumento anual por encima de la inflación, un haber mínimo que esté 9% por encima de la línea de pobreza y el pago a media docena de cajas provinciales de las deudas pendientes. A cambio de ello, negociaron con el gobierno que no vetara la ley. Pero a pesar del voto en contra de sus senadores a los artículos 2, 4 y 10 (Juez, De Ángeli, Huala, Álvarez Rivero, Goerling y Cristina), igual alcanzaron los 2/3 (49 a 20). Esto enfureció a Milei, que anunció el veto total y no parcial a la ley.
El Presidente dio rienda suelta a su facunda imaginación y calculó que la nueva ley, “demagógica e irresponsable”, votada por los “degenerados fiscales”, implicaría “subir la deuda 24 puntos del PBI”, incrementándola en “370.000 millones de dólares”. Jorge Fontevecchia lo llamó a él “degenerado matemático”.
Otro disgusto pueden procurarle las postulaciones para la Corte Suprema de Justicia de los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, donde también son posibles alineamientos sorprendentes, tanto como la chacota entre Villarruel y el peronista formoseño José Mayans en la última sesión del senado, acerca del apodo de Jamoncito para el Presidente. Esta coincidencia no ocurre en cualquier momento.
Tema terminado
La semana pasada, el vocero presidencial Manuel Adormi sentenció que “la inflación es un tema terminado”. Se trata de una expresión de deseos. El 80% registrado por el INDEC en el primer semestre de 2024 constituye el índice de precios al consumidor más alto del mundo. Es posible que el 4% de julio se haya percibido como una fuerte desaceleración, en cotejo con el 25,5% de diciembre, de lo que se jacta el Presidente. Pero ese número fue consecuencia directa de su primera medida de gobierno, el 13 de diciembre, una devaluación del peso del 118,3%. Fue la tercera más alta de la historia, solo precedida por las dos del Presidente Raúl Alfonsín en 1989.Así, Milei aniquiló el poder adquisitivo de los ingresos fijos, disparó como un resorte la inflación y al mismo tiempo creó las condiciones para su descenso gradual en los meses siguientes, hasta llegar a un piso que parece inflexible, aunque el gobierno clama en todos los tonos “cero, cero, cero”.
Como ocurre en todo tiempo y lugar, crece el porcentaje de quienes culpan a los actuales gobernantes porque como dice un aforismo inglés del siglo XVI, No tyme like the present. La novedad es que ahora también aparece una nueva categoría: la de quienes están desilusionados con el gobierno de los Hermanos Milei y afirman que no volverán a votarlo.
Pero incluso quienes comparten la idea de que la desinflación del 25 al 4% mensual es un éxito del gobierno, comienzan a advertir el cuadro catastrófico resultante de los métodos con que se logró. Entre el 12 y el 17 de julio, la privadísima Universidad de San Andrés, donde se forman las élites neoliberales, detectó que la pobreza y los bajos salarios ya eran problemas más importantes que la inflación. Bajaron las aguas, pero la casa está en ruinas.
Aun así, los Hermanos Milei no conservan nada mejor. Lo dijo con todas las letras Ricardo Arriazu, el único miembro del equipo de Martínez de Hoz que sigue en actividad. La semana pasada dijo que “si devaluamos, se acabó todo el programa, se acabó Milei, se acabó todo”. Como a pesar de su sesgo ideológico es un hombre inteligente, también dijo que “la gente espera que baje la inflación y que suba la actividad económica de a poco. Si eso no pasa, vamos a tener un problema político”. Es lo que ya está ocurriendo.
Los motivos de cada uno
En ese marco, cada sector tiene sus propias motivaciones. La comparación del senador libertario Juan Carlos Pagotto entre el anuncio de Milei de que vetaría la ley previsional y el veto efectivo de CFK en 2010 a la ley con el 82% móvil para la jubilación mínima, carece de contexto.
Las afirmaciones pueden ser parecidas, ya que tanto Milei como Cristina acusaron a la oposición de buscar la quiebra del oficialismo. Pero entonces habían transcurrido siete años de crecimiento de la economía, constantes incorporaciones de nuevos jubilados al sistema y de incrementos permanentes de sus remuneraciones. De ese modo se puso remedio a los efectos de la privatización del sistema decidida por Menem y Cavallo en la década previa y al vaciamiento de las cuentas de capitalización por parte de los bancos que las administraban, cuando la pérdida del empleo impedía seguir pagando la mensualidad. Ahora, en cambio, el actual gobierno ha acelerado el ajuste sobre los ingresos de los jubilados, que la ley sancionada intenta reparar.
