Ricardo Ragendorfer: «Es absolutamente justo y acertado que ambas escuelas lleven esos terribles nombres»
- Bonavitta 530
- 5 de noviembre de 2025
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El periodista y escritor Ricardo Ragendorfer afirmó “una fuerza cuya única hazaña es apalear todos los miércoles a los jubilados merecen llevar el nombre de esos dos monstruos”, respecto del renombramiento realizado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich a las escuelas de cadetes y suboficiales como Ramón Falcón y Alberto Villar respectivamente.
“Ramón Falcón fue el jefe de la entonces llamada policía de la ciudad durante las dos primeras décadas del siglo pasado, del siglo XX, y fue el perpetrador de la Semana Roja, que fue una terrible represión a una protesta obrera que se cobró aproximadamente 19 muertos y una cantidad indeterminada, pero de tres cifras de heridos”, señaló Ragendorfer.
Asimismo, reseñó que “Alberto Villar fue el jefe de la policía en la época del lopezrreguismo, o sea, después de la muerte de Perón y por otra parte, fue uno de los fundadores de la Triple A o por lo menos el jefe de la facción policial de la triple A”.
El periodista afirmó que “me parece absolutamente justo y acertado que ambas escuelas lleven esos terribles nombres, porque lo repudiable sería que la escuela de suboficiales de esa fuerza se llame, por ejemplo, Albert Einstein y la escuela de cadetes Martín Luther King”.
“Dado que estamos hablando de una fuerza que en los últimos tiempos se caracteriza o mejor dicho una fuerza cuya única hazaña es apalear todos los miércoles a los jubilados merecen llevar sus escuelas el nombre de esos dos monstruos”, destacó.
En este sentido, dijo que Ramón Falcón “era un tipo realmente monstruoso, era un asesino y en 1919 volvía en un carruaje junto con su secretario del cementerio de la Recoleta, donde había asistido a la inhumación de un policía abatido en el cumplimiento del deber, cuando el militante anarquista Simón Radowitzky arrojó una bomba sobre su carruaje, lo cual hizo que de inmediato Ramón Falcón regresara al cementerio de la Recoleta, pero ya en un traje de madera”.
“Radowitzky en ese momento no había cumplido todavía los 20 años. Era un hijo de inmigrantes ucranianos, había nacido él en Ucrania y encandilado por los libros de Proudhon y Bakunin , abrazó la ideología anarquista y en ese marco cometió, a mi entender, ese acto de justicia”, sostuvo.
En ese marco, “recaló en el penal de Ushuaia, o sea, la cárcel del fin del mundo, donde muchos años después, al cumplir su condena fue liberado y creo que se trasladó a México donde terminó sus días”.