Inteligencia Artificial en el trabajo
- Caballero de Día
- 28 de agosto de 2025
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La periodista y abogada Natalia Salvo analizó en su columna en Caballero de Día los riesgos que plantea el avance de la inteligencia artificial, no solo en el empleo sino también en la construcción de la verdad y de la vida en sociedad.
Salvo advirtió que la inteligencia artificial (IA) dejó de ser una herramienta meramente técnica para convertirse en un actor que reconfigura la vida cotidiana, desde el mundo laboral hasta la política. Citando al filósofo Eric Sadin, señaló que el desarrollo de sistemas generativos, como ChatGPT, “empieza a constituir al sujeto” al anticipar deseos y necesidades, lo que a su vez genera un individuo solitario y aislado.
“Estamos en presencia de un sujeto tirano que rompe el lazo social. La sociedad es conflicto, construcción con un otro. La IA, al ofrecer siempre lo que queremos, erosiona esa dimensión”, explicó Salvo, quien advirtió que el fenómeno no se limita a la sustitución de empleos.
En este sentido, diferenció la actual revolución tecnológica de anteriores etapas de mecanización: “Antes se destruían trabajos pero se creaban otros. Ahora no hay complementariedad, como quieren hacer creer los dueños de la inteligencia artificial”, remarcó.
La columnista también alertó sobre lo que definió como un “fundamentalismo de la inteligencia artificial”, sustentado en la lógica utilitarista: “Si algo es más eficiente y rápido, entonces reemplaza a la persona. Pero el trabajo es parte de lo que nos constituye como seres sociales”, apuntó.
El fenómeno, añadió, impacta también en el estatuto de verdad. La posibilidad de falsificar imágenes, audios o textos mediante IA multiplica la desconfianza social y potencia la posverdad. “Hoy dudamos de todo y terminamos aceptando versiones contradictorias de los hechos”, afirmó.
Como ejemplo concreto, mencionó recientes fallos judiciales en Argentina y Europa donde abogados fueron sancionados por citar jurisprudencia inventada por programas de IA: “Ya no es una hipótesis de futuro, es algo que está ocurriendo. Lo mismo puede trasladarse a otras profesiones”, advirtió.
“Estamos ante un desafío que excede al trabajo. La inteligencia artificial interpela nuestra forma de relacionarnos, de creer y de organizarnos como sociedad”, concluyó.