«Si Bondarenko y sus amigos quieren hacer política tienen que correrse de la policía»
- Caballero de Día
- 31 de julio de 2025
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Javier Alonso, ministro de Seguridad bonaerense, dialogó con Marcos Cittadini y equipo de Caballero de Día (AM 530, Somos Radio, lunes a viernes de 8 a 10hs), a partir del escándalo que se desató tras una investigación judicial que terminó con la desafectación de 24 policías apartados de la bonaerense por hacer proselitismo para el candidato libertario Bondarenko. «Si Bondarenko y sus amigos quieren hacer política tienen que correrse de la policía», sentenció Alonso.
El funcionario detalló que el caso se inició a partir de auditorías preventivas de Asuntos Internos, donde se halló material comprometedor en las computadoras oficiales de dependencias de la policía ecológica. Según Alonso, los 24 agentes —entre ellos un comisario mayor y varios oficiales de alto rango— operaban como una célula partidaria de La Libertad Avanza dentro de la fuerza. «Funcionaban como una consultora política conducida por un ex policía y actual candidato, que les daba órdenes y les pedía proyectos para una campaña electoral», explicó.
Alonso remarcó que la Ley Orgánica de la Policía prohíbe expresamente la actividad política partidaria dentro de la fuerza, y que la conducta detectada constituye una grave violación de la cadena de mando. Además, reveló que a medida que el caso se hizo público, comenzaron a llegar nuevas denuncias, tanto de policías activos como de ciudadanos que aseguraron haber sufrido pedidos de coimas por parte de miembros de la policía ecológica. “Hablan incluso de una propuesta de financiamiento de campaña y de avanzar con purgas internas para quedarse con el control de la conducción”, denunció.
El ministro también advirtió sobre un fenómeno aún más peligroso: la continuidad del mando por parte de ex policías sobre personal en actividad. “Eso es lo que pasó en los ‘90 con los Sinorra: policías retirados que seguían dando órdenes. Ahí se crea una pirámide paralela que no corresponde”, alertó. Para Alonso, lo que se descubrió no fue un simple asado político, sino un intento deliberado de desestabilizar a la fuerza y socavar la autoridad legítima que emana del voto popular: “La conducción de la policía la ejerce el gobernador, que fue elegido por el pueblo, y luego el ministro y el jefe de la fuerza. No se puede tolerar ninguna estructura paralela”.