Horacio Verbitsky: A ciegas – El Cohete a la Luna
- ALERTA!Noticias
- 13 de agosto de 2023
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Con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias de hoy, comienza el proceso de selección más opaco e impredecible en los 40 años transcurridos desde la primera elección presidencial posterior a la última dictadura, para determinar quién ocupará el Poder Ejecutivo a partir del 10 de diciembre. En la última semana, el proceso electoral fue ensombrecido por el asesinato de la nena Morena Domínguez en Lanús para robarle un celular, del médico Juan Carlos Cruz en Morón, cuyo auto se llevaron tres desconocidos, y por la muerte en el Obelisco del fotoperiodista militante de izquierda Facundo Molares Schonfeld, atacado y reducido por la policía. Los comandos de campaña se acusan recíprocamente por cada episodio y abundan las especulaciones acerca de cómo incidirán en el resultado electoral.
El único consenso es que la disputa comprende a tres fuerzas políticas en vez de las dos que fueron clásicas en ese lapso. Dos son coaliciones de partidos afines (como el justicialismo, el Frente Renovador y una generosa colección de sellos menores, por un lado; el radicalismo, el PRO y la Coalición Cívica Libertadora por el otro, es decir peronistas y antiperonistas) y solo uno es un partido construido sobre la figura de un líder carismático, que no tendrá competencia en las urnas primarias. Vaya paradoja, es aquel que cuestiona el estilo tradicional de quienes llama casta o políticos ladrones.
Al fastidio con la política, que la derecha construyó con un poderoso aparato de medios, se suma el rechazo a los encuestadores, tanto presenciales como telemáticos, y altos porcentajes de indecisos, cuya duda no es sólo acerca de los candidatos preferidos, sino lisa y llanamente si presentarse a la hora de votar. Esta combinación torna muy difícil, sino imposible, predecir con alguna exactitud qué contendrán las urnas que comiencen a abrirse con las primeras sombras de esta tarde de invierno.
Predicciones
El único predictor de alguna confiabilidad son los comicios provinciales ya realizados en 18 de los 24 distritos del país, con algo menos de la mitad del padrón nacional. Casi un tercio de las personas habilitadas para votar, es decir al filo de los 5 millones, decidieron no hacerlo, contra un cuarto en 2019. La única excepción se registró en Tucumán, donde se presentó DNI en mano el 84% del padrón. El récord inverso se lo lleva la capital de Córdoba, donde casi 4 de cada 10 dedicó su día a otra cosa. Si a los ausentes se suman quienes votaron en blanco o anularon su boleta, superan el 36%, contra el 31% hace cuatro años. De todos modos, es habitual que en las elecciones generales el porcentaje de asistencia crezca varios puntos. Por ejemplo, en 2021, en la provincia de Buenos Aires, votó el 68,6% del padrón en las primarias, y el 72,3% en la general.
Los partidos que en los distritos donde ya se votó se alinean con el oficialismo nacional perdieron medio millón de votos respecto de las PASO de 2019 (con la solitaria excepción de Formosa) mientras la coalición cambiante sumó más de 700.000 votos.
Alberto Fernández será el cuarto habitante de la Casa Rosada que no consiga la reelección, habilitada hace 29 años por la Constitución. Lo precedieron en ese dudoso honor Fernando De la Rúa, el senador Eduardo Duhalde que completó como interino aquel periodo, y el propio Macrì. Desde la reforma de 1994, los únicos reelectos fueron Menem y los kirchneristas. De la Rúa y Duhalde no completaron sus mandatos y Macrì intentó en vano permanecer un segundo término, pese al apoyo de las potencias occidentales, expresado a través del mayor préstamo que el Fondo Monetario Internacional otorgara a cualquiera de sus miembros en sus ocho décadas de existencia.
