Prescindente – Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna
- ALERTA!El COHETE A LA LUNANoticias
- 20 de octubre de 2024
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A tres años de las elecciones generales, el gobernador de Buenos Aires Axel Kicillof lanzó su candidatura presidencial en un acto con más de 20.000 asistentes en Berisso, que llegaron en una multitud de micros de color naranja. La ceremonia se celebró a 300 metros del denominado kilómetro cero del peronismo, desde dónde partieron las columnas hacia la Plaza de Mayo para rescatar al detenido coronel Juan D. Perón. El bastonero fue el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi, y Kicillof asintió a su propuesta de hacerse cargo del país.
La lealtad es con el pueblo, resignificaban los prolijos carteles preparados por los organizadores. La lealtad en el devocionario peronista era del pueblo al conductor, que el Líder ratificaba cada 17 de octubre. La inversa se daba por sentada y era superfluo formularla. Cada 18 de octubre era San Perón.
El panteón de los bronces
Ese desplazamiento conceptual fue una toma de distancia de Axel respecto de Cristina. Otra, en el final de su discurso, que traía escrito para no cometer errores:
- Dijo que nunca lo verían buscando divisiones, como quiere la derecha.
- Los días más felices fueron con Cristina, pero no obstante
- Sería prescindente en la interna por la conducción del partido Justicialista, ya que su esfuerzo estaba dedicado a confrontar con el gobierno de los Hermanos Milei y a construir el futuro.
Kicillof invitó a los asistentes a cantar. Cuando se escuchó “Axel Presidente”, aclaró: “No, no, la que quería es La Patria no se vende”.
Así como Kicillof relegó a la ex Presidenta al panteón de los bronces, la Vicepresidenta Victoria Villarruel hizo otro tanto con Isabel Martínez, a quien tomó cariñosamente de las manos en Madrid, durante el mismo periplo que la llevó al Vaticano. De regreso, descubrió el busto de la viuda de Perón en el Senado junto con Claudia Rucci y demostró que sus citas históricas son tan imaginativas como las de Milei. La mencionó como “la primera Presidente mujer del mundo [¿e Indira Ghandi?] y de la Argentina constitucionalmente elegida. Vicepresidente como yo y argentina bien nacida. En un día como hoy, en donde se habla de lealtad, quiero reivindicar su figura”.
Agregó que de ese modo “se termina la proscripción de Isabel Perón, impuesta por quienes la dejaron a merced del terrorismo y que son los mismos que ahora dirigen el partido político que lleva su mismo apellido y que ha corroído las bases estructurales de nuestra gran nación, desoyendo las ideas que alimentaron la doctrina justicialista”. Lleva implícito que ella sí comparte esa doctrina, lo cual es toda una novedad e, igual que Axel, implica un apresurado lanzamiento político y confirma la irónica definición del fundador: “Peronistas somos todos”. La diferencia es que Isabel tiene 93 años, vive en Madrid, habla como española y rara vez mantiene contacto con alguien en la Argentina. Villarruel también exhortó a la unidad, porque “no es posible ni siquiera soñar un gran proyecto de nación donde reina el odio y el enfrentamiento”.
La intermediación eclesiástica
Fuentes confiables sostienen que la visita de Villarruel a Isabel fue combinada a través del lefevbrismo, la logia religiosa católica en cuya capilla San Pío X comulga la actual Vicepresidenta. Expulsados por Juan Pablo II fueron readmitidos por Benito XVI.
La proximidad de Claudia Rucci, a cargo de derechos humanos del Senado, ayuda a entender por qué Villarruel no mencionó al ERP-PRT cuando anunció que reabrirá todas las causas contra Montoneros (un exceso de optimismo ya que eso depende de los jueces, que se han pronunciado reiteradamente en contra). En la organización marxista militó la pareja de Rucci, Gustavo Salischiker, quien fue detenido en febrero de 1976 y recién en 1982 obtuvo la libertad vigilada, luego de una gestión de su madre ante el papa Juan Pablo II. Tienen un hijo, Thiago Salischiker Rucci, de 19 años, que es una de las promesas futbolísticas en las inferiores de Huracán.