En aquel momento, el Grupo Ahhh… no alcanzaba los 2/3 que le hubieran permitido superar el veto presidencial, por lo cual la ley fue solo una finta para molestar al gobierno. Que no lo logró quedaría claro en las elecciones del año siguiente, cuando la Presidenta fue reelecta en primera vuelta. Ahora está en discusión si la mescolanza de voluntades que obtuvo los dos tercios en ambas cámaras podría repetirlo luego del veto presidencial.
La clave está en la obediencia que Maurizio Macrì obtenga para su anunciado apoyo al veto, porque coincide con Milei en el aprecio por el ajuste fiscal sobre las condiciones de vida de los jubilados.
La mayoría de los senadores que ahora expresan su preocupación por los ingresos de los jubilados son los mismos que se opusieron con vehemencia al cierre y venta de empresas del Estado deficitarias y llenas de corrupción. Hay que recordar, también, que esos mismos senadores…
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) August 23, 2024
Sin mucho tino, el Presidente se burló de él. “Si tomo su tuit, no maneja la tropa. O la tropa no entiende lo que hace. No tienen orden de magnitudes del daño que están impulsando. Lo que dice está en franca oposición a lo que hicieron sus legisladores. Todos sus senadores votaron este delirio”, dijo en una entrevista en la radio Rivadavia. El conflicto se extendió, cuando el ministro de Economía Luis Caputo dejó afeitado y sin visita al primo de Macrì que gobierna la Capital, en la audiencia por el pago de la coparticipación federal pendiente.
Agenda sin criminales de lesa humanidad
En esa interesante declaración, Milei también dijo con todas las letras que la libertad de los militares presos forma parte de la agenda de Villarruel, pero no de la suya. Eso, como la repercusión de la visita de los diputados libertarios a la cárcel, demuestra que la Justicia por aquellos delitos sigue siendo un valor sobre el que la sociedad mantiene un firme consenso. Tan fuerte, que un grupo de alojados en la Unidad 34 de Campo de Mayo, entre ellos Mario Sandoval, Emilio Morello, Christian Von Wernich y Juan Amelong, dirigieron una nota a la Conferencia Episcopal Católica en la que enumeran las visitas recibidas desde 2015 de una docena de esos obispos (entre otros su ex presidente José Arancedo, el cardenal Mario Poli y Alcides Jorge Pedro Casaretto).
“Todas sus visitas se realizaron sin la posterior persecución mediática o política que presenciamos estas últimas semanas. Se realizaron con total normalidad. Hoy, reina la confusión, abundan las críticas y los juzgamientos hacia las personas que nos visitan. ¿Por qué se castiga al Padre Javier Olivera Ravasi por la supuesta gestión de la visita de los diputados a los presos políticos? Si ellos tienen los mismos derechos que los Obispos para visitar LIBREMENTE a los presos, sea cual fuere el motivo de su detención? Ese contexto nos preocupa, porque algunos sectores que ustedes recibieron pretenden aislarnos de la sociedad, y condenarnos a una muerte civil y social”. Por ello, pidieron que se dieran a conocer aquellas visitas previas y que se coordine “una próxima reunión con Miembros de la Conferencia Episcopal, para compartir con nosotros una jornada de oración, y así demostrar en la acción, que ustedes no nos abandonaron. Debemos continuar con los diálogos iniciados en 2015”. Terminan con un saludo muy significativo: “Iglesia [Católica], FFAA y FFSS estuvimos juntos en todas las gestas patrióticas de nuestra Nación. Nuestro lema sigue siendo Dios, Patria y Familia. No defraudemos el Legado de nuestros Héroes”. Solos pero irreductibles y sin arrepentimiento. Esta nota es también un escrache de los torturadores a los obispos que los visitaron a ocultas.
¿Dos tercios?
Si todos los diputados y los senadores Procaces acataran la opinión del ex Presidente, el veto de Milei sería exitoso, porque no se repetirían los 2/3 de la primera votación. Pero dados los conflictos internos, que también comprenden a la menguada tropa libertaria, es mejor no arriesgar hipótesis. El primer pronunciamiento sobre el tuit de Macrì fue del presidente del bloque, el cordobés Luis Juez, quien hizo saber que reiterará su voto en general a favor de los jubilados. Pero no reveló cómo lo haría en particular en los tres artículos críticos. Otros también manifestaron indignación ante el doble juego de Macrì.
