Horacio Verbitsky: La mar estaba serena – El Cohete a la Luna
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- 8 de octubre de 2023
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Esta noche, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, cuando se realice el segundo de los debates previos a las elecciones del 22 de octubre, es probable que el Ministro de Economía Sergio Tomás Massa deba ocuparse de la navegación por el Mar Mediterráneo de Martín Insaurralde con una fotomodelo que, con supremo candor, dijo para disculpar sus regalos que siempre tuvo novios adinerados. El domingo 1°, el tema apenas apareció de refilón, en boca de Patio Bullrich y Myriam Bregman.
Massa no se dio por aludido. Sin embargo, tenía su respuesta preparada, pero se la guardó para más tarde, porque nadie hizo hincapié en el episodio, cosa que los medios de la oposición, Clarín, La Nación e Infoemba, reprocharon hasta el hartazgo a sus representantes políticos. Cuando un movilero de la señal de noticias por cable de La Nación corrió a la camioneta ministerial para descerrajarle su pregunta, la contestación del candidato fue tajante: el Romeo de Lomas de Zamora “cometió un error, renunció a la jefatura de gabinete, también debe renunciar a la candidatura a concejal”. El candidato era un adolescente, cuando en las calles se cantaba: “No hubo errores, no hubo excesos…”. Cuando dio esa entrevista, Massa ya sabía que Insaurralde también desistiría de su imposible candidatura.
El ex alcalde de Lomas de Zamora había comunicado la decisión de apartarse a Máximo Kirchner, quien a su vez habló con la Vicepresidenta CFK. Ella urgía una respuesta inmediata, porque entendió que era un golpe dirigido a las candidaturas de Unión por la Patria, la presidencial de Massa y la bonaerense de Axel Kicillof, y no perdió tiempo en especular sobre los hábitos de Insaurralde y las vinculaciones de su compañera de travesía. La chica registró las imágenes incriminatorias, las subió a sus redes antisociales y, como no tuvieron una inmediata repercusión, a pocas horas del debate arrobó a Insaurralde (en el sentido informático de la palabra, en el otro lo estaba en exceso, por decirlo con una palabra nuevamente de moda).
Violencia moral
La divulgación de imágenes de la anterior exposa de Insaurralde, Jesica Cirio, en otro yate de crucero por el Mediterráneo, que ella misma difundió en sus redes, reforzó el escándalo. La primera señora Insaurralde, Liana Toledo, es la secretaria del juzgado del juez Federico Villena, donde el ex asesor legal de la embajada de Estados Unidos, Gastón Marano, denunció a Insaurralde por enriquecimiento ilícito. De la segunda mejor olvidarse: era su concuñada. Cuando se levanta una piedra tan grande, emerge todo tipo de bichos. Incómodo ante la exposición con tanta luz, Villena se excusó por “violencia moral”. La causa quedaría en manos del juez subrogante en ese juzgado, Ernesto Kreplak, hermano del ministro de Salud de Kicillof. El fiscal que insta la acción es Sergio Mola (el mismo que le hizo la segunda voz a Diego Luciani en el alegato contra Cristina por la causa Vialidad). Mola es uno de los que pidió el apartamiento de Villena.
Gracias al padre de Liana (Hugo Toledo, ex ministro y ex secretario general de la gobernación de Eduardo Duhalde), el jovencísimo Insaurralde primero ingresó y luego quedó al frente del juego legal en Buenos Aires, principal activo de su carrera política. Las fotos de la boda, con el novio flanqueado por Duhalde y Carlos Menem, lo dicen casi todo.