El rol del FMI
Tanto Macrì como el representante de Donald Trump en el FMI, Mauricio Claver-Carone, dijeron que el objetivo era consolidar el modelo que había iniciado el fundador de Cambiemos. Esto es sólo una parte de la verdad. El acuerdo de stand-by firmado en 2018 (y su inevitable refinanciación por uno de Facilidades Extendidas en 2022), también procuró encadenar a la Argentina a las decisiones del capital internacional, con indiferencia por quien la gobernase. Este es el drama que enfrenta como puede la Unión por la Patria. Massa no se cansa de repetir en cada acción proselitista, que su ideal sería pagarle al Fondo y despedirse de él para recuperar la plena soberanía del país. Pero no tiene los recursos para hacerlo, apenas la imaginación para diversificar las fuentes de financiamiento ante cada plazo por vencer, de modo de no incurrir en incumplimientos que permitan al FMI imponer cada vez más condiciones al país.
La información al respecto es difusa. Se sabe que esta vez contó con un adelanto de la CAF y un préstamo de Qatar, pero sigue en la nebulosa respecto de si también se utilizaron yuanes del swap de monedas con China. Una versión lo afirma pero otra lo niega, aduciendo que Estados Unidos se opuso a esta legitimación del nuevo rol internacional de China, que amenaza la hegemonía del dólar, y que el FMI actuó como vocero del Tesoro estadounidense. No obstante, el cuadro internacional es propicio para las combinaciones multipolares. Hace 40 días el jefe de la CIA, William J. Burns, habló en conferencia anual de la británica fundación Ditchley. Dijo que en un mundo más volátil e incierto, donde el poder es más difuso, “democracias y autocracias, economías desarrolladas y en desarrollo, y países del Sur Global y otras partes del mundo, tienen la intención de diversificar sus relaciones con el fin de ampliar su autonomía estratégica y maximizar sus opciones. Estos países ven pocos beneficios y muchos riesgos en las relaciones geopolíticas monógamas. En cambio, es probable que veamos que más países persiguen relaciones más abiertas de lo que estábamos acostumbrados durante varias décadas de unipolaridad, posteriores a la Guerra Fría”.
El atenuante
El atenuante de Massa es que no fue él, sino su predecesor, Mr. MaGoo, y el Presidente Alberto Fernández, quienes firmaron al acuerdo vigente con el FMI. Por eso, mientras Massa intenta el milagro de una actuación electoral decorosa con una inflación anualizada próxima al 120%, MaGoo está en su casa y Alberto se dedica a contestar preguntas en el telefonito sobre su perro Dylan o llamar a periodistas que cumplen años, para desearles que sean tan felices como él.
Luego de las PASO iniciará un periplo internacional por países de Asia, África, Norte y Sudamérica. Allí hará lo que mejor sabe y más le gusta, que es explicar a una audiencia indiferente que su presidencia fue atacada por el peor virus y la peor sequía en un siglo y por la primera guerra europea desde 1945 entre dos grandes productores de cereales e hidrocarburos. Tal vez repita el chiste de que sólo le faltó una invasión marciana. Lo acompañará la pareja de infaltables, Julio Vitobello y Gabriela Cerruti, los dos votos que le quedaron después de perder al resto.
Vedada su aparición en actos proselitistas, donde nadie quiere verlo, Fernández aguza el ingenio para que su voz no deje de escucharse, ya sea hablando de fútbol o de música, en las redes antisociales o en radios que no pueden impedirlo. Mientras, Massa y Agustín Rossi piden perdón por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo del salario, los dos agujeros negros que se tragaron a un gobierno en el que crecieron la actividad y el empleo.
En un raid agotador, ambos participaron en sendos actos con la CTA y con la CGT. El primero se realizó en la sede porteña de FOETRA y tuvo la asistencia de varios dirigentes de gremios que forman parte de la CGT, como el mecánico de automotores Mario Manrique o el ministro bonaerense de Trabajo, Walter Correa. En los dos actos llamó la atención la presencia de la ministra de Trabajo, Raquel Kismer. Pese a que la ley le prohibía hacer anuncios de probable repercusión electoral, Massa se las ingenió para comunicar que, después de las PASO, terminará por aprobar el aumento de suma fija para todos los trabajadores que le reclama el kirchnerismo y al que la ministra se oponía hasta esta semana, porque consideraba que el mejor instrumento eran las paritarias, como si fueran excluyentes y no complementarios. Para la recuperación del poder adquisitivo del salario, Massa también mencionó el alivio en el pago del impuesto a las ganancias. De inmediato, la Unión Industrial se apresuró a rechazar el aumento de suma fija.
