“El Estado reproduce el sistema patriarcal, capitalista y neoliberal»

“El Estado reproduce el sistema patriarcal, capitalista y neoliberal»

El director del Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género advirtió en Bonavitta 530 sobre la influencia de grupos antifeministas y la necesidad de políticas públicas para deconstruir la violencia machista.

El psicólogo y director del Centro de Estudios sobre Masculinidades y Género, Darío Ibarra Casals, sostuvo que el Estado “reproduce el sistema patriarcal, capitalista y neoliberal” y que, por tanto, también debe asumir la responsabilidad de promover la deconstrucción de los mandatos machistas que impulsan la violencia ejercida por los hombres.

Ibarra se refirió al caso de Pablo Laurta, acusado de femicidio y múltiples asesinatos, y al papel de la agrupación Varones Unidos, a la que describió como un “grupo de activistas masculinos antifeministas de ultraderecha, negacionistas de la violencia de género, que militan para derribar los avances hacia la igualdad”.

El especialista señaló que detrás de estas organizaciones existe “una infraestructura ideológica más amplia, vinculada a la ultraderecha internacional, que promueve discursos de odio y niega la inequidad de género”. Según Ibarra, estos espacios “funcionan como semilleros para sujetos con trastornos psicopáticos o con estructuras mentales violentas, que encuentran allí validación y legitimidad para sus conductas”.

Consultado sobre el auge de estos discursos, el experto consideró que se trata de un “movimiento reaccionario frente al avance de los derechos de las mujeres”, que genera temor en algunos hombres por la pérdida de privilegios o de su identidad masculina. “Pero en realidad, los hombres también ganamos: en salud mental, en vínculos más sanos, en libertad emocional”, sostuvo.

Ibarra explicó que los programas actuales dirigidos a varones que ejercen violencia “logran frenar la agresión física y sexual en la mayoría de los casos, pero no alcanzan a modificar las estructuras profundas del pensamiento machista”. Para lograr un cambio real, dijo, “es imprescindible intervenir desde la educación y desde la primera infancia, promoviendo modelos de relación igualitarios y respetuosos”.

“El desafío no es solo trabajar con quienes ya fueron denunciados o sancionados, sino con toda la población masculina. Todos fuimos socializados para ejercer poder y control. La deconstrucción no debe ser una elección individual: el Estado tiene la obligación de generar las condiciones para repensar la masculinidad”, concluyó.

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