Guillermo Pardo es el fotoperiodista que se encontró cara a cara con el represor Alfredo Astiz y lo retrató en una imagen que más tarde se convertiría en símbolo de la impunidad.
En diálogo con Bonavitta en 530, analizó: «En el momento de la foto yo trabajaba en la farándula», explicó.
«Una persona me lo presentó a Astiz, me dio la mano, él no quería fotos», recordó.
«La foto se la saqué en un boliche. Mientras bajaba del ascensor, abrí la puerta y le saqué la foto», contó. «Otros colegas le quisieron sacar una foto y Astiz los reventó a trompadas», siguió.
«Tipos como Astiz tienen que seguir estando presos, hay que seguir militando para que lo que pasó no pase Nunca Más», afirmó Pardo.