Horacio Verbitsky: Alivio o pesadilla – El Cohete a la Luna
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- 19 de noviembre de 2023
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Aunque las boletas digan Unión por la Patria y La Libertad Avanza, hoy 35,4 millones de electores deciden entre El Alivio y La Pesadilla. El nuevo Presidente debe asumir el 10 de diciembre, cuando se cumplan cuatro décadas de vigencia de la forma republicana, representativa federal de gobierno sancionada en la Constitución. Es decir que votarán dos generaciones de hombres y mujeres (desde los 16 hasta los 40 años), que no habían nacido cuando Benito Bignone se retiró abucheado de la Casa de Gobierno después de entregarle los atributos del mando a Raúl Alfonsín. Javier Milei tenía entonces 13 años; Sergio Tomás Massa, 11. Demográfica y generacionalmente comienza un nuevo periodo con características propias, que se desarrollaron sin ser advertidas y se hicieron ostensibles con la aparición de Milei.
La sorpresa
Lo único seguro es que el resultado será una sorpresa, cualquiera sea el vencedor. Este desconcierto se refleja en las encuestas previas, que cubren un arco de posibilidades de una amplitud sin precedentes. Una ley absurda impide entrar en detalles. Pero la mayoría de los sondeos estiman diferencias que oscilan entre pocas décimas hasta tres puntos, en favor de uno u otro de los postulantes. Cuando el escrutinio haya concluido podrá apreciarse si alguno de los arúspices vivía en la Argentina y cuántos en Narnia. Entre docenas de sondeos siempre hay alguno que coincide con el dato real, pero su identidad varía de elección en elección, lo cual sugiere que se debió al azar.
Esto se debe a varios factores, desde la reticencia generalizada a responder a cuestionarios sobre preferencias políticas, hasta la inestabilidad de las propias posiciones. No se trata sólo de quienes se confiesan indecisos, que son muchos; también alcanza a aquellos que tienen decidido un voto pero que podrían cambiarlo, lo que se conoce como el voto blando. Esto se acentúa en un balotaje, entre dos fórmulas que sumadas no pasaron del 66,5% en la elección del mes pasado, cuando en ocasiones anteriores los dos primeros rondaban el 90% de los sufragios. No es un descubrimiento entender que esto a su vez refleja la falta de entusiasmo del cuerpo electoral o, por decirlo más claro, de la sociedad. Ni siquiera es desdeñable el número de quienes dicen que recién se decidirán en el cuarto oscuro.
En circunstancias normales, ninguno de los contendientes de hoy hubiera llegado a la instancia decisiva. Massa, por la dura situación económica, con un índice de inflación anualizado que se aproxima al 150% y una distribución regresiva del ingreso; Milei, por la radicalidad de propuestas que no se han probado en ninguna sociedad compleja del mundo y por su temperamento que lo hace explotar a gritos e insultos contra quien lo contradice. Esa fue una de las razones por las que el Banco Central no le renovó la pasantía, a sus 22 años. La otra, su incompetencia en el manejo del inglés. Massa ha tenido cierto éxito en colocar la discusión en el futuro y no en el pasado, para generar esperanza. Tuvo el tacto de no vanagloriarse por el descenso del Índice de Precios al Consumidor, que con un 8,3% sigue siendo altísimo. Milei y los cambiemitas que se aferran a sus patillas están indignados e intentan responsabilizarlo por las políticas seguidas por el gobierno del Doctor Fernández.
¿Ignorancia o intencionalidad?
Cuando Milei anuncia medidas contrarias a la Constitución, a las Convenciones con rango constitucional y a la ley, no está claro si lo hace por desconocimiento o por una decisión meditada de avanzar con la motosierra sobre el pacto democrático codificado en tales textos rectores. Dentro de la confusión general, quien se lo recordó fue el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, quien una vez más se salió de su rol para intervenir en el debate político. Que el ex intendente de Santa Fe se pronuncie en forma tan abierta en contra de uno de los candidatos, al que acusó lisa y llanamente de no haber leído la Constitución, señala el éxito de Massa al proponer un reagrupamiento de fuerzas, con eje en el peronismo tradicional del que forma parte Rosatti. Tal vez esto alcance para vencer en la elección. Después habrá que ver si es suficiente para gobernar. En 2019, cuando Cristina le propuso la candidatura presidencial, la primera reacción el Doctor Fernández fue negativa:
—Vos podés ganarle a Macrì— le dijo.
—Sí, pero después no me dejarían gobernar— respondió CFK .
