Víctor Hugo tiene libro

En el editorial de este miércoles, Roberto Caballero dedicó su columna a Víctor Hugo Morales a partir de la publicación de Un ciudadano común en dictadura, editado por Sudamericana. Desde el inicio, destacó la figura del periodista como un maestro para varias generaciones y subrayó el valor político y testimonial del libro, que reconstruyó —a partir de documentos inéditos— el seguimiento y la persecución que sufrió durante la dictadura uruguaya. En ese marco, Caballero remarcó que la obra funcionó como una respuesta directa a años de campañas de difamación y señaló: “Es muy necesario, porque con este libro quedan expuestas las falacias que intentaron instalar”.

Más adelante, el editorialista recordó que los ataques contra Víctor Hugo se intensificaron cuando decidió enfrentar al Grupo Clarín, apoyar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y acompañar los procesos democráticos impulsados por los gobiernos kirchneristas. En ese contexto, Caballero evocó el hostigamiento judicial, los decomisos y el intento sistemático de quebrarlo, pero subrayó que Morales nunca retrocedió. “Cuando decidió enfrentarse a Magnetto sabía las consecuencias y nunca paró”, afirmó, y agregó que esa terquedad noble fortaleció aún más su denuncia permanente contra los monopolios mediáticos.

En el mismo tono, Caballero puso en valor la trayectoria humana y política de Víctor Hugo, a quien definió como un periodista profundamente solidario con todas las causas justas. Destacó su compromiso con los derechos humanos, su cercanía con las Madres de Plaza de Mayo y su apoyo constante a trabajadores, proyectos culturales y medios independientes. “Es un tipo noble, de los que si la causa es justa va a estar”, sostuvo, y recordó también el respaldo que Morales brindó a experiencias editoriales autogestivas cuando el silencio del poder económico era casi total.

Finalmente, el editorial cerró con una reflexión más amplia sobre el presente político y comunicacional, enlazando el contenido del libro con la actualidad. Caballero advirtió que muchos de los mecanismos de control, persecución y disciplinamiento descriptos en la obra seguían vigentes bajo nuevas formas y alertó sobre el clima autoritario que se respiraba en la Argentina. En ese marco, señaló que Un ciudadano común en dictadura no solo defendió el honor de Víctor Hugo Morales, sino que se convirtió en un alegato imprescindible en tiempos de crueldad, ingratitud y ofensiva contra la democracia, el periodismo y la memoria histórica.