En el acto de CTA no había carteles ni banderas, provocó mayor entusiasmo una referencia al gremio anfitrión que a los candidatos, y en el cierre se escuchó un tema del Indio Solari. El de la CGT, en el estadio DirecTV Arena de Tortuguitas, fue copado por la liturgia peronista, con bombos, banderas y la marchita. En la CTA, su secretario general, Hugo Yasky, reflexionó sobre la excepcionalidad argentina, donde el sindicalismo tiene poder real y los grandes grupos empresarios no lo soportan, porque sueñan con volver a un país pre-peronista. Por eso se proponen horadar el piso de los convenios para volver a foja cero, sin indemnización ni derecho a la estabilidad laboral. Reconoció la deuda con los jubilados que cobran la mínima, pero dijo que en América Latina sólo tiene cobertura previsional el 20% de quienes se jubilan, contra el 98% en la Argentina, por obra de Néstor y Cristina.
La candidata a diputada María Reigada había contado su visita a un centro de jubilados, en busca del voto para la lista patriótica, a pesar de que la jubilación mínima está por debajo de la línea de pobreza. “De indigencia”, le respondió un jubilado que desmiente la categorización de clase pasiva, y que prometió ir a votar por Massa y Rossi. Edgardo Depetri no eludió el debate sobre la denominada “economía popular”. Dijo que la CTA defiende “un país con pleno empleo. Pero no cualquier trabajo, queremos un buen salario y que lxs trabajadores tengan su obra social, se afilien a su sindicato. No queremos que nuestros pibes coman en los comedores, queremos que coman en sus casas. Esa dignidad la da el trabajo”.
La suspensión
Por la muerte de Morena Domínguez, la nena de 11 años golpeada mientras forcejeaba con dos ladrones que le arrebataron su mochila en la puerta de la escuela, en Villa Diamante, partido de Lanús, se suspendieron los actos de campaña que aún tenían pendientes las distintas fuerzas, salvo el de Bullrich en Córdoba, pese a que había anunciado su cancelación. El candidato Procaz a la intendencia de Lanús es su secretario de seguridad, Diego Kravetz. Ex asistente de Alberto Fernández en 2003, y reconvertido luego al macrismo, Kravetz es representativo de lo lábil de las identidades políticas. Basa su campaña en la lucha contra el delito. El actual intendente, Néstor Grindetti, es el candidato a la gobernación bonaerense de Patio Bullrich, aunque con este episodio se reveló que vive en Caballito. Kravetz intentó responsabilizar por el crimen a la diputada piquetera Natalia Zaracho, quien lo puso en su lugar. El padre de la nena asesinada milita en la misma agrupación que Zaracho. Kravetz también dijo que conocía a los “15 mocosos” responsables de los delitos en el partido, por cuya libertad acusó a la Justicia. Agregó que uno de ellos se había confesado autor del crimen de Morena ante la fiscal de Lanús Silvia Bussano, quien no tardó en desmentirlo. También Clarín afirmó que el crimen lo cometieron chicos de 14 años, por lo cual quedarían en libertad. El diario incluso publicó el prontuario de uno de ellos, con la lista de detenciones que padeció por otras tentativas de robo. Pero los responsables fueron dos hermanos, de 25 y 28 años. La demonización de los menores y el reclamo de mayores penas en su contra es un clásico de los procesos electorales, pese a que su participación en delitos es mínima, aunque no nula. Dos adolescentes de 17 años fueron detenidos, acusados por el crimen del cirujano.