En Santiago del Estero, Bullrich apenas nombró a Insaurralde, como un comentario marginal. Javier Milei ni siquiera eso. Ella, porque tenía un guión estricto del que le costaba apartarse. El gatito mimoso del poder económico (Bregman dixit) tiene el mejor manejo de redes, y le basta con su referencia genérica a la casta para capitalizar un episodio que no necesita la sobreactuación de terceros para producir un porrazo de consecuencias impredecibles. Juntos por el Cambio no parece en condiciones de aprovecharlo. Para no ir más lejos, su candidato en Lomas de Zamora es Guillermo Viñuales, quien durante años fue el Insaurralde de Insaurralde. Ahora dice que renunció porque previó lo que ocurriría con su ex jefe, una de las tantas afirmaciones inverificables en esta contienda. Y el candidato cambiante a la gobernación, Néstor Grindetti, desechó el tema como una cuestión de la vida privada. Es reincidente en esto. En 2016, cuando su nombre apareció en los Panama Papers, dijo que la empresa offshore y la cuenta en Suiza eran “un tema personal”. Bullrich sigue complicada por las flores que Maurizio Macrì no deja de arrojarle a Milei. Con la candidatura de su primo en la Capital Federal, Macrì se da por satisfecho. El resto, que se hunda, como Rodríguez Larreta. Hombre generoso, el calabrés.
El helado de Durán Barba
La mayoría de los consultores cree que la difusión del viaje de Insaurralde no modificará el resultado de las elecciones presidenciales. El ecuatoriano Jaime Durán Barba, que pasó de la JP de los ’70 en Mendoza a la asesoría a Maurizio Macrì en el siglo XXI, sostuvo que “a la gente no le importa el yate. Es divertidísimo para la prensa, pero para la gente no”. A su juicio, “la gente se mueve en su metro cuadrado, solo le importa el que le permita poder darle un helado a su hijo”. Carlos Fara tampoco cree que se traduzca en un corte de boletas que dañe a Kicillof. “Al gobernador todo el mundo le reconoce honestidad, más allá de la responsabilidad del cargo”. Otros creen que no afectará a Massa, aunque no están tan seguros sobre qué pasará en Buenos Aires. Lomas de Zamora es el segundo partido más poblado de la provincia detrás de La Matanza, y una caída allí podría incidir en el resultado provincial. Kicillof lideró el despegue, con la disolución de la jefatura de gabinete que propuso a la Legislatura, sin conversarlo con nadie del gobierno nacional.
Cuando desciende de la camioneta de Milei y pone pie en tierra, Carolina Píparo hunde los pies en una realidad que no conoce. Mirá este video, grabado en Florencio Varela. Comienza ante una calle de tierra intransitable, que atribuye al kirchnerismo. “No corten boleta. El 22 de octubre kirchnerismo o Avanza Libertad”, llegó a decir, antes de que los vecinos la desmintieran: la tierra removida era parte de los trabajos que el municipio acababa de comenzar para arreglar esa calle.
Con una regularidad que aburre, Clarín detectó una nueva “rebelión contra Máximo Kirchner”, por parte de “intendentes sindicalistas y dirigentes con peso territorial, quienes pusieron en la mira al líder de La Cámpora. Reclaman desplazarlo de la conducción partidaria y empoderar al gobernador” Kicillof. Pero el texto de la nota no menciona a ningún peso pesado, sino a una agrupación de Vicente López, “de la que formaron parte Agustín Rossi y Santiago Cafiero”, pero que ahora sólo congrega a figuras de tercer orden:
- el ex intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, quien no logró apoyo para disputar la interna;
- el candidato a intendente de Vicente López, Lucas Boyanosky (quien perdió las PASO frente a la heredera de Jorge Macri, Soledad Martínez, por 55% a 20%);
- la senadora massista Sofía Vanelli, co-partícipe de esa derrota en Vicente López;
- el secretario del Ministerio de Vivienda, Gustavo Aguilera, y
- María Eugenia Giroldi, vicepresidenta del PJ de Campana (que perdió en las primarias por 53% a 23% frente a JxC).
