La expresidenta del Senado de Bolivia, Adriana Salvatierra, dialogó con Siempre es hoy acerca de la crisis del modelo económico, la fractura interna del MAS y la potencia territorial que dejó la campaña por el voto nulo impulsada por Evo Morales.
La ex titular del Senado boliviano Adriana Salvatierra sostuvo que la clave para entender el derrumbe político del oficialismo reside menos en las disputas internas y más en el giro económico impulsado por el gobierno de Luis Arce. En diálogo con Siempre es hoy, afirmó que la contracción deliberada del rol estatal “destruyó” los pilares del modelo que había permitido reducir la pobreza, mantener inflación baja y multiplicar la inversión pública. Con ese deterioro, apuntó, el país enfrenta recesión para 2025-2027 y un cuadro inflacionario inédito en cuatro décadas.
Salvatierra explicó que la crisis económica se combinó con una “intervención judicial sin precedentes” sobre la vida interna de los partidos, que derivó en la proscripción de Evo Morales y en la anulación sucesiva de las siglas alternativas que intentó utilizar su espacio. A esto, sumó un clima de violencia política y un sistema de abastecimiento de combustibles colapsado, con camiones esperando hasta dos semanas para cargar diésel.
La dirigente señaló que, ante ese escenario, la campaña de Andrónico Rodríguez optó por buscar el voto de clase media y distanciarse de la defensa de Morales, lo que provocó un quiebre con el núcleo histórico del MAS. El resultado fue contundente: Rodríguez obtuvo apenas 6% de los votos, mientras que la opción nula —promovida por Evo— ascendió a un inédito 22% entre nulos y blancos.
Salvatierra subrayó que ese voto nulo “tuvo potencia política real”: ganó en 137 de las 343 alcaldías del país y fue la primera fuerza en Cochabamba, el tercer departamento más poblado, donde alcanzó 35% y se impuso en 42 de 48 municipios. Para la exsenadora, allí se juega el desafío inmediato: convertir esa base territorial en representación efectiva de cara a las subnacionales de marzo próximo.
Consultada sobre el nuevo panorama institucional, describió una fractura temprana entre el presidente Rodrigo Paz y su vicepresidente Edman Lara, a quien atribuyó la fuerza electoral que permitió al oficialismo imponerse en el balotaje. “Le habló a la gente como la gente siente la crisis”, dijo, al contrastarlo con discursos de tecnócratas de derecha.
Sobre la distancia entre Evo Morales y Álvaro García Linera, Salvatierra reconoció afecto y respeto personal por el exvicepresidente, aunque diferenció sus posiciones políticas recientes y su rol en la instalación prematura de Andrónico como sucesor. Según afirmó, aquella definición contribuyó a desordenar la interna en un momento crítico.
De cara al nuevo escenario, Salvatierra señaló que Evo busca reconstruir alianzas para presentar candidaturas competitivas en municipios y gobernaciones. Lo decisivo, remarcó, será si ese 20% de voto nulo puede convertirse en presencia institucional: “Ahí está la potencia política que quedó en pie”.