Para el gobierno de los Hermanos Milei la colocación del busto de Isabelita, allí donde estaba el de Néstor Kirchner, no irroga ningún perjuicio. Más le preocupa la larga hora plena de cordialidad que le dedicó a la Vicepresidenta el actual Papa Francisco, un maestro de peronismo.
El agente 0,8% Moreno
Villarruel ya tiene un instructor en la materia: el agente 0,8% Moreno, de muy habitual relación con el papa Bergoglio. La agrupación Principios y Varones, creada por el ex Secretario de Comercio honró la fecha con una gresca a patadas y puñetazos entre sus seguidores. La apelación a la unidad resultó problemática, entre los principios y los varones.
Moreno se declara alarmado por la violencia pero propicia sin eufemismos el desplazamiento de los Hermanos Milei del poder (por métodos constitucionales, agrega) y considera a Villarruel más peronista que Kicillof. De allí surge la ironía de que el gobernador de Buenos Aires conoce mejor Octubre del 17 que el 17 de Octubre. Según el Agente 0,8%, de no producirse el alejamiento de los Hermanos Milei volverán los atentados con bombas contra sedes partidarias y el derramamiento de sangre. Esa tontería instigadora gana espacio en la señal de noticias por cable del grupo Indalo, donde el Agente 0,8% es un panelista infaltable.
El cuarto acto conmemorativo de la fecha lo realizó en la Federación Argentina del Box el justicialismo de la Capital Federal, donde los oradores fueron el senador Mariano Recalde y el dirigente de la CGT y empresario de medios Víctor Santa María, quienes apoyaron la candidatura de CFK.
Cuatro actos separados son un festín para los Hermanos Milei, que así avizoran la posibilidad de imponerse en la provincia de Buenos Aires en los próximos comicios.
Dolor y desconcierto
Desde el kirchnerismo se expresó dolor y desconcierto ante la prescindencia declarada por Kicillof. En ese sentido se pronunciaron Mayra Mendoza, Anabel Fernández Sagasti y Oscar Parrilli, cuya proximidad con Cristina es ostensible. También el ex presidente del bloque de diputados, ministro de Defensa y Jefe de Gabinete, Agustín Rossi. Pero el viernes, en la sede del sindicato de los trabajadores en las automotrices (SMATA), la propia Cristina tomó la palabra, y no se guardó nada:
- Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más.
- Ningún dirigente es víctima. La única víctima en este país es la gente.
- Nadie que tenga responsabilidad de gestión puede estar al frente del partido porque el peronismo no puede terminar siendo rehén del gobierno nacional.
- ¿Cómo podés gobernar una provincia y pretender estar en Buenos Aires al frente del PJ en este momento? Es totalmente imposible y demuestra un alto grado de irresponsabilidad.
- El que tiene que hablar con Quintela es Axel, que es el que lo apoya. Son sus ministros los que están buscando avales para él.
- No estamos eligiendo entre San Martín y Belgrano. Me hace ruido y me provoca dolor que haya gente que no se defina.
- ¿Alguien se imagina a un ministro de Néstor Kirchner juntando avales para Chiche Duhalde en 2005 o un ministro mío juntando avales para De Narváez en 2009? ¿Qué estás haciendo, hermano? Hacete cargo.
- Debemos construir y armar un espacio más amplio que el peronismo para articular con otros sectores. Debemos romper el cascarón. No mirar para adentro. Hay que salir a buscar a los jóvenes.
La historia de la relación entre la ex Presidenta y el gobernador explica esta respuesta. La primera postulación de Kicillof como posible candidato a la presidencia no provino de ninguno de quienes lo acompañaron esta semana en el palco y sucedió en una fecha tan remota como 2012, cuando Cristina lo envió a exponer en el Senado por qué era imprescindible la expropiación de YPF. Lo narré así en Página/12: “Su impacto fue tan grande que hizo incurrir a un servicial veterano como Roberto García en el exceso de postularlo como eventual sucesor de Cristina”.