La agrupación se llama Mayoría Peronista, en una simpática expresión de deseos. Es posible que se hayan envalentonado, al saber que Kirchner no piensa postular a la reelección como presidente del Justicialismo bonaerense. Además, Boyanosky milita en La Cámpora y no alienta el reemplazo de Kirchner.
A mí no
Según Clarín, Máximo asistió al acto de Ensenada hace dos miércoles pero no le permitieron subir al escenario, así como no pudo imponer a Insaurralde como candidato a vicegobernador. Cerca de la gobernación dicen otra cosa: Wado de Pedro se comunicó con los organizadores para solicitar que en el escenario sólo estuvieran Massa y Axel. Máximo se retiró en cuanto concluyó el acto porque estaba con 39° de fiebre y quería salir rápido. La promoción de Insaurralde a la vicegobernación nunca estuvo en la agenda del kirchnerismo. Máximo tanteó la posibilidad de que quien acompañara a Axel fuera la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, del Movimiento Evita, con la intención de impedir la interna en La Matanza, que fue una sangría para el justicialismo, y que Walter Correa se presentara en Moreno. Pero ese sondeo no llevó a nada y la propia Cristina le confirmó a Verónica Magario que mantendría su vicegobernación en un eventual segundo mandato de Kicillof. El gobernador no participa en esta ofensiva contra Kirchner. En una entrevista con la señal C5N dijo que ni a él ni al jefe del justicialismo bonaerense podría pasarles lo que le ocurrió al ex alcalde de Lomas.
Esta novela es similar a la de 2017, el segundo año de la presidencia de Macrì, por entonces triunfal. El 25 de febrero de ese año, Infoemba no solo escarneció a Máximo Kirchner. También dijo que la unidad del partido pendía de un hilo y puso en boca de un anónimo dirigente del PJ bonaerense que “Cristina perdió el liderazgo el mismo día en que dejó de ser Presidente”. Además, “un amplio grupo de dirigentes e intendentes prefiere que no participe de la nueva etapa del peronismo, aquella que empezó el día que se terminó su gobierno”. En esa visión, “los votos de la sociedad argentina cambiarán la historia del PJ. Y, sobre todo, serán determinantes en el nacimiento de un nuevo liderazgo en el peronismo”. El 16 de mayo, Clarín sostuvo que “veinte intendentes pegaron el faltazo a un acto que encabezó Máximo”. El 21 de mayo agregó que Cristina reprocha a los intendentes del PJ que no entienden que hay que frenar a Macrì.
Si en algo acertaron fue en el carácter ordenador de los votos, pero el vaticinado nuevo liderazgo tuvo el rostro de Cristina, que perdió la elección general por unos pocos puntos con Esteban Bullrich, pero aplastó la opción impulsada por aquellos dirigentes e intendentes, personificada en el irrelevante Florencio Randazzo.
Aun luego de esa tunda, nada menos que el 25 de diciembre de 2017, el portal Letra P citó “fuentes partidarias” para afirmar que “la flamante conducción del PJ bonaerense, presidida por el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, organizaba reuniones de cúpulas para sumar a los dirigentes Florencio Randazzo y Sergio Massa”. Entre ambos no llegaban a la mitad de los votos obtenidos por Cristina: CFK 37,25%; Sergio Massa 11,32%; Floro Randazzo 5,31%.
Fue el acercamiento de Máximo a Insaurralde el que permitió pacificar las disputas entre los intendentes, apoyar la candidatura de Axel en 2019 y, ya como jefe de gabinete, curar las lastimaduras de la elección perdida en 2021. Luego de la bien ganada eyección de Insaurralde, la inquietud es quién se encargará de esa tarea y, sobre todo, de articular con los denominados sin tierra, los dirigentes peronistas que no gobiernan sus distritos, e impedir su diáspora.
El sábado esas fantasías rupturistas se chocaron con la imagen de Massa, Axel, Máximo, El Cuervo Larroque, Verónica Magario y Fernando Espinoza en la camioneta que encabezó la caravana al paso por La Matanza. Antes, Massa y Máximo habían estado juntos en el Bajo Flores, donde hace veinte años hizo un acto célebre Néstor Kirchner.