Si el caso de Morena es conmovedor por su edad y la violencia que padeció, por la ausencia de patrulleros policiales frente a la escuela, por la demora de la ambulancia municipal que llegó 40 minutos después, el asesinato del médico Cruz resalta el contraste entre su trabajoso ascenso social a partir de su infancia en una villa, de padres semi-analfabetos, y la indefensión con que perdió la vida. Sus hermanos y sus colegas destacaron su entrega a la población más vulnerable que concurría al hospital Ramón Carrillo, donde trabajaba, y su defensa de la educación y de la salud pública. Pero la instalación de la inseguridad como un problema insoportable en la provincia de Buenos Aires no coincide con los datos objetivos. Entre diciembre de 2019 y de 2022, los homicidios dolosos se redujeron en la provincia de Buenos Aires, de 903 a 731. Es el número absoluto y la tasa por cada 100.000 habitantes más baja del siglo. Están entre los menores de las tres Américas.
La muerte de Facundo Molares Schonfeld fue comunicada por las agrupaciones Votamos Luchar y Rebelión Popular, que se habían citado en el Obelisco para denunciar “la farsa electoral”. El comunicado que emitieron a las 17.55 del jueves hace responsable “al gobierno de Larreta y Kicillof por dar la orden de reprimir”, cuando el gobernador bonaerense y candidato a la reelección es por completo ajeno a un crimen ocurrido en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, a manos, pies y rodillas de la policía porteña.
Al día siguiente, no más de una docena de encapuchados se desprendió de la marcha en repudio por la muerte de Molares Schonfeld, y apedreó el centro de monitoreo policial en la Diagonal Norte. Rodríguez Larreta dijo que Molares Schonfeld se había descompensado y muerto de un infarto, lo cual recuerda el estilo de las autopsias durante la última dictadura, que consignaban las muertes en falsos enfrentamientos como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio. Que los muertos no respiran ni su corazón late son obviedades, que omiten cualquier referencia a la causa que provocó ese efecto. Por el contrario, el gobernante-candidato respaldó la conducta de su policía que, a su entender, “actuó con profesionalismo conteniendo los hechos de violencia”. Pero testigos del hecho y cámaras de seguridad muestran que la policía se arrojó sobre Molares una vez que había terminado el acto, en el que no hubo ninguna violencia. Los policías eran más numerosos que los manifestantes. Bullrich dijo que en este caso apoyaba a su competidor y agregó que Molares era muy gordo y su salud era precaria. La candidata libertaria a la vicepresidencia, Victoria Villarruel, dijo que había sido miembro de las FARC colombianas y detenido en Bolivia por la dictadura de Jeanine Añez. Un gordo, enfermo y guerrillero, ¿a qué preocuparse?
El precandidato a la vicepresidencia Gerardo Morales completó la inversión de sentido de los hechos, al reclamar la erradicación de la violencia de las calles para vivir en paz. Esto es negar la evidencia, que señala hacia las fuerzas policiales.
Los argentinos nos merecemos vivir mejor. Necesitamos dejar atrás la incertidumbre económica y erradicar la violencia de las calles. Tenemos la oportunidad de construir un país más justo, donde las reglas sean claras y los ciudadanos puedan vivir en paz. pic.twitter.com/zzf5G5JsHy
— Gerardo Morales (@GerardoMorales) August 11, 2023
Lanús es uno de los municipios bonaerenses donde el kirchnerismo se dispone a dar batalla. Su candidato es el ex socio de Wado de Pedro en el estudio jurídico, Julián Álvarez, cuyo desempeño como secretario de Justicia en el último gobierno de Cristina fortaleció el emblocamiento corporativo. Más serio parece el armado en Hurlingham, donde el camporista Damian Selci se propone demostrar en las urnas que la militancia en los barrios y el contacto constante con los vecinos es un instrumento electoral efectivo, frente al camaleón Juan Horacio Zabaleta, experto en la rosca y la trenza. Lo mismo intentará en Quilmes Mayra Mendoza. En La Matanza, que con más de un millón de electores es el noveno distrito del país, más poblado que 15 provincias, Máximo Kirchner habilitó la posibilidad de que el Movimiento Eguita dispute la intendencia con el titular, Fernando Espinoza. Pero Cristina dedicó una de sus pocas apariciones electorales para encomiar la tarea del intendente, a quien recibió en el Senado. O madre e hijo no están de acuerdo, o se complementan para cubrir distintos flancos, cada cual decida cómo lo interpreta.
