“Si somos indiferentes frente a la justicia social estamos en el infierno”

El dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois, dialogó con Felicitas Bonavitta y su equipo en «Bonavitta en 530» (AM 530 – Somos Radio) y habló sobre el impacto que tuvo el Papa Francisco en su vida y en la militancia social.

«A mí me cambió la vida», afirmó Grabois, al referirse a su vínculo con Jorge Bergoglio, quien en 2005 era arzobispo de Buenos Aires. Según relató, su primer contacto con él se dio a partir de una misa que el entonces cardenal ofició en la Catedral Metropolitana, en apoyo a un reclamo judicial que impulsaban por las guarderías para los hijos de los cartoneros. «Él se habrá conmovido por eso y dio una misa en la catedral. Fue la primera vez que lo escuché, con un poco de desconfianza te diré», reconoció el dirigente.

Con el tiempo, la relación entre ambos evolucionó y se consolidó en un vínculo de amistad y cooperación entre los movimientos populares y la Iglesia «pobre para los pobres», tal como la concibe Francisco. «Muchos católicos, por ahí conservadores en algún punto, con el Papa Francisco recordaron la centralidad que tiene la justicia social en el mensaje de Jesús, en el Evangelio», sostuvo Grabois.

Grabois también hizo referencia a una convocatoria en la Ciudad de Buenos Aires en la que la Catedral Metropolitana volverá a ser un espacio de encuentro y reflexión. «Las puertas de la Catedral van a estar abiertas para los que queramos, después de la juntada que empieza a las 20 horas en Avenida de Mayo y 9 de Julio. La idea es caminar con velas, linternas o lo que pueda llevar cada uno para transmitir luz y buena onda hasta Plaza de Mayo, donde llegaremos alrededor de las 21. A las 21:45, las puertas de la Catedral estarán abiertas para los que quieran hacer una oración dentro de ese lugar, que fue desde donde él (Francisco) dijo muchas verdades incómodas», explicó el dirigente.

En ese sentido, enfatizó que la preocupación por los sectores vulnerables no es opcional dentro de la doctrina cristiana, sino una obligación. «No es ni siquiera una opción preferencial, es el corazón del Evangelio, es un mandamiento. Si no nos preocupamos por los que tienen hambre, por los que tienen sed, por los que están presos, por los que están enfermos, por los migrantes y por todas las categorías de sectores castigados por sistemas injustos, si somos indiferentes frente a eso, estamos en el infierno. Eso nos recordó radicalmente el Papa Francisco», concluyó Grabois.