De ahí la insistencia del ahora ministro candidato por un gobierno de unidad nacional, sobre cuya composición no se sabrá nada específico hasta que Massa no sea proclamado como Presidente electo. Este sigilo fue una condición de los invitados a integrarlo, que no darán ningún paso antes de que Macrì no sea un indiscutido perdedor. Ni siquiera su primo Jorge lo siguió en su apoyo a Milei.
La difusión del acto del jueves en Córdoba, donde Patio Bullrich acompañó a Milei, demuestra que el candidato miente a sabiendas: difundió la foto de una multitud que no correspondía a su cierre de campaña sino a la marcha del orgullo LGTB+, cosa que se aprecia al cotejar los respectivos palcos. Fue el derrotado precandidato a Vicepresidente de Juntos por el Cambio, Gerardo Morales, quien recordó la reciente opinión de Bullrich sobre Milei. Escuchala antes de votar.
Estoy con Patricia, eso te molesta @mauriciomacri? pic.twitter.com/6PKSSSjOJh
— Gerardo Morales (@GerardoMorales) November 12, 2023
Morales también amenazó públicamente a Macrì con revelar en detalle negocios turbios que lo comprometerían. Es una de las expresiones del caótico estado en que quedaron los cambiantes luego de ser excluidos del balotaje. Hasta el ex ministro y ghost writer de Macrì, Pablo Avelluto, anunció que no votaría por Milei y que el PRO actual no lo representa. Dijo que él probó la droga del anti-kirchnerismo rabioso, pero que ya la dejó. Interrogado por qué no recomendaba en forma más clara votar por Massa, respondió que en ese caso sus compañeros en el gobierno conservador de Macrì no lo escucharían. Algo similar hizo Elisa Carrió, quien anunció que se iba al Uruguay, porque su “conciencia moral” le impide votar a cualquiera de los dos. Luego de declarar que la venta de órganos y de niños y la legalización del narcotráfico derivan en delitos de lesa humanidad, recomendó “impugnar el voto, y el que quiera votar, que se haga responsable”. Si sus declaraciones de amor a la filosofía significan algo, debe conocer el imperativo categórico de Kant, que obliga a actuar considerando que cada acción propia se convierta en ley universal. Si todos sus seguidores cruzaran el Río de la Plata, Milei sería el próximo Presidente. Los sondeos que se conocen en la Capital sugieren lo contrario: los votos que JxC obtuvo para elegir a su jefe de gobierno no se trasvasarían a Milei, quien en la Ciudad Autónoma no superaría a Massa. El viernes por la noche, Milei y su anunciada novia Fátima Florez, con un relumbrante vestido colorado, ingresaron al Teatro Colón cuando la función ya se había iniciado, con dos entradas de cortesía. Detectados por el público de las bandejas superiores, comenzó a escucharse un insistente Nunca Más, alternado con el ya clásico Milei, basura / Vos sos la dictadura. Desde el foso, parte de la orquesta y del coro comenzó a tocar la Marcha Peronista. La micro-militancia de personas que piden la palabra en lugares públicos, muebles e inmuebles, para explicar qué sería del país con Milei Presidente, es otro de los factores que hacen muy arduo sacar conclusiones sobre tendencias electorales.
Lo mismo han hecho algunos industriales, como la primera mujer que llegó a la directiva de la UIA, la politóloga Carolina Castro, y hasta la Sociedad Rural de Córdoba, que en forma explícita llamó a votar por Massa.
En la misma secuencia se inscribe una declaración del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, quien pese a no ser explícito como sus pares cordobeses fue muy sugestivo sobre sus preferencias.
podamos vivir en una sociedad donde prevalezca la paz social que los argentinos necesitamos.
— Nicolás Pino (@NicolasPinoSRA) November 17, 2023
El próximo domingo se fortalece la democracia.
Luego de su encuentro con los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), Massa cerró su campaña en el colegio comercial Pellegrini, donde terminó saltando en un pogo colectivo con los adolescentes, que le cantaron: “La vamos a dar vuelta”.
De todos modos, sigue siendo decisiva la provincia de Buenos Aires. Si la candidatura de Massa llegara al 60% se impondría sin lugar a dudas. El segundo distrito electoral es Córdoba, donde Juan José Álvarez se ilusiona con obtener el 35%. En esa ciudad fue detenida una de las cinco personas que amenazaron de muerte por internet a Malena Galmarini y sus hijos. Identificadas por la Policía Federal, la jueza María Servini dispuso su detención.