La crisis del bloque reaccionario se vio con claridad en la discusión por el pliego del juez Lijo. La oposición más enconada en el recinto provino del senador formoseño Francisco Paoltroni. Con una voz estrepitosa y baja estima por la formalidad de los protocolos parlamentarios, el frustrado presidente del bloque oficialista atacó de modo frontal a Lijo. Cuestionó su idoneidad moral y le atribuyó favorecer a Gildo Insfrán, al enviar a la justicia provincial una causa contra el gobernador, que fue sobreseído.
El candidato respondió que no fue a la justicia provincial sino a la justicia federal de la provincia y que no lo hizo por propia voluntad, sino acatando una resolución de la Cámara Federal que revocó una suya, pero no modificó la actitud de Paoltroni. Cuando concluyó se fue, con ostensible desdén. También votó por la derogación del DNU de fondos reservados para inteligencia, y acusó en forma explícita a Santiago Caputo de fortalecer a la casta. También la Vicepresidenta Villarruel se pronunció, fuera del recinto, en contra de la designación de Lijo. Si a esto se suma el escándalo entre los diputados libertarios que visitaron a Ignacio Alfredo Astiz en la cárcel, el maelstrom libertario es completo.
Lijo exhibió su afinidad con el ex presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y explicitó su desacuerdo con votos de la actual mayoría. Leyó a hurtadillas un plomífero libreto del Ihering de Rafaela sobre las reformas que necesita la justicia y una locutora agregó centenares de preguntas recibidas de distintas personas y organizaciones.
Lo más desconcertante es imaginar la ventaja que espera obtener Milei, en caso de que obtuviera los 2/3 un candidato que consideró inconstitucional la dolarización, la sanción de leyes por decreto sin urgencia siempre mientras no lo deroguen las dos cámaras legislativas, y negó que la Corte Suprema pueda resucitar una ley derogada por el Congreso, como hizo con la del Consejo de la Magistratura luego de 16 años de su extinción. En un cuarto intermedio, Paoltroni dijo que Milei se ocupa de la economía y que en estas otras cuestiones delega en sus colaboradores. Su furia se dirigía a Santiago Caputo.
Lijo se escurrió como una anguila durante las ocho horas de la sesión, ayudado por la trivialidad de los cuestionamientos, como ser un abogado y no un doctor en derecho y no haberlo dicho cuando lo llamaban doctor. Como decía el senador Vicente Leónides Saadi, en Catamarca basta que alguien se haga lustrar los zapatos para que lo llamen doctor. El argumento más fuerte en favor del candidato es que la resistencia a su designación la encabece María Eugenia Talerico, quien pasó de defender a directivos del HSBC en expedientes abiertos por la UIF, a codirigir el organismo preventor del lavado de dinero. La acompañan con pasión el Colegio de Abogados de la City de Buenos Aires, La Nación y Clarín.
Durante el anterior gobierno, Talerico organizó el lobby en Miami para que el FMI no aprobara la negociación de la deuda argentina, contraída por el gobierno que integró. Tanto ella como su asociado, Mariano Federici, estuvieron entre los primeros propuestos ahora por Macrì, pero Milei los rechazó. En el gobierno les atribuyen estar bajo investigación del GAFI, que puede demorar la transferencia de información fiscal de argentinos en Estados Unidos, vital para urgir el blanqueo.
Radicales y Procaces no están a salvo de las corrientes disgregadoras que sacuden a LLA. Votan divididos en casi todos los temas y además se enfrentan a gritos por los medios, como Patio Bullrich con Macrì, a quien intimó a definirse: “Uno está a favor o en contra del cambio. Está mal mandar a los senadores de Pro a votar a favor de un proyecto fiscalmente irresponsable y después públicamente salir a decir que estás en contra”. Disfrazada de Policía Federal, Bullrich dijo que quienes votaban por la nulidad de los fondos reservados ayudaban a los delincuentes y las mafias.
Macrì está embarcado en una lucha sin cuartel con Santiago Caputo, quien le responde con un batallón de cuentas anónimas en las redes antisociales, que lo acusan de pretender cargos en el gobierno para sus amigos Javier Iguacel y Guillermo Dietrich, y negocios de energía y obras de infraestructura, como la Hidrovía. También lo amenazan con reactivar la causa por el Correo, que Macrì ha adormecido con mano maestra durante dos décadas, involucrando a su socio oculto, Marcelo Odebrecht, a través de un banco austríaco.