«En la Argentina, el héroe es colectivo»
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- 19 de diciembre de 2025
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En Caballero de Día, Hernán Brienza, escritor y analista político, dialogó a partir de la publicación de Elogio de la amistad. Una guía para leer El Eternauta, un libro que propuso una relectura política y cultural de la obra emblemática de Héctor Germán Oesterheld. Desde el comienzo, Brienza destacó el cuidado de la edición y explicó que el ensayo nació de una historia personal atravesada por la amistad, pero también por una reflexión más amplia sobre uno de los mitos fundantes de la cultura argentina.
Más adelante, el autor sostuvo que El Eternauta permitió pensar una característica central de la literatura y la política nacionales: la idea del héroe colectivo. A diferencia de otras tradiciones, señaló que en la Argentina el heroísmo no se encarnó en una figura individual, sino en un grupo donde los roles se democratizaron. En la historieta original, afirmó, el heroísmo circuló entre Juan Salvo, Favalli, Elena, Franco y hasta el niño, reforzando una épica basada en la cooperación y la amistad frente a la catástrofe.
En el mismo tono, Brienza contrastó esa concepción con la segunda parte de El Eternauta, escrita cuando Oesterheld ya militaba en Montoneros. Allí, explicó, el héroe dejó de ser colectivo para transformarse en una figura excepcional, cercana al modelo vanguardista y sacrificial. Esa mutación, señaló, no fue solo estética sino profundamente política, y abrió interrogantes vigentes sobre qué tipo de sujetos colectivos se construyeron —y se construyen— frente a las “nevadas mortales” de cada época.
Finalmente, Brienza se refirió a la relectura contemporánea que propuso la serie televisiva y al contexto actual. Sin idealizarla ni rechazarla, sostuvo que recuperó el espíritu político de la obra al reinstalar la consigna de que “nadie se salva solo” y al volver a pensar el Estado como herramienta de reconstrucción colectiva. En un cierre crítico, vinculó esa idea con el presente argentino y afirmó que, frente al individualismo extremo del mileísmo, El Eternauta siguió recordando que la salida nunca fue solitaria: en la Argentina, el héroe siempre fue colectivo.