“A Julio De Vido lo está sometiendo a tormentos” 

La abogada habló en #Bonavitta530 sobre la detención del ex ministro de Planificación de los gobiernos kirchneristas.

La abogada y referente en Derechos Humanos, Claudia Cesaroni, analizó la situación judicial y sanitaria de Julio De Vido, tras conocerse que la justicia le negó la posibilidad de esperar en su domicilio la resolución del trámite para acceder a la prisión domiciliaria. “Lo que le negaron ahora es un pedido expreso de que, mientras analicen el fondo, él pueda esperar esa decisión en su casa. Pero el trámite no está denegado”, aclaró, cuestionando que algunos medios lo hayan presentado como un rechazo definitivo.

Cesaroni remarcó además que el exministro fue trasladado a la Unidad 19 y que su situación de salud continúa siendo delicada. Sostuvo que la gran visibilidad de su caso se explica porque “Debido tiene una defensa excelente… y porque es Julio De Vido”, pero alertó sobre una problemática estructural: “Hay miles de personas que padecen situaciones iguales o peores y que no existen en la mirada pública”.

La especialista también volvió a denunciar las condiciones inhumanas en cárceles del país. Relató casos recientes que visitó en unidades bonaerenses y alertó contra el avance del discurso punitivista: “Ese ‘que se pudra’ es eso: que si tiene una enfermedad no lo atiendan; es torturarlo sin usar la picana”. En el mismo sentido, vinculó este clima social con las restricciones que afronta Cristina Fernández de Kirchner: “Estamos retrocediendo 40 años. Esta discusión acerca de que Cristina no debería poder recibir dirigentes políticos atrasa décadas”.

Consultada sobre los criterios judiciales y mediáticos que atraviesan las detenciones, fue categórica: “Lo que se ve como privilegios de quienes tienen más poder es, en realidad, el ejercicio de derechos básicos que se les niegan a todos los otros”. Sostuvo que no busca bajar la vara sino igualar derechos: “Quiero que De Vido esté en su casa por su salud y su edad, pero quiero lo mismo para cualquier preso común que no conoce nadie”.

Finalmente, Cesaroni apuntó a la selectividad mediática y social en torno a víctimas y victimarios. Recordó casos como el de David Moreira, asesinado a golpes en Rosario, y señaló la doble vara en las reacciones públicas: “La misma gente que llora por Fernando Báez Sosa dice que a Moreira le hubieran pegado media hora más. Esa imposibilidad de mirar el dolor del otro es impresionante”.