El periodista y consultor, Pablo Dipierri, analizó en #Bonavitta530 el rol de los gobernadores con Javier Milei.
El periodista Pablo Dipierri analizó al aire de la AM530 el nuevo escenario político que enfrenta el gobierno de Javier Milei tras la foto con los gobernadores, y advirtió que el apoyo de los mandatarios provinciales “no implica un cheque en blanco”.
En ese sentido, destacó que algunos dirigentes peronistas, como Raúl Jalil de Catamarca, “se sienten revalidados en su rol de dadores de gobernabilidad”, al punto de haber acompañado al oficialismo en votaciones clave durante 2024.
“Jalil, por ejemplo, se inclinó por dar su apoyo a una eventual reforma laboral. En su momento, aportó al sostenimiento del veto de Milei evitando que su diputada bajara al recinto, y dividió tácticamente a su bloque entre quienes votaban a favor y en contra del oficialismo. Ahora, su entorno dice que ya no va a tener reparos: se va a pronunciar de forma más abierta”, explicó Dipierri.
El periodista subrayó que no sólo Jalil, sino también gobernadores como Martín Llaryora, Rogelio Frigerio e Ignacio Torres, se muestran dispuestos a “escuchar” las propuestas del Ejecutivo. “No anteponen el rechazo de entrada —dijo—, pero tampoco hay un alineamiento automático. En general, lo que piden a cambio son obras o recursos puntuales. Son demandas tímidas, como el pedido de Frigerio de aumentar los giros para la caja previsional, o el reclamo de Torres para eliminar retenciones a los combustibles.”
Para Dipierri, detrás de esa actitud cautelosa hay un problema más profundo: “Hay gobernadores que se venden por un plato de lentejas, pero también habría que preguntarse por qué hay tantos tan dóciles al poder central. Lo que está fallando son los proyectos políticos. Cada gobernador parece estar en medio de su propio joint venture, en una aventura personal, sin una raigambre social ni una expresión de intereses más amplios.”
Finalmente, el analista advirtió sobre la desconexión entre las provincias y el Congreso en la discusión del presupuesto nacional. “Muchas veces los gobernadores se enteran de lo que se debate por los medios. Salvo cuando se trata de algo que afecta directamente a su territorio, suelen llamar a sus legisladores para preguntar qué se está discutiendo. Esa distancia muestra la fragilidad del vínculo entre el poder federal y la agenda nacional.”
