«El problema no es solo cuánto es la deuda, sino cómo está compuesta»

El economista Pablo Manzanelli dialogó con Caballero de Día sobre la situación económica argentina y advirtió que el país atraviesa una crisis de deuda de carácter estructural, con riesgos de insolvencia, condicionada por la composición del endeudamiento externo, la falta de dólares y un modelo que profundiza la concentración y el deterioro social.

El economista Pablo Manzanelli afirmó que la Argentina se encuentra “al borde de una crisis de insolvencia” y sostuvo que el debate económico no puede reducirse al nivel de la deuda, sino que debe centrarse en su composición y en los vencimientos concentrados en el corto plazo, durante una entrevista en el programa Caballero de Día.

Según explicó, existen crisis de deuda de liquidez —resolubles con ajustes cambiarios— y crisis de insolvencia, “cuando la bola de nieve del endeudamiento es tan grande que ni una fuerte devaluación alcanza para generar los dólares necesarios”. A su criterio, la Argentina se aproxima a este segundo escenario.

Manzanelli señaló que la actual situación no fue generada por el gobierno de Javier Milei, sino que se origina en el endeudamiento tomado durante la gestión de Mauricio Macri, cuando la deuda externa pública se duplicó de 100.000 a 200.000 millones de dólares, con plazos cortos y fuerte peso de los organismos internacionales. “Hoy cerca de la mitad de la deuda está en manos del FMI, el BID y el Banco Mundial, algo inédito en la historia argentina”, remarcó.

El economista advirtió que entre 2026 y 2027 vencen unos 57.000 millones de dólares, de los cuales alrededor de 45.000 millones corresponden a 2026. “No hay superávit comercial que permita afrontar esos pagos: hoy el saldo ronda los 6.800 millones de dólares y, aun con una fuerte devaluación, difícilmente supere los 18.000 millones”, explicó.

En ese marco, interpretó los recientes cambios en el régimen cambiario —como la indexación de las bandas— como una imposición del Fondo Monetario Internacional ante el fracaso de la estrategia oficial de no acumular reservas. También señaló que se frustró el intento de conseguir financiamiento privado internacional para recomprar deuda, ante exigencias de los bancos de desplazar al FMI como acreedor privilegiado.

Manzanelli anticipó que el nuevo esquema cambiario podría implicar mayor inflación, ya que el tipo de cambio dejaría de funcionar como ancla y el ajuste recaería sobre salarios y gasto público. Recordó que el salario real se ubica cerca de un 10% por debajo de noviembre de 2023 y que los precios mayoristas ya mostraron fuertes aceleraciones tras las últimas devaluaciones.

Al describir el panorama productivo, sostuvo que la economía se encuentra estancada y con una fuerte heterogeneidad: mientras sectores como el agro, la minería y la intermediación financiera crecieron más de 30% respecto de 2023, apenas generaron empleo. En contraste, la industria, la construcción y el comercio cayeron cerca de 8% y destruyeron unos 140.000 puestos de trabajo.

Finalmente, el economista subrayó que la combinación de endeudamiento, fuga de capitales y valorización financiera constituye “la matriz estructural de la crisis argentina”, y advirtió que ese esquema profundiza el deterioro social y limita cualquier perspectiva de desarrollo sostenido.