Casa tomada

En su columna en Caballero de día, la analista Valeria Di Croce comparó el actual escenario político con el famoso cuento de Julio Cortázar y sostuvo que el país atraviesa una “disputa territorial” donde “el poder real define la agenda”.

La columnista afirmó que la Argentina “es una casa en disputa” y llamó a “no ceder espacios” frente a lo que definió como un avance de sectores del poder financiero sobre la conducción política. En su columna en el programa Caballero de día, Di Croce retomó la metáfora del cuento Casa Tomada, de Julio Cortázar, para advertir sobre un “corrimiento” en la toma de decisiones del Estado.

Di Croce citó declaraciones recientes del diputado Máximo Kirchner, quien sostuvo que “un presidente conduce la economía” y que los ministros “son auxiliares”. Para la analista, el planteo busca recuperar una definición estructural del peronismo acerca del lugar de la conducción política. “Venimos de un tiempo donde el ministro de Economía era más importante que el presidente. Eso lo revertieron Néstor y Cristina. Hoy volvimos al esquema contrario”, señaló.

En ese marco, Di Croce trazó un listado de funcionarios actuales con trayectoria en JP Morgan y otros bancos internacionales, entre ellos el ministro de Economía, Luis Caputo; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili; y el canciller Pablo Quirno. Según la analista, la presencia de actores del sistema financiero en áreas estratégicas “es mayor que en cualquier otro momento reciente”.

“La cancillería no está pensando la inserción política de la Argentina en el mundo, sino saliendo con la ‘valijita’ a vender el país”, dijo en referencia a declaraciones públicas de Quirno sobre su gestión exterior. Di Croce vinculó además esta orientación con la posición del presidente Javier Milei respecto al ALCA y los acuerdos de libre comercio, señalando que el mandatario calificó como un “error histórico” el rechazo regional a ese tratado en 2005.

La analista retomó también la conmemoración por los 20 años del “No al ALCA” en Mar del Plata y reivindicó aquel momento como “una decisión política que marcó una década de crecimiento en la región”. “No es nostalgia. Es memoria para entender qué está en juego”, sostuvo.

Di Croce concluyó que la discusión actual no se centra solo en programas económicos, sino en “qué tipo de sociedad se quiere construir” y llamó a “levantar la mirada del señalamiento interno” para “volver a discutir con el poder real”.