El mayor distrito electoral bonaerense es otro de los lugares donde hay dudas acerca de la conducta de quien pierda la interna, cuando llegue el día de la verdadera elección. En la presidencial de 2019, el entonces Frente de Todos le sacó 40 puntos de diferencia a Cambiemos. En las legislativas de 2021 esa distancia se contrajo a la mitad. Se presume que el resultado de este año estará en algún punto intermedio entre ambos. Pero, ¿en cuál? La contestación no es indiferente, con 40 puntos de ventaja en La Matanza la reelección de Kicillof como gobernador sería segura. Con 20 estaría en zona de riesgo.
Incógnitas
Los comicios de hoy presentan otras incógnitas principales:
- Si Massa será el candidato más votado.
- Quién se impondrá entre Bullrich y Rodríguez Larreta.
- Cuál será el desempeño de Javier Milei, quien conserva atractivo por su extravagancia, a pesar de la sucesión de fracasos en las elecciones provinciales realizadas hasta ahora.
- Si la Capital Federal coronará al primo de Maurizio Macrì o al radical Martín Lousteau, que fue ministro de Cristina. En esa confrontación se decide el futuro del ex Presidente. Por eso Horacio Rodríguez Larreta dice que votará por Jorge Macrì pero en los hechos apoya a Lousteau. El carácter de ese lance hace presumir que una parte del caudal patriota podría cruzar de vereda, para apresurar la jubilación de quien gobernó entre 2015 y 2019, y apoyar a su propio candidato en la elección general de octubre.
- Si Kicillof prevalecerá en la pugna por conseguir un nuevo mandato por otros cuatro años o si Diego Santilli lo vidalizará.
Las tres primeras están relacionadas. Se imagina que la suma de Bullrich y Rodríguez Larreta superaría a Massa, pero que el Ministro de Economía ocuparía el primer puesto de los resultados. Respecto del insultante gritón de la campera de cuero, se sabe que cada voto que consiga se restará de la UxP o de JxC, pero no hay una idea precisa de cuánto le morderá a cada uno. Esa es otra razón para la dificultad de prever los resultados.
Iguales o diferentes
Los spots de campaña y las entrevistas de Maurizio Macrì de los últimos días ayudaron a clarificar tanto los parecidos como las diferencias entre las dos fórmulas cambiantes. Tal vez por eso, ni el intento de Unión por la Patria de presentar a Bullrich y Rodríguez Larreta como gemelos separados al nacer, ni las polémicas entre ambos, tienen mayor eficiencia. No son iguales ni tan diferentes, aunque el crimen de Molares en el Obelisco los aproximó más de lo que les hubiera gustado. Luego de las últimas declaraciones de Macrì, Rodríguez Larreta respondió que las leyes se votan en el Congreso, forma indirecta pero nítida de decir que son necesarias alianzas para disponer de una mayoría legislativa que plasme las reformas que propone y permita su continuidad en el tiempo. Aunque no lo diga, tiene in mente retomar el acuerdo con Juan Schiaretti, tal vez después de las PASO, en las que el saliente gobernador cordobés será candidato a la presidencia, pero sin dudas luego del balotaje, si lo hubiera y Rodríguez Larreta lo ganara.
Nadie conoce mejor que Macrì la capacidad de trabajo de Rodríguez Larreta, sin quien sus ocho años en el gobierno de la Ciudad hubieran sido tan traumáticos como los cuatro sucesivos en la Nación, donde tuvo un colaborador apto para la intriga política pero menos volcado a la gestión de gobierno.
