
El Papa argentino y la paz en Medio Oriente
- ALERTA!Bonavitta 530Noticias
- 25 de abril de 2025
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Columna de Martín Piqué, ‘Dame una historia
Como cada viernes en Bonavitta en 530 (AM 530 – Somos Radio, lunes a viernes de 12 a 14), Martín Piqué realizó su columna «Dame una historia», que esta semana estuvo dedicada al rol del Papa Francisco en los conflictos del Medio Oriente. El título fue claro: El Papa argentino y la paz en el mundo, una crónica que combinó entrevistas exclusivas, memoria histórica y una mirada crítica sobre el papel del Vaticano frente al drama humanitario en Gaza.
Piqué abrió su columna con una reflexión sobre la soledad del líder religioso. «Pensaba en quizás la soledad de los líderes y en este caso la soledad de Francisco», dijo, evocando el temor que expresaba Juan Grabois sobre si el entorno papal realmente estaba cuidando al Sumo Pontífice. Ese marco íntimo dio paso a un análisis geopolítico cargado de sentido humano y espiritual.
Entre los testimonios que Piqué compartió estuvo el de Gabriel Romanelli, párroco argentino en la Franja de Gaza, quien contó que todas las tardes a las siete, recibía un llamado telefónico del Papa Francisco para preguntarle por la situación. «Esos llamados eran un antídoto contra la desesperanza», definió el sacerdote.
Pero además, el periodista conversó con Richad Aljalabi, primer consejero de la Embajada de Palestina en la Argentina, quien no dudó en calificar a Francisco como una brújula moral en tiempos de oscuridad. Aljalabi subrayó que las acciones del Papa —como sus denuncias contra los bombardeos a escuelas y hospitales en Gaza— no fueron “declaraciones políticas, sino actos de conciencia y de fe que hablan desde lo más profundo de los valores humanos y cristianos”.
Otro eje central de la columna fue el análisis del periodista Ezequiel Kopel, especializado en Medio Oriente, quien recordó que en 2014, apenas un año después de ser elegido, el Papa realizó una gira por Tierra Santa. Visitó Belén, rezó en silencio frente al muro que los palestinos llaman “muro de la vergüenza”, y también fue al Monte Herzl, en Jerusalén, junto a Netanyahu. Según Kopel, “Francisco se dio cuenta de que había enojado a todos”, lo cual lo llevó a ajustar su estrategia simbólica y diplomática a partir de entonces.
En sus intervenciones más recientes, el Papa no dudó en calificar la situación en Gaza como potencialmente genocida. En diciembre de 2024, el Vaticano colocó un pesebre en el que la cuna del niño Jesús reposaba sobre una kufiya, el tradicional pañuelo palestino. Ese gesto, entre otros, generó tensiones con el gobierno de Israel, que incluso borró publicaciones oficiales que mencionaban al Papa tras su muerte, y ordenó a sus diplomáticos abstenerse de cualquier homenaje.
“Esta es la historia que estamos contando —cerró Piqué—: los intentos de un argentino de Flores que llegó a ser Papa para contribuir a la paz en el territorio más caliente del mundo”.