El peor enemigo
En esta elección tan particular, cada candidato es su propio peor enemigo. Massa está haciendo una campaña impecable, adoptando todas las políticas que el doctor Fernández rechazó porque las proponía Cristina, pero la disparada de los precios y del dólar hacen todo más arduo. Se derriten como el helado al hijo que mencionó Durán Barba. Milei se siente vencedor y trata con sorna a sus rivales, propone políticas extravagantes que, o no podrá aplicar o desencadenarán el caos, y se refiere a la represión de 1976 a 1983 en los mismos términos de los dictadores, como excesos cometidos en el marco de una guerra. Deslenguado, acusó a Bullrich de haber puesto bombas en jardines de infantes, algo que nunca nadie hizo en la Argentina. Ella lo demandará ante la Justicia (se supone que sabe que los tipos penales de calumnias e injurias no se aplican en casos de interés público, como este), pero muestra un alarmante desconocimiento no sólo de la economía, sino también de los temas institucionales y de seguridad, que en teoría serían su fuerte. Cómo será que un relator de partidos de fútbol debió advertirle que escuchar las conversaciones de las personas privadas de la libertad con sus abogados defensores entraría en colisión con la Constitución Nacional y con la Convención Americana de Derechos Humanos. (El artículo 18 de la Constitución, que rige desde 1853, es decir que tuvo tiempo de enterarse, declara “inviolable la defensa en juicio”, así como “la correspondencia epistolar y los papeles privados”. Y el artículo 8.2.d del Pacto de San José, que tiene rango constitucional, garantiza el derecho de “toda persona inculpada de delito” a “comunicarse libre y privadamente con su defensor”.)
Respecto de los crímenes de la dictadura, una novedad inadvertida llegó desde Roma, donde el Papa Francisco está presidiendo el Sínodo de Obispos en el cual pretende avanzar su agenda innovadora. Ante las objeciones de cinco cardenales conservadores, Bergoglio respondió acerca del rol de la mujer en la institución, la unión civil de personas del mismo sexo y el perdón. Este último punto tiene especial interés en el país del pontífice. Según el Papa, el arrepentimiento es necesario para la absolución e implica la intención de no pecar, pero “hay muchas formas de expresar arrepentimiento” y el mero hecho de acercarse a la confesión “es una expresión simbólica” del mismo. Desde la década de 1980 en adelante, Juan Pablo II y el Episcopado argentino negaron el perdón a los criminales del terrorismo de Estado porque el catecismo católico exige para ello que se arrepientan, detesten el error y se comprometan a no repetirlo. El relajamiento de estas condiciones es un paso hacia la impunidad que, por supuesto, no será evitado por los ingenuos proyectos de represión al negacionismo. Nadie en el país se dio por enterado de esta peligrosa innovación del ídolo bergogliano.
El frente internacional, sin embargo, estuvo copado por el nuevo estallido bélico en Medio Oriente. Los ataques de Hamás, que tomaron por sorpresa a la sofisticada inteligencia israelí, fueron condenados de inmediato por Massa, Bullrich, Milei, Macri y Cristina. Pero la Vicepresidenta fue la única que además de repudiar los ataques y solidarizarse con los centenares de víctimas, reiteró que es preciso el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas que insisten en la solución de los dos estados. Precisamente, el ataque de Hamas es respuesta al endurecimiento de las posiciones de Israel, que reivindica el régimen de apartheid denunciado por Amnesty y Human Rights Watch y avanza en acuerdos con el reino saudita, encaminados a encapsular a los palestinos y fortalecer a los colonos que siguen desplazándolos de sus tierras. Así procura controlar a la Corte Suprema para que no ponga límites a esas medidas impulsadas por el sector supremacista del gobierno israelí, sin el que Netanyahu no tendría la necesaria mayoría parlamentaria para sostenerse en el poder. Y también para que no avance en las investigaciones sobre sobornos recibidos por el primer ministro.