Pero también tiene presente que aquel jefe de gabinete hacía posibles las directivas del jefe de gobierno, a quien se subordinaba. Tampoco ignora que no encontraría ni esa idoneidad ni semejante obediencia en Bullrich, pero la siente como una creación propia y aún cree que le respondería sin dudar, cosa que los bullrichonistas niegan con decisión.
También discrepan en su interpretación de los sondeos electorales. Bullrich pretende que lleva una amplia ventaja, mientras Rodríguez Larreta entiende que quienes prefieren a la ex montonera reconvertida al orden a palos son más vocales que quienes se inclinan por el economista de la UBA. De ese modo, las encuestas registrarían el 100% del voto que se depositará en la cartera de la dama, pero sólo una porción indefinida de quienes abultarán el bolsillo del caballero. Es uno de los misterios que se develarán esta noche. El alcalde porteño también basa su optimismo en los resultados de las elecciones provinciales, donde los candidatos que apoyaba prevalecieron sobre los elegidos por su rival. No bastó con decirle a Carolina Losada que el día de las primarias provinciales se convertiría en heroína. Maximiliano Pullaro barrió con ella, que ha desaparecido de la provincia que no gobernará. Peor aún, el único triunfo de Bullrich en Santa Fe le duró lo que un suspiro: su candidato triunfante en la interna para la intendencia de la capital provincial, Juan Pablo Poletti, se dio vuelta y anunció su adhesión a Rodríguez Larreta en la interna presidencial. La suspensión del cierre de campaña de Bullrich en la provincia que tiene el tercer padrón nacional, detrás de Buenos Aires y de Córdoba, con casi el 8% del total, se disimuló por el crimen de Lanús pero era una decisión previa, a falta de referente en quien apoyarse.
El consuelo de Bullrich fue la incorporación del ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien podría serle útil si llegara al gobierno, pero que no aporta caudal territorial, necesario para esta etapa, algo que también se aplica a su reciente aliado, Micky Vainilla.
¿Qué hay de nuevo, viejo?
Milei basa su campaña en el neologismo político “la casta”, que sería responsable de todos los males, pero hace excepciones notables, como sus elogios a Carlos Menem, Domingo Cavallo y Maurizio Macrì. Mientras, su candidata a Vice, Victoria Villarruel, es denunciada por prácticas que no se ajustan a la idea de una nueva política, no contaminada por prácticas corruptas. La semana pasada la denunciaron las autoridades del Partido Demócrata bonaerense, por falsificar firmas para apoderarse de ese sello de goma. Uno de los denunciantes es el ex juez penal de San Isidro Raúl Casal, célebre por haber condenado a los miembros del clan Puccio por el secuestro y asesinato del empresario Ricardo Manoukián. También por dejar en libertad al comisario Luis Patti, la primera vez que fue detenido por torturar a los detenidos Mario Bárzola y Miguel Guerrero, en 1990. Para eso, primero fue apartado de la causa el juez Raúl Borrino. Casal sobreseyó a Patti al año siguiente. El instrumento fue un peritaje del tejido de tres personas detenidas, tan trucho como las firmas del Partido Demócrata que ahora denuncia. Retirado de la justicia, Casal presidía la Convención del Partido Demócrata, y para reemplazarlo por alguien de confianza de Villarruel se falsificaron las firmas, dice la denuncia.
La sintonía entre los momentos políticos y la acción del sistema judicial sigue tan ajustada como siempre. Al día siguiente de la muerte de Molares y dos días antes de las PASO, los miembros del TOF 7 exigieron que el juez Marcelo Martínez de Giorgi dejara de investigar los cuadernos de las coimas, luego de los dos peritajes que probaron su intencionalidad y falsificación. Y el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, sobreseyó a los gendarmes procesados por la desaparición siete años antes de Santiago Maldonado. Para Lleral, no incurrieron en “ninguna acción típica”, es decir no hubo delito alguno. Otro que se descompensó.