En El Cohete conté que en 2015 Cristina había pensado en su ya ministro de Economía como alternativa presidencial a Daniel Scioli, “pero por entonces el nivel de conocimiento de Kicillof era bajo y ninguna proyección le daba más del 7%. El elegido para eludir a Scioli fue otro ministro, el de Transporte, Florencio Randazzo, quien tampoco remontó vuelo pese a la generosa billetera para el reequipamiento ferroviario que le entregó el gobierno”. Ante el ataque de nervios de Randazzo cuando supo que la fórmula oficialista para 2019 la encabezaría Scioli, impuesto por intendentes y gobernadores, Cristina le sugirió “que seleccionara a Axel como Vice y se presentara a las PASO contra Scioli-Zannini”, pero Randazzo se negó. Quería el dedo. En 2019, los camporistas preferían la inscripción de Kicillof en la Ciudad Autónoma, que ha sido un distrito reacio al kirchnerismo. Pese a ello, CFK patrocinó la fórmula Kicillof-Magario. Una vez más se desmiente la fantasía de que Máximo maneja a Cristina.
Axel y el Gitano
En 2023, cuando Cristina anunció que al estar proscripta por la Justicia no sería candidata para no perjudicar a su propia fuerza, el gobernador riojano Ricardo Quintela dijo que debía ser un joven. Entonces postuló a Wado de Pedro, quien contaba con el beneplácito de la entonces Vicepresidenta. La resistencia de varios gobernadores y el impulso a la dupla Daniel Scioli-Derrota Dolosa, que impulsó el Doctor Fernández desde su exilio en Olivos, modificó el panorama, y el candidato fue Sergio Tomás Massa, quien al mismo tiempo asumió el Ministerio de Economía. Una vez electo Milei y lanzada su dura ofensiva contra los gobernadores, Quintela dirigió su preferencia hacia Kicillof. En la primera semana de agosto, el gobernador de Buenos Aires visitó La Rioja, para la ceremonia por la reforma de la Constitución conseguida por El Gitano.
Allí se concretó el acuerdo entre ambos: Kicillof apoyaba a Quintela para presidir el partido, y el riojano a Kicillof para la presidencia. Quintela comenzó a recorrer el país, en busca de apoyos para su postulación. Como candidato único, su designación podía reducirse al mero trámite de proclamar que asumía la conducción del partido que, luego de la renuncia del Doctor Fernández quedó a cargo de Cristina Álvarez Rodríguez como vicepresidenta 1ª y de Kicillof como vicepresidente 2°. CFK no simpatizaba con esa hipótesis y promovió que se presentara la ex gobernadora de Catamarca Lucía Corpacci, quien se rehusó. Cuando la ex Presidenta repasaba otros nombres posibles, entre ellos algunos ex gobernadores, el de Formosa, Gildo Insfrán, le planteó que sólo ella podría enderezar el partido, que se había torcido, con la blandura de algunos gobernadores y varios legisladores, sensibles a los requerimientos del gobierno de los Hermanos Milei.
Su anuncio, luego de una visita a La Matanza, donde recorrió los barrios más castigados en compañía de un cura católico, produjo un gran desconcierto tanto en La Rioja como en Buenos Aires. Quintela tardó varios días en reaccionar. Habló con Kicillof, quien le pidió que no bajara su candidatura y puso a su servicio el aparato de la provincia de Buenos Aires para la búsqueda de avales. Lo hizo a la luz del día el Ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, con una convocatoria pública a firmar los avales que necesitaba el riojano. Recién entonces Quintela respondió el llamado de Cristina, y le anunció a su secretario que varios días después volvería a llamar para que decidieran cuándo reunirse. La ex Presidenta dudó en recibirlo o limitarse a hablar por teléfono.
La semana pasada contamos que Quintela había bautizado su lista Federalismo y Justicia, dos estiletes contra Cristina. Axel tomó nota de esa brutalidad y cuestionó en Berisso la condena e inhabilitación de Cristina, ya anunciada para el 13 de noviembre, seis días antes de la elección partidaria. Receptivo a las sugerencias, Quintela cambió su denominación por Federales, un grito de corazón. Pero aun así insistió: “Kicillof es uno de los pocos que no está manchado por corrupción. Tenemos que cuidarlo”.
La reunión del miércoles con el gobernador bonaerense fue tortuosa. Kicillof planteó que no quería ir al Instituto Patria. Ya había un antecedente. Hace tres meses, mientras él tenía su anterior encuentro con Cristina, en otro piso del edificio que hasta 1990 fue sede del Círculo de la Prensa y donde fue velado Roberto Arlt, había un encuentro de jóvenes. Enterados de su presencia, lo invitaron a sacarse una foto juntos. “En el Instituto Patria mejor no”, se escabulló.
Para complacerlo, la reunión de esta semana se pactó en el domicilio de Cristina, pero debió mudarse de urgencia cuando apareció en el lugar un enviado de Clarín. Durante el extenso diálogo que sucedió, Cristina pudo entender que la victimización que actúa el gobernador responde a un convencimiento profundo, lo cual torna muy difícil el diálogo. Axel se siente perseguido y hostigado, pero no puede dar ejemplos concretos que lo demuestren, más allá de pavadas como la canción que se entonó hace un mes en el acto de La Cámpora en el Club Atenas de La Plata: “Si querés otra canción, vení te presto la mía”. Era una respuesta directa al discurso en el que Kicillof dijo que se precisaba una nueva canción, a lo que Quintela agregó: una nueva tonada.
Luego de escuchar el discurso del gobernador en Berisso, donde repitió tres veces Unidad como única respuesta a la situación, la ex Presidenta entendió que se habían estrechado los espacios para un entendimiento. El jueves a última hora se reunió con los apoderados de su lista Primero la Patria y avanzó en la confección de quienes serán los consejeros.
En las cinco vicepresidencias ubicó a los jefes de bloques en ambas cámaras, José Mayans y Germán Martínez, e intercalada entre ambos la ex gobernadora catamarqueña Corpacci; el secretario general de los trabajadores mecánicos, Ricardo Pignanelli y la intendenta de Moreno, Mariel Fernández. También puso en duda qué sentido tendría reunirse con Quintela, quien dilató el encuentro más de una semana, a la espera del acto de Berisso. Al cierre de esta edición seguía conformándose la lista. La integrarán entre otros el sindicalista metalúrgico Abel Furlan, que junto con los mecánicos de Pignanelli representan el núcleo central de la industria, castigada por la política oficial; una dirigente gremial de CTERA; los ex gobernadores Felipe Solá, de Buenos Aires, y Sergio Uñac y José Luis Gioja, de San Juan; la apoderada Teresa García; el tucumano Pablo Yedlin; el intendente fueguino Walter Vuoto; el intendente y la senadora por Bahía Blanca, Federico Susbielles y Silvina García Larraburu; Agustina Propato, cuyo principal defecto no figura en la nómina; el porteño Víctor Santa María, el intendente de Malvinas Argentinas Leo Nardini, y la diputada camporista Paula Pennaca, entre otros.
En la mañana del viernes, participó de un encuentro en la sede de SMATA en la Avenida Belgrano de la Capítal, donde terminó de sincerar su respuesta a los planteos de Kicillof.
La marcha sin querellas
La promesa o el reclamo de unidad que se repite en todas las fracciones en que está repartido el peronismo obedecen tanto a la experiencia previa como a los sondeos que se realizan en la provincia de Buenos Aires y en el resto del país. Cuando han logrado una fórmula única, han prevalecido sobre las distintas fuerzas signadas por el antiperonismo. En cambio, sus derrotas han coincidido con la dispersión de su oferta electoral. Massa y Randazzo son los nombres asociados con las derrotas de 2013, 2015 y 2017 que, de todos modos, ratificaron la primacía de la ex Presidenta dentro del peronismo. De allí la frase del doctor Fernández (con ella no alcanza, sin ella no se puede), Algo similar ocurre del otro lado de la contienda, si bien no con la misma regularidad.
La victoria de Kicillof en 2023 en Buenos Aires se produjo ante la porfía entre procaces, radicales y libertarios por la representación del antiperonismo. Todos los esfuerzos de los Hermanos Milei están puestos en soldar esa fractura, para las legislativas del año próximo y las presidenciales de 2027. Eso explica que el gobierno vaya satisfaciendo aun a cuentagotas, los reclamos que Maurizio Macrì le presentó al Poder Ejecutivo, como el arribo a la secretaría de energía de María Tettamanti en lugar de Eduardo Rodríguez Chirilo. Tettamanti fue durante dos décadas colaboradora de Patricia Bullrich. Los ex adoradores de los calcetines de Macrì, que ahora observan con ternura los de Milei, afirman que se trata de “negocios”, que no especifican.
En la misma semana un estudio sociológico sobre el electorado bonaerense arrojó que Unión por la Patria volvería a imponerse, sólo si persistiera la división entre procaces y libertarios.
Ahí hay un debate pendiente, que se irá resolviendo en los próximos meses. Una opción es el acuerdo partidario negociado, la otra es la parasitación del PRO por parte de los libertarios, que desde su último cambio de piel propugna Patio Bullrich. Afirman que en este momento el electorado procaz no pasa del 5%. Si por esa apetencia de totalidad fueran en fórmulas separadas, el peronismo podría retener la provincia. En caso contrario, asomaría la posibilidad de su derrota, con las consecuencias que eso tendría para la proyección futura de esa fuerza, que está pensando en el abrigo de 2027 antes de cazar el oso de 2025. Ese es el contexto en el que debe analizarse la confrontación abierta entre Cristina y Kicillof y torna aún más difícil de comprender la estrategia del gobernador, si es que tiene alguna, más allá de sus impulsos reactivos al sentirse perseguido. Su chilena invocación: “Viva Perón, Carajo” causó extrañeza en más de un sentido.
¿Varias listas?
Jorge Ferraresi acaba de afirmar que podría haber dos listas en la elección general. Serían tres, replicó de inmediato el Frente Renovador de Sergio Tomás Massa. Si no hay un acuerdo, nosotros iremos con lista propia, dijeron.
Una alternativa que se ha venido analizando en los últimos días es la postergación de los comicios partidarios, que requieren de un esfuerzo logístico importante y no menos de 500 millones de pesos. Esa propuesta surge de La Plata y no es tenida en cuenta en el Instituto Patria. Anoche, Kicillof dijo que le parecen inoportunas.
Las elecciones fueron convocadas por la actual conducción, en manos de Kicillof. Luego de la renuncia del Doctor Fernández, quedó a cargo de la presidencia Cristina Álvarez Rodríguez, secundada por el propio gobernador bonaerense. Durante meses avaló la candidatura de Quintela. “Recién cuando Cristina anuncia su decisión de participar, descubren que no están en condiciones de realizarlas”, dicen los patriotas. Uno de los párrafos menos convincentes de la declaración de anoche del gobernador es que hay dos listas “por razones que me son ajenas”.
Por si alguien tenía dudas Quintela aportó algunas reflexiones de notable claridad, demostrativas de que lo que está en juego no es la lapicera sino el destino del peronismo y de la Argentina. Entrevistado por el periodista Juan Amorín, el riojano dijo que “no hay diferencias desde lo conceptual con la lista de Cristina, pero hay etapas que se cumplieron y la gente quiere dar vuelta la página en el peronismo”. ¿En qué consistiría dar vuelta la página? “Tenemos que volver a traer a Schiaretti, Randazzo, Camaño, Urtubey, Rovira y Pichetto”, respondió. ¿No estará leyendo un libro en hebreo?
Otra dimensión a tener en cuenta es la profundidad de los liderazgos en pugna. El periodismo que no soporta a Cristina se exaltó por la cantidad de intendentes y dirigentes sindicales que treparon al palco de Kicillof. Pero esto no significa que el electorado que representan vaya a pronunciarse contra Cristina. Incluso muchos que figuraron apoyarán a CFK y ni siquiera faltaron los que fueron para curiosear. La vicegobernadora Verónica Magario saltó y cantó al lado de Kicillof, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, los acompañó un paso más atrás. Pero ayer ambos le hicieron saber a Cristina que si hay elecciones, puede contar con ellos. ¿Esa será la excepción o la regla?
En ese sentido es significativa la experiencia del Movimiento Evita. Su jefatura, Emilio Pérsico y el hoy desterrado Fernando Navarro, detestaba a Cristina y lo expresaba hasta en forma soez en una sobremesa. Pero las bases de la organización aman a la ex Presidenta, lo cual condiciona a esa dirigencia. Eso fue evidente en el acto en Plaza de Mayo, en noviembre de 2021, al que asistieron Lula y Pepe Mujica. Los eviteros apoyaban la desatinada propuesta del Doctor Fernández, quien celebró la derrota como si fuera una victoria y anunció por sí y ante sí que todos los cargos electivos se dirimirían en una interna. Pero quienes integraban las columnas que llegaron con ellos se desvivían por acercarse a Cristina.
Quintela es consciente de sus limitaciones y ha llegado a decir que es un cuatro de copas comparado con Cristina. Axel, en cambio, no se cambia ni por el as de bastos. El sábado al caer el sol difundió una declaración en la que reiteró parte de los conceptos de Berisso, pero no pudo eludir la confrontación con Cristina.
“Quintela no es mi candidato, es un gobernador y un dirigente que viene enfrentando, con un coraje que no abunda, las políticas de Milei desde una provincia alejada de los medios y las redes porteñas. Es un error pensar que se trata de un dirigente al que yo ‘subo o bajo’, pero sobre todo es un gran error atacarlo. La lógica del sometido o traidor es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados”. Acudió así al léxico de Ferraresi, en cuyos planteos hasta entonces decía no tener arte ni parte. A ninguno de ellos se les ocurre que la contradicción lógica de la traición no es el sometimiento sino la lealtad. Tampoco dan cuenta de la propuesta de Quintela de abrir la puerta a quienes se han alineado contra Cristina y el peronismo, como Pichetto y el cordobesismo, cuyos votos le dieron la presidencia a Macrì y a Milei. “Cristina está en el corazón del pueblo, también en el mío y no tengo que rendir examen de ese sentimiento”, dijo Kicillof. Pero parece que sí.
La afirmación de Kicillof de que se debe construir un escudo protector contra la agresión del gobierno es una posición defensiva, contrapuesta a la de Cristina en SMATA de retomar la ofensiva. Kicillof haría mejor en atender lo que se está construyendo en torno de Schiaretti, que podría birlarle la posición a la que aspira con una eternidad de anticipación. En tres años pasan en la Argentina más cosas que en Suiza en medio siglo.
El gobernador añade que no quiere estimular peleas entre compañeros ni convalidar “el equivocado mecanismo de que cualquier diferencia o crítica desate el disciplinamiento”. La autoridad que Cristina aplicó en 2019 para imponer su candidatura, que era muy resistida, ¿no fue disciplinamiento? En una alusión transparente a La Cámpora, afirmó que “sectores de nuestra fuerza política, con quienes a veces tengo diferencias pero también un recorrido común, afecto y coincidencias, han decidido criticarme mucho y acompañarme poco. Sinceramente, me cuesta entenderlo pero no tuve ni tengo la necesidad de agredir a nadie para expresar el reclamo de un mayor respaldo al gobierno provincial. Sobre quienes forman parte del gabinete, estoy orgulloso del trabajo que vienen haciendo y que deseo que sigan realizando”. Curiosa explicación, los cuatro ministros que lo enorgullecen responden al único que lo ha criticado. A lo largo de su gobierno, los legisladores camporistas votaron todas las leyes pedidas por Kicillof, sin excepciones.
¿Qué será de ti, lejos de casa, Axel?