Borrar con el codo
En la frenética semana final de la campaña, Milei se dedicó a borrar con el codo las afirmaciones propias y de sus colaboradores de los últimos dos años. “No vamos a privatizar la salud, no vamos a privatizar la educación, no vamos a reformar el INCUCAI, no vamos a privatizar el fútbol, no vamos a permitir la portación irrestricta de armas”, recitó en un spot publicitario. Una duda tan legítima como por ahora insoluble es si se trata de una temprana aplicación del Teorema de Baglini o si Milei dice sobre cada tema sí, no, ni y todo lo contrario en forma intencional, de modo de conformar a públicos diversos o incluso antagónicos. Tampoco es obvio si esta pública retractación le sumará o le restará votos.
Hubo en el pasado quienes lo hicieron en forma menos burda, diciéndole a cada uno lo que quería escuchar, pero sin hacerlo público. Quien recibía la carta, la difundía, pero su alcance era mucho más limitado que si lo hubiera hecho el emisor del mensaje. Llevó tiempo, pero terminó a los tiros, como en la estupenda novela de Osvaldo Soriano.
Massa, en cambio, sobreactuó su mensaje en cuestiones de muy relativo interés para sus votantes y que difícilmente seduzca a los que votaron por alguna de las tres fórmulas que no llegaron al balotaje: las de Juntos por el Cambio (23,8%), el cordobesismo (6,7%) y la izquierda marxista (2,7%). En este rubro figuran su anuncio de que entregaría la Oficina Anticorrupción a la principal fuerza opositora (resta por ver cómo se determina cuál es, dada la fragmentación generalizada), la sanción de una nueva ley de ética pública y la firma de un “compromiso con la transparencia” que exigiría a los funcionarios de su gobierno (también en este caso falta precisar a partir de cual nivel jerárquico).
El Arca de Milei
En el caso de los libertarios, el aluvional proceso de agregación con el que se formó en apenas dos años un partido nuevo, explica la diversidad de personalidades que lo integran. No obstante, hay una coincidencia marcada en las postulaciones extremas, que atraen a los votantes más jóvenes y espeluznan al resto. Además de las propinadas por el propio Milei (como la ruptura de relaciones con Brasil y China, la dolarización, el mercado de niños y de órganos humanos, la libre portación de armas o la devoción por Margaret Thatcher), no pueden desdeñarse los aportes de algunas de sus personas más próximas. Se llevan las palmas
- Alberto Benegas Lynch (h), quien planteó la ruptura de relaciones con el Vaticano. Pero no le va en zaga
- Diana Mondino, probable canciller si LLA ganara las elecciones, quien se refirió a los derechos de la población kelper de las islas Malvinas y comparó la homosexualidad con no bañarse y tener piojos.
- Victoria Villacruel aprobó el brulote del helicopterista militar Iván Volante contra Agustín Rossi. Volante también subió a las redes antisociales el video de un Falcon verde en cuyo baúl dijo que cabían siete personas.
- Lilia Lemoine llamó “patriota” al neonazi marplatense Carlos Pampillón, quien instó a las Fuerzas Armadas a levantarse contra su conducción, en solidaridad con Volante. Ante el repudio hasta en su propio partido, la diputada maquilladora se retractó de su alabanza al mensajero, alegando que no conocía los antecedentes de Pampillón, pero nada dijo del mensaje, que instiga al alzamiento castrense.
- El hijo del ex dictador Antonio Domingo Bussi (a quien Milei asesoró en el Congreso cuando fue diputado) dijo que ante el ajuste que considera inevitable habrá reacciones sociales que deberán ser reprimidas por las Fuerzas Armadas. Igual que Milei en el debate del domingo pasado, confundió Fuerzas Armadas con Fuerzas de Seguridad. Con su inconsciente a cielo abierto, Bussi cometió un acto fallido de magnitud insuperable. Quiso decir, cuando Milei gane las elecciones, pero le salió cuando Hitl… y ahí se rectificó.
- Hitler se suicidó en Alemania antes de que Perón llegara por primera vez a la presidencia argentina, y agitarlo como un espantapájaros contra adversarios políticos es un hábito tan extendido cuanto banal. Pero en el caso de Bussi, suena como una muestra de amor a Milei.
- Para completar esta preciosura, luego de obtener su banca como diputado electo por la provincia de Buenos Aires, el hijo homónimo de Benegas Lynch, Bertie, caracterizó al Congreso como “un aguantadero de delincuentes con fueros”.
Esto es lo que Clarín llama campaña del miedo. Lo que deja en claro es que el temor por la continuidad del proceso constitucional en caso de que esa fuerza gobierne, es racional y pertinente.
