Georgina Orellano: “La primera imposibilidad que tiene la trabajadora sexual es el no acceso a las viviendas”
- ALERTA!La BanquinaNoticias
- 10 de marzo de 2023
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Georgina Orellano, secretaria General Nacional de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) y autora del libro “Puta Feminista”, dialogó con Susana Martins y equipo de La Banquina (AM 530 – Somos Radio, viernes de de 21 a 23 horas) sobre el feminismo y el reconocimiento del trabajo sexual.
“Nosotras nos organizamos para tratar de mejorar las condiciones de trabajo y salir del contexto de clandestinidad donde se dan muchas situaciones de violencia institucional”, explicó.
A ser consultada sobre quién es el principal enemigo de la trabajadora sexual, Orellano señaló: “más allá de que tuvimos avances en materia de la no vulneración de nuestros derechos, lo cierto es que la principal violencia que padecemos por ejercer el trabajo sexual sin reconocimiento, es la violencia por parte de la policía, la coima y el problema del espacio público”.
En cuanto al feminismo y el trabajo sexual, comentó: “el trabajo sexual es el tema que parte aguas en el colectivo feminista. Por cuarto año consecutivo participamos de la construcción del 8 de marzo y en el documento quedaron plasmadas nuestras reivindicaciones, pero la verdad fue muy difícil lograr esa instancia de apertura y diálogo”.
“Hay una cruzada moral con respecto a nuestro trabajo. Compartimos la mirada del trabajo con muchas otras compañeras de la economía popular pero que no están atravesadas por tanto debate como nos pasa a nosotras”, resaltó.
Sobre las imposibilidades que tiene una trabajadora sexual por no estar reconocidas, Georgina Orellano indicó: “la primera es el no acceso a las viviendas. Alquilamos con contratos de palabra y pagamos el doble porque somos un sujeto inexistente para el Estado y no tenemos como demostrar de dónde vienen nuestro ingresos”.
“Tampoco tenemos obra social y eso es algo que nos atraviesa de manera colectiva porque el 86% de las personas que ejercen el trabajo sexual son mujeres cis y madres soltera, y no le podemos dar cobertura de salud a nuestros hijos. Tenemos compañeras de más de 60 que no se pueden jubilar y tienen que seguir trabajando en una mayor vulnerabilidad”, agregó.
Y concluyó: “En el último tiempo notamos un avance y un reconocimiento como un sujeto político”.