Declaró el jefe de la custodia de Cristina por el intento de magnicidio: hostigamiento, filtraciones a la prensa y el rol de Milman

El jefe de la custodia de Cristina Fernández de Kirchner, el comisario mayor de la Policía Federal Diego Carbone, declaró ante el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) que juzga sólo a los autores materiales del intento de magnicidio contra la expresidenta.

Carbone, que desde hace 20 años trabaja con la familia Kirchner -y es también responsable de proteger Mauricio Macri, por su labor como director del Centro Estratégico de Control Operacional y Custodia de exmandatarios-, dejó algunas claves para analizar qué sucedió los días previos y cómo se llegó al ataque del 1 de septiembre de 2022:

-“No había público hostil, pero dentro del público no hostil puede haber un infiltrado”.

-“No había hipótesis de conflicto, pero había un clima enrarecido. (…) No teníamos información de que hubiera una amenaza latente o real (…) la evaluación se hace a diario. Puede ser desde un huevazo hasta un tiro, pero nunca pensamos que iba ser un tiro”. 

-“Uno es falible en todo sentido. La custodia trabaja y no es absoluta la seguridad. Tenemos estándares de seguridad y miramos los de otros países, las custodias más avanzadas del mundo son la del Papa, y hubo un atentado, la de Israel, varios, la de Estados Unidos, cuatro presidentes muertos y dos heridos, con todos los sistemas de seguridad que tienen. Pero no es para sacarle la colita a la jeringa. La seguridad no es absoluta cuando hay traición y hay traición desde la antigüedad”. 

Al ser consultado si le habían requerido informes sobre el funcionamiento de la custodia antes del ataque, Carbone detalló: “Creo que sí, Milman. Igual pidieron muchas veces información nuestra, y después la filtraban a los medios”. Y agregó que en 2016, primer año del gobierno de Macri cuando Patricia Bullrich era ministra de Seguridad y Gerardo Milman su mano derecha, le solicitaron a través de la Policía Federal “un informe pormenorizado de la custodia (de Cristina) con fechas, datos, móviles, todo. (…) y salió en los medios con todos los datos de todos los agentes, legajo, cómo cubrían, y lo habían visto solo cinco personas. (…) Era información confidencial, sobre una presidenta mandato cumplido, datos de los agentes, horarios…” Los funcionarios vinculados al “servicio de protección de estado y custodia” deben firmar un “compromiso de confidencialidad y secreto profesional”.

-“Un diputado puede preguntar quién es el jefe de la custodia, cuántos móviles tiene asignados, pero no los nombres y apellidos, horarios, en qué puestos de seguridad están, en qué domicilios (…) No recuerdo si Milman pedía eso, pero pedía un informe completo”, declaró Carbone. Señala la periodista Irina Hauser (autora del libro “Muerta o presa. La trama violenta detrás del atentado”) en Página/12 que el diputado hizo pedidos con distinto tipo de detalle: uno del día previo al atentado, se enfocaba en cantidad de agentes, las dependencias a las que pertenecían y presupuesto. Dos semanas antes del hecho, se anticipaba y decía que podía haber “un falso ataque a la figura de Cristina”. Lo firmaba, entre otros, con el exdiputado y exsecretario de Culto Francisco Sánchez, que había pedido pena de muerte para Cristina. 

Con respecto a su rol y específicamente a la noche del atentado en la que hubo 10 personas abocadas a la custodia de la exmandataria y dos jefes que definían el operativo, Carbone señaló: “Mi función y obligación era contralor y fiscalización, desde la parte administrativa. Si yo no podía estar y pensaba que era necesario iba otro, en este caso (Guillermo) Gallo”. Aquella noche del 1 de septiembre, el comisario mayor no estuvo en el lugar, estaba en el kinesiólogo por un malestar físico. Al llegar al consultorio recibió el video en el que se ve la mano de Fernando Sabag Montiel con el arma a centímetros de la cabeza de Cristina. De inmediato se fue para Recoleta.

Carbone también fue interrogado por la relación con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires a cargo de la seguridad de la zona, donde había presencia de militantes y simpatizantes de la entonces vicepresidenta desde hacía más de 10 días, a partir del día en que el fiscal Diego Luciani concluyó su alegato en la causa “Vialidad” con un pedido de pena de 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua para cargos públicos contra la expresidenta.

El comisario mayor recordó que no se amplió la custodia por esos días, sino que mediante una disposición judicial se sumaron más móviles en el barrio, y que se sacó a la Policía porteña por su hostilidad contra los simpatizantes de Cristina. Al ser consultado por el vínculo entre la policía de la Ciudad y la Federal, Carbone reconoció que era imposible la relación. Recordó que el día que los uniformados porteños vallaron la cuadra del domicilio de Fernández de Kirchner se acercó a conversar con el comisario a cargo del operativo: “Cuando terminé de hablar me gaseó un policía de la Ciudad”. Y añadió: “La policía (de la Ciudad) garroteaba a los no hostiles y dejaba hacer a los hostiles, para ellos parecía todo al revés”. Observó “la falta de respeto” por las agresiones de la policía de Horacio Rodríguez Larreta contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el diputado nacional Máximo Kirchner.