En distintos lugares del mundo han surgido líderes que canalizan la insatisfacción de la mayoría por las condiciones de vida de la democracia en una pulsión destructiva que tiende a agravar esas mismas condiciones, mientras prosigue a ritmo acelerado la concentración de la riqueza y del poder en capas cada vez más delgadas de la población.
Los ejemplos más próximos son los de Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil. Ambos ex Presidentes fueron derrotados en las urnas cuando buscaban la reelección, se negaron a admitirlo y alentaron la insurrección popular para desconocer los resultados, con la ocupación de las sedes del Poder Legislativo en Washington y del Poder Ejecutivo en Brasilia. Esta es una táctica impulsada por Steve Bannon, el ideólogo de la derecha revolucionaria (según la denominación que muchos años antes le impuso el historiador de las revoluciones francesa y estadounidense del siglo XVIII, Zeev Sternhell) o del populismo de derecha (como prefiere llamarlo Bannon).
Los libertarios argentinos están preparando el terreno para replicar la estrategia de Trump y Bolsonaro, quienes inventaron increíbles denuncias de fraude, desmentidas una y otra vez hasta por funcionarios de sus propias facciones. Entre otras cosas, porque ellos ocupaban el gobierno. Luego de las elecciones generales del 22 de octubre agitaron en los medios la versión de que fueron víctimas de fraude, pero no presentaron ninguna denuncia a la Justicia. Mostraron para ello planillas de mesas en las cuales Milei figuraba sin votos. Pero lo mismo había ocurrido, en la misma cantidad de mesas, con UxP y con JxC. Se trata de un centenar de mesas cada uno, o el 1 por mil del total de urnas. Además, el escrutinio definitivo coincidió con el provisorio, con esa misma diferencia de apenas el 1 por mil.
La semana pasada entregaron una cantidad de boletas tres veces menor a la requerida por la justicia electoral. La jueza electoral María Servini explicitó que LLA no cumplió con el acuerdo de que cada fuerza entregara “10.000 paquetes de boletas, conteniendo un mínimo de 100 y un máximo de 350 boletas”, lo cual pone en riesgo la distribución necesaria en las escuelas, lo que sería de “su exclusiva responsabilidad”.
Las alegaciones de fraude en entrevistas o redes antisociales no se replicaron en denuncias en los tribunales. La novedad de esta semana fue la presentación oficial de los apoderados de Milei, su hermana Karina y Santiago Viola.
Acusaron a la Gendarmería de cometer un fraude colosal, a cambio de una contraprestación. Pero sólo citaron fuentes anónimas en redes antisociales y ni un ejemplo concreto. Según su denuncia, los gendarmes cambian el contenido de las urnas y la documentación. O modifican los números asentados en las actas o reemplazan el acta por otra en la que falsifican las firmas de las autoridades de mesa y los fiscales.
Pidieron que, en vez de Gendamería, custodien las urnas la Fuerza Aérea y la Armada, a las que consideran “honorables”, y que se les permita a sus fiscales acompañar el traslado de las urnas. El desconocimiento de las condiciones reales de los comicios es asombroso:
- La Gendarmería aporta un ínfimo porcentaje a la custodia, que recae en el Comando Electoral conducido por un general del Ejército, y del que forman parte las demás Fuerzas Armadas.
- La legislación electoral ya contempla la participación de los fiscales en cada paso del proceso de emisión, recuento y traslado de los votos.
- Las actas de escrutinio no van dentro de la urna, sino en una bolsa sellada delante del presidente de mesa por el Correo Argentino, con un precinto inviolable.
- La urna contiene el certificado del escrutinio firmado por las autoridades de cada mesa, los sobres y las boletas con votos válidos. Esa urna se cierra con una faja que cubre la ranura. En ese proceso conducido por el Correo, la Gendarmería apenas custodia el traslado.
- Los fiscales guardan en sus teléfonos copia de las actas.
Todo esto torna imposible el fraude. Además, los libertarios convocaron para el domingo a la noche a una concentración frente a la Cámara Nacional Electoral, a dos cuadras de la Plaza de Mayo. En una respuesta a estas afirmaciones, la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires recordó que desde 1983 se realizaron 33 procesos electorales nacionales, “todos con resultados aceptados y reconocida e indiscutida legitimidad”.
Citados por el fiscal electoral Ramiro González, sólo se presentó Viola. La única prueba que aportó fueron tres publicaciones en las redes antisociales, subidas por usuarios que firman como Chespiroto, Justicia y Archivo General Mesiánico. Esto es coherente con la biografía de Viola: fue el abogado de Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino, condenados a 3 años de prisión luego de admitir que habían mentido, cuando afirmaron que en septiembre de 2015 la Presidenta CFK recibió en Olivos al juez Sebastián Casanello, quien se negaba a procesarla en una de las causas armadas en su contra, por falta de cualquier prueba.