El frente judicial
Además de prepararse para el debate, Massa no descuida el frente judicial, donde tiene más contactos y palanca de lo que se menciona, aun luego de la sentida pérdida de Claudio Bonadio. Aun en reserva, ya tiene un candidato para el Ministerio de Justicia: es el académico de Lomas de Zamora Diego Molea, quien con una singular habilidad para la rosca logró formar un bloque de tres miembros en el Consejo del Magistratura, lo cual le da un manejo desproporcionado a su inserción política.
Respecto del acuerdo que el Senado prestó para que la camarista de Casación Ana María Figueroa continuara en su cargo otros cinco años, una vez cumplidos los 75, se especula con la posible posición de la Corte Suprema, que ya había jubilado de oficio a Figueroa. Ante el nuevo acuerdo que le prestó el Senado y el decreto ratificatorio que firmó el Presidente Fernández, se presume que la Corte Suprema eludirá el conflicto de poderes y acatará la decisión. Con una salvedad: aceptaría el voto del Senado que otorgó cinco años más de mandato a Figueroa, pero convalidaría lo actuado por la Cámara Federal de Casación Penal en su mes en el limbo, que revocó los sobreseimientos a CFK en los expedientes del Memorándum con Irán y Hotesur-Los Sauces, de los Tribunales Orales Federales 5 y 8. En definitiva, lo que importaba era que los jueces de la lista bordó Daniel Petrone y Diego Barroetaveña aprovecharan la ausencia de Figueroa para reabrir esos expedientes contra la Vicepresidenta, sin una molesta disidencia que los expusiera por la endeblez de sus argumentos. También apartaron para cuando se realicen los respectivos juicios a los titulares de ambos TOFs, Daniel Obligado, José Antonio Michilini, Gabriela López Iñiguez y Adrián Grünberg. Resta por ver a quiénes designarán a dedo para ejecutar la condena a Cristina, luego de años de juicio innecesario. La ausencia de Figueroa es uno de los fundamentos de la apelación presentada por el defensor de Cristina, Alberto Beraldi.
Cada uno es cada cual
La prensa opositora martilla sobre la situación económica, no sólo acerca de los índices de precios al consumidor, que mes tras mes superan récords negativos de décadas. Su abominación principal es el kirchnerismo y, dentro del kirchnerismo, Cristina. Pero incluso objetan la gestión de Juan D. Perón. Tanto Macrì como Milei la han emprendido también contra Hipólito Yrigoyen, y el economista que Milei eligió para el Banco Central, Emilio Ocampo, cuestionó hasta a José de San Martín. Nos vamos acercando al descubrimiento de América. Para entender cómo les fue a la economía y a la sociedad en cada momento es útil desagregar liderazgos y periodos. Ese es el trabajo que emprendió Manuel Máximo Cruz, asesor en política pública, estrategia y desarrollo económico del Ministerio de Desarrollo Productivo. Graduado en la Universidad Nacional de La Plata y con un master en Corea del Sur, Cruz cotejó el crecimiento del Producto Interno per cápita de cada gobierno de las cuatro décadas post-dictatoriales. En cada caso, se toma 100 como el valor base al comenzar cada gobierno. Los resultados son contundentes. Los gobiernos kirchneristas arrojaron un crecimiento señalado, seguido a buena distancia por el de Carlos Saúl Menem. El actual, de Alberto Fernández, se mantiene apenas por encima del punto inicial, y los de Raúl Alfonsín, Fernando De la Rúa y Maurizio Macrì se desploman.
En el lapso 1983-2022, el producto creció el 24,27% durante las gestiones del peronismo y cayó 7,78% durante la coalición PRO-UCR y 10,48% bajo la alianza UCR-Frepaso.