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«El arte es humanista y a este gobierno no le convienen esas expresiones»

El dramaturgo, actor y director Claudio Gallardou habló con Bonavitta530 sobre la crisis del sector cultural, el rol del Estado en el financiamiento de la producción artística y las tensiones que atraviesan hoy al teatro independiente en nuestro país.

Gallardou advirtió que el clima actual se traduce en “un ataque directo contra la cultura” y sostuvo que las políticas oficiales buscan “callar y silenciar expresiones que, por su propia naturaleza, son humanistas y no se alinean con los proyectos de poder”.

“Hay un problema gravísimo y es cultural. La gente no tiene educación ni siquiera cívica, repite slogans que le meten en la cabeza. Este gobierno lo que plantea es una batalla cultural, pero no para enriquecerla, sino para imponer una propia”, señaló.

El artista también se refirió al impacto de la virtualidad y las redes sociales en las nuevas generaciones: “Cuesta mucho sacar a los chicos del teléfono. Es un sistema creado para que seamos adictos, y desde ahí se maneja nuestro pensamiento, se globaliza lo cultural y se genera una masa zombie”.

Respecto a la situación del teatro, Gallardou remarcó que los subsidios están paralizados y que el Instituto Nacional del Teatro “se encuentra desguazado, pese a que su financiamiento no depende del presupuesto estatal directo, sino de impuestos específicos como sucede con el Incaa”.

“Hay un movimiento teatral enorme, con festivales en todo el país y grupos independientes que giran llevando obras a distintos rincones. De ahí surgen figuras que luego se consolidan en la escena nacional. Hoy todo eso está detenido y en una gran depresión. Me pregunto de qué viven algunos compañeros”, lamentó.

Con varios proyectos en marcha, Gallardou presentó además sus próximos trabajos, entre ellos Pereta de los Bandoleros en el Teatro del Pueblo, la obra Pienso, parque, existo en El Espión y el espectáculo musical Dos bardos en la nueva edad media, junto a Alejandro Sans.

“En este momento hace falta reírnos un poco de nosotros mismos, porque la realidad es terrible y nos abruma todos los días. El arte también está para eso: para aliviar y resistir”, concluyó.

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