La internacionalización
La dimensión global adquirida por los comicios argentinos se refleja en la cantidad de pronunciamientos de Presidentes en ejercicio en distintos países, de la región y de Europa. Lula grabó un mensaje en Brasilia donde pidió que al votar los argentinos piensen en la importancia de las relaciones con Brasil.
Con Pinochet y Videla equiparó a Milei el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien exhortó a votar por la esperanza.
El Presidente de México, Manuel Andrés López Obrador, comparó a Milei con Hitler y lo denominó “facho, ultra conservador” que llama comunista al Papa.
El Presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, asoció a Milei con la ultraderecha española, que también abomina de la justicia social, que considera un invent0 de la izquierda “para promover la cultura de la envidia”. Luego de afirmar que “la derecha tradicional argentina es arrollada por el delirante discurso reaccionario de Milei”, Sánchez instó a votar por Massa, quien “representa la apuesta por la convivencia democrática, por la concordia, y ofrece un proyecto de unidad, de solidaridad, con oportunidades para todos y para todas”. El semanario oriental Búsqueda afirmó que su Presidente Luis Lacalle Pou apoya a Milei.
Una de espías
La inminencia de la elección relegó el interés periodístico por las implicancias de la detención del espía inorgánico Ariel Zanchetta. No obstante, el editor judicial de Clarín, Claudio Savoia, sostuvo que la hojarasca de 1.196 carpetas de inteligencia ilegal secuestradas a Zanchetta, con información, conversaciones e imágenes privadas de cientos de personas públicas, puede tapar el “operativo K a todo o nada para atacar a los jueces que entienden en las causas contra Cristina”. Según el operador, el fiscal Gerardo Pollicita y el juez Marcelo Martínez de Giorgi “deberán seleccionar y eventualmente presentar como prueba aquella que sirva para demostrar el despliegue de una red de espionaje estatal y paraestatal destinada a violar la intimidad de jueces y fiscales que han sido vigilados y cuyos teléfonos fueron hackeados. El dictamen de la fiscalía identificó a Tailhade y Rodríguez como usuarios de los datos del espía detenido, con ese objetivo. Ese es uno de los tantos desafíos clave que tiene hoy la Justicia: preservar el inmundo tesoro secuestrado en los allanamientos de cualquier filtración que desmerezca y tire por el suelo su trabajo en un caso tan delicado como explosivo”. Savoia advierte así a juez y fiscal que no debe permitir que se escape “ni un solo dato que no sea estrictamente referido al objeto de la investigación penal”. Es decir, que no se filtre la relación de Zanchetta con dirigentes de Juntos por el Cambio y con el propio Savoia, que era su manejador. Zanchetta le proveía información para sus operaciones. La ya conocida: contra Daniel Angelici. Ahora está apurado para impedir que sigan saliendo esos efluvios de la cloaca.
Zanchetta dejó un recuerdo imborrable en Junín, su lugar en el mundo. Como espía, porque lo pregonaba a voz en cuello. En la Policía Federal llegó a sargento, hasta que lo dieron de baja por coimear. Pero también como guardaespaldas de Omar Bello, cuando por encargo del entonces cardenal Bergoglio, el periodista y publicista se hizo cargo del diario y las radios del Grupo La Verdad. Sus tareas principales fueron destrozar al sindicato de prensa APENOBA, para facilitar el despido de trabajadores y el desguace de muchos activos, que se vendieron. Desde el multimedios acusaba al intendente Mario Meoni de narco. Zanchetta se acercó al delegado de La Cámpora, el tandilense Andrés Merani, a través de quien inició contacto con Conu Rodríguez y Rodo Tailhade. Zanchetta aduce que “sacaba pecho en Junín diciendo que él llegaba a las máximas esferas de La Campora, pero nadie le creía”.
En Junín tampoco goza de mucha credibilidad la versión que Bello publicó de que funcionarios municipales planeaban matarlo de modo que pareciera un accidente, pero que el intendente Meoni se opuso. “Bello era un delirante, que andaba a 200 kilómetros por hora por la ruta 5. A fondo y por la banquina”, lo caracteriza uno de los dirigentes peronistas de la zona que padeció sus escraches. “Así andaba por la vida”.
Para quien crea en delirantes y accidentes, esta